La historia de Emilia, la recién nacida más pequeña del mundo

La historia de Emilia, la recién nacida más pequeña del mundo
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 15 abril, 2020

Cuando Emilia Grabarczyk vino al mundo, nadie daba demasiado por ella. Nació a las 26 semanas y pesaba solo 226 gramos. Los médicos no tenían muchas esperanzas y así se lo comunicaron a los padres. Sin embargo, la niña milagro quería vivir, dijo sí a seguir luchando y así lo ha hecho. A día de hoy ya tiene casi un año.

Emilia es preciosa. También lo era cuando vino al mundo, pero lo hizo demasiado temprano y de forma casi desesperada, porque ya en el útero de su mamá, las cosas no le fueron demasiado bien a esta pequeña. Los médicos supieron desde muy temprano que ese embarazo no llegaría a término y que el feto no se alimentaba como era debido.

Podríamos decir que esta niña es toda una superviviente en todos y cada uno de los sentidos. Está tocada por una barita mágica que ha hecho de ella, un caso poco común dentro del mundo de la neonatología y de la medicina en general.

No podemos olvidar que la edad gestacional del niño prematuro clasifica todos aquellos nacimientos por debajo de las 28 semanas como “extremadamente prematuros” y que nuestra protagonista, con solo 26 semanas, entraba dentro de lo que se conoce como “zona gris”, ahí donde muchos especialistas consideran que son niños “no viables” es decir, que las posibilidades de que sobrevivan son escasas.

Sin embargo, el milagro de la vida es impredecible y maravilloso. Este es un ejemplo de ello.

Emilia Grabarczyk, la niña que quería vivir

Sus padres suelen decir casi a modo de broma, que su cuando su niña nació pesaba lo mismo que un pimentón. Sus manitas cabían en el dedo pulgar, eran diminutas y delicadas, pero aún así, fuertes.

Hay que dejar claro a pesar de todo, que aunque Emilia tenga ya casi un año, sigue siendo muy pequeña. Su desarrollo es lento, y solo al llegar a los 9 meses logró alcanzar el peso y la altura de un recién nacido normal. Va a necesitar tiempo, sus padres lo saben, son conscientes de ello, pero aún así, no pueden ser más felices. Porque Emilia fue una niña milagro desde el principio, desde que estaba en el útero de su madre.

Conozcamos más detalles de su historia.

Un problema en la placenta

Emilia Grabarczyk.

Esta“pequeña luchadora” nació en Witten, Alemania. Bahman Gharavi, director del área infantil y juvenil del hospital St. Mary, avisó a sus padres de que el feto no se estaba alimentando de forma adecuada debido a un problema en la placenta.

A los 5 meses de gestación el bebé era más pequeño de lo normal, el embarazo no iba bien y cabía la posibilidad de que acabara falleciendo en el útero. La única opción que quedaba era intentar prolongar el embarazo un poco más y después practicar una cesárea.

No obstante, los médicos dejaron claro a los padres de que las posibilidades de que ese bebé sobreviviera eran mínimas. Estaban ante un feto que no se había desarrollado de forma adecuada a su edad gestacional y que por lo tanto, aún lo tendría mucho más complicado para sobrevivir en una incubadora.

Lukas y Sabine, los papás de Emilia, no dudaron en darle una oportunidad a su pequeña. Así que accedieron a la cesárea y a seguir todo el protocolo que se había preparado para ella.

Emilia Grabarczyk.

26 semanas, 22 centímetros y 226 gramos

Parece sin duda una cifra digna de un enigma: 26 semanas, 22 centímetros y 226 gramos. Sin embargo, esa fue la carta de presentación de la pequeña Emilia, tan diminuta, frágil y maravillosa que las emociones de sus padres iban de la esperanza al miedo, de las risas a las lágrimas más desesperadas.

  • Pasaron momentos muy complicados. Es necesario recordar que muchos prematuros aún llegando al mundo con 400 gramos acaban falleciendo. Pensar que un bebé con 226 gramos pudiera salir adelante era algo sencillamente asombroso.
  • Lo más complicado de los bebés que han nacido en la zona gris gestacional, es el estado de su sistema pulmonar. Son órganos aún muy inmaduros, y la función del intercambio de gases suele asentarse precisamente entre la semana 23 y la 26.

Los avances en materia de atención y cuidado intensivo del bebé prematuro son cada vez más prodigiosos, pero si hay algo que no pueden hacer son milagros. Cada niño es único, cada vida es algo especial y nadie puede determinar con seguridad si un prematuro logrará salir a adelante.

Emilia lo hizo, día a día fue respondiendo positivamente y en la actualidad, es todo un hito para los médicos.

Una niña con unos ojos llenos de vida

Emilia Grabarczyk

Esta es la preciosa Emilia Grabarczyk en la actualidad. Con su mirada, transmite esas ganas y esas ansias por devorar el mundo que seguirán dándole aliento y fuerza, la misma que ha tenido desde que estaba en el vientre de su mamá.

Su desarrollo es algo más lento que el de un niño normal de su edad, pero los médicos no dudan que en poco más de un año, sus pulmones estén ya completamente maduros, y que logre llegar muy alto en la vida, ahí donde esta mirada intensa y llena de luz quiera guiarle.

Así lo esperamos todos.

 


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