No se puede negar la importancia de la práctica en la enseñanza, la importancia que tiene a la hora de aprender o reforzar los conceptos que aprendemos. Conceptos que aprendemos en el colegio, instituto, universidad, en deportes, lecciones extracurriculares o las lecciones de la vida, en general.
La siguiente cita es un ejemplo sencillo sobre esto:
“El conocimiento no tiene valor a menos que lo pongas en práctica”.
-Anton Chekhov-
Imagina que quieres ser maestro. Buscas toda la información que puedas sobre el tema, eliges una universidad, te formas y te gradúas. Una vez que te gradúas, tienes todo el conocimiento, pero te falta mucha práctica (más allá de las prácticas obligatorias de la universidad).
Obtener el conocimiento es recorrer solo la mitad del camino que tienes por delante. La otra mitad viene con la práctica y la retroalimentación. Se trata de poner en práctica el conocimiento. Esto sucede también con los alumnos en sus diferentes etapas de formación.
¿Cómo ayuda a los estudiantes la práctica? ¿Por qué el concepto de práctica es tan importante en nuestras vidas? Vamos a profundizar en esto.
La práctica en la enseñanza ayuda a mejorar las habilidades
La práctica ayuda a mejorar las habilidades y te hace mejor en lo que haces. Si practicas de forma habitual una habilidad concreta, te harás bueno en esa habilidad. Esto también sucede con el estudio.
Todos hemos experimentado el haber estudiado durante muchas horas, practicando una y otra vez algo que hemos aprendido para un examen o una prueba que tenemos. ¿Qué pasó con esas pruebas en las que no habíamos practicado antes? Probablemente, no tuvimos un resultado tan bueno como aquellas en las que sí pudimos practicar.
Por ejemplo, no es posible ir a una clase de tenis durante un mes y aprender todas las habilidades si solo estamos mirando. Es necesario practicar esas habilidades para aprender. Sucede lo mismo con todo lo demás: matemáticas, inglés, deportes, discursos, etc.
Practicar aumenta la confianza en uno mismo
Ser capaz de desarrollar eficazmente una habilidad que hemos estado practicando con el tiempo nos dará sensación de confianza en nosotros mismo. Esto es significativo en el día a día de los estudiantes.
La razón es muy simple. Cuando practicamos algo y vemos resultados, esto nos hace felices y nos hace saber que podemos hacerlo de nuevo. No queremos decir que la práctica siempre conlleve resultados positivos, pero sí que siempre aporta cosas buenas.
La practica en la enseñanza también ayuda a los alumnos a:
- Retener el conocimiento por más tiempo.
- Aplicar el conocimiento automáticamente sin tener que pensar en ello.
- Utilizar el conjunto de habilidades para resolver otros problemas.
Todo esto es importante para que los alumnos crezcan, aprendan y logren tener éxito en cualquier tarea que emprendan. A raíz de esto, surge la siguiente pregunta: ¿Están los estudiantes interesados en practicar? Por normal general, no.
Las escuelas y los profesores tienen que animar a realizar la práctica
Normalmente, las escuelas y los profesores se centran más en mejorar el aprendizaje en las aulas de forma teórica; muy pocos están trabajando para garantizar que los estudiantes adopten una práctica de las materias.
Generalmente, la práctica requiere un esfuerzo extra que los alumnos pueden no encontrar agradable. Por lo tanto, es responsabilidad de los maestros y profesores animar y motivar a los estudiantes a practicar más y hacerles comprender que la práctica va a mejorar su aprendizaje.
- Para ello, los maestros pueden crear tareas únicas para cada habilidad para toda la clase, o hacerlo para cada estudiante de forma individual.
- Los estudiantes pueden practicar estas habilidades antes de empezar con una materia. Es decir, adquirir experiencia sobre las complejidades de la habilidad antes de aceptar una tarea. Esto aumenta su confianza.
Cuando hacemos algo de forma práctica, respaldamos el aprendizaje con varios tipos de memoria: auditiva, visual, olfativa, contextual, táctil, etc. Se trata de trabajar valores que se relacionan con el esfuerzo y la implicación, fijarse metas e indagar en la forma de conseguir resultados.
Bibliografía
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- Roger C. Schank. (1995). What We Learn When We Learn by Doing. Institute for the Learning Sciences Northwestern University. Technical Report No. 60.
- Elizondo, A., Rodríguez, J. V., & Rodríguez, I. (2018). La importancia de la emoción en el aprendizaje: Propuestas para mejorar la motivación de los estudiantes. Cuaderno de pedagogía universitaria, 15(29), 3-11.