La importancia de enseñar a los niños la historia de su país

¿Tu hijo sabe la historia de su país? Es importante darles estos conocimientos para que sienta pertenencia de su lugar de origen.

Mami y papi seguro se han preguntado cuál es la edad adecuada para que los niños aprendan algo de historia, por eso esta vez queremos hablar de este tema tan importante socialmente. Para algunos parecerá una tontería, pero conocer la historia del país en el que nació o en el que reside, puede determinar la forma en que un niño asumirá su rol de ciudadano en el futuro.
No hay nada más cierto que aquella frase que refiere que los hombres y mujeres que aprecian el devenir de la historia son más responsables dentro de la sociedad. Por ende, se esfuerzan en tomar mejores decisiones relacionadas con su entorno.
La pregunta del millón es: ¿cómo enseñar a los niños la historia de la patria? La respuesta es más sencilla de lo que imaginamos. No se trata de difundirles un sinfín de conceptos de difícil asociación, como himno, escudo y bandera. En estos casos lo más conveniente hablar del país de una manera cercana y familiar.

La gran casa

No hay mejor manera para hablar a los pequeños del país que decirles que son dueños de una gran casa, con la particularidad de que es habitada por muchas personas de todas las edades.
Desde una perspectiva más cercana, será más fácil hablarle a un niño de todo lo que ha acontecido en su terruño: quiénes son los personajes más notables de la nación y por qué se destacaron, las hazañas nacionales más recordadas por todos, cómo se celebran las fechas patrias y otras festividades.

Tus hijos pueden ver su país como una gran casa

Echar mano de todos los destinos turísticos es una buena idea que los ayudará a identificar como propio el espacio que los rodea.  Así que, por ejemplo no estaría mal decirles que su país es hermoso y que entre sus maravillas se encuentran playas o montañas nevadas.

Alimenta su curiosidad con paseos

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Cuando se trata de historia, debemos ser honestos y reconocer que no a todos les interesa. Ya que los métodos de enseñanza pueden ser ortodoxos y, por lo mismo, aburridos para los jóvenes.
Y cuando hablamos de niños, este interés suele ser menor, en virtud de que no tienen conciencia de lo importante que es conocer el pasado para comprender el presente. Por esta razón es que recomendamos optar por métodos más didácticos y divertidos.
Una excelente idea es llevar a tu hijo a una plaza o parque emblemático de la ciudad  y contarle qué hecho crucial se llevó a cabo en ese lugar. Te aseguramos que lo recordará con más facilidad que si le narras la misma historia frente a una enorme enciclopedia.   
Intenta ponerte de acuerdo con tu pareja acerca de los hechos históricos que queréis compartir con vuestros hijos.  Incluso pueden invitar a sus amiguitos a dar un paseo por algún monumento que guarde detrás una gran historia.

Utiliza tu ingenio para hacer del aprendizaje un momento divertido

Trata de no ser protocolario cuando enseñes historia. Lo  mejor es que narres los hechos de forma trivial y simpática. Enfócate en describir los rasgos de un prócer. Di que era gordito, que tenía un bigote simpático. Así permitirás que el niño utilice su imaginación.
Al llegar casa, busca en un libro o Internet una fotografía del personaje del que hablaron. Verás la sorpresa de tu pequeñín cuando pueda ponerle rostro a la anécdota que hayas compartido previamente. No te sorprenda que tu niño te pida que cuentes más. De ese modo harás una conexión inmediata entre su curiosidad y lo útiles que son los libros para conocer de historia.

Amor por las tradiciones del país

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Nada mejor para desarrollar el sentido de pertenencia de los niños, que a través de la difusión de nuestras tradiciones. Esas que nos enseñaron cuando éramos los pequeños de la casa y que seguro disfrutarán los hijos.
Se trata de garantizar que las nuevas generaciones hagan suyas todas esas actividades  que son comunes en fechas especiales como Navidad, Fin de Año, Día de Reyes o Carnavales, por solo mencionar algunas. Compra juegos artesanales y juega frente a tus hijos.  No pasará mucho tiempo para que se animen a intentarlo por cuenta propia.   
Diles con frecuencia cuáles son aquellas cosas especiales que lo diferencian de personas nacidas en otros lugares del planeta, señala con colores aquel lugar que ocupan dentro del mapa y, sobre todo, recuérdale a diario que no hay nada más hermoso que amar la tierra en la que se nació.

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