Importancia de la convivencia en casa

La importancia de la convivencia en casa es primordial para los niños porque, de una manera u otra, todos aprendemos y seguimos desarrollando unos valores esenciales que se cultivaron en el hogar.

Una buena convivencia ayudará a desarrollar principios fundamentales en el niño durante su crecimiento y fortalecerá los lazos entre todos los integrantes de su entorno familiar.

¿Qué significa la expresión convivencia en casa?

La convivencia en casa se puede definir como el espacio donde un grupo de personas con unos lazos que les relacionan entre sí viven diariamente y entablan conversaciones sobre sus preocupaciones, vivencias diarias y cualquier aspecto que les influya.

Valores que aporta la convivencia en casa

La convivencia en casa aporta muchos valores si es desarrollada diariamente. A continuación, dejamos una lista de los más importantes para que seas consciente de la magnitud de una conversación, una palabra de ayuda o un gesto bonito hacia un miembro de tu familia.

• Facilidad de expresión con otras personas.
• Facilidad de escucha con otras personas.
• Seguridad emocional a la hora de expresar los sentimientos.
• Sentimiento de arropo y apoyo.
• Autoestima positiva a la hora de realizar las cosas.

La inclusión de los teléfonos móviles en el hogar

La telefonía móvil, y en concreto internet y las redes sociales, han llegado a casi todos los hogares del mundo. Normalmente, cada integrante de la familia cuenta con un móvil propio y, en ocasiones, incluso una tablet y un ordenador para cada uno.

Las nuevas tecnologías, los mensajes instantáneos y el tener la información requerida en segundos hace que estemos más pendientes de un aparato electrónico que de las personas que tenemos alrededor.

Por todos estos motivos, para favorecer la convivencia en casa debemos evitar estar pendientes a cada momento del móvil. En ocasiones esto resulta difícil por temas laborales o problemas familiares, pero intentemos dejar apartados los aparatos electrónicos una vez lleguemos a casa.

Tenemos que ser conscientes de que lo verdaderamente importante de la vida se encuentra en las personas de nuestro alrededor y no en una pantalla.

¿De qué manera podemos incentivar la convivencia en casa?

Si queremos fomentar en casa una mejora de la convivencia, a continuación dejamos una serie de actividades para hacer en familia con las que pasaremos un rato divertido juntos.

Comer juntos

Las vidas de cada uno de los miembros de una familia pueden ser muy diferentes a lo largo del día y tener horarios completamente distintos que no enlazan unos con otros. Y, aunque esto pueda parecer complicado, debemos intentar establecer el desayuno, la comida o la cena como el momento de reunión de la familia.

Entre fogones, uno de los mejores sitios para la convivencia en casa

Establecer un día para cocinar todos juntos. Ese momento puede tener lugar el fin de semana, porque esos días los pequeños de la casa y, en ocasiones también los adultos, disponen de más tiempo libre para realizar actividades en familia.

Los pequeños se sentirán de esta manera responsables por las tareas que implica la cocina y, de la misma manera, se estrecharán lazos con los padres al entablar diferentes conversaciones.

La cocina también aumentará la autoestima de los niños si, una vez terminado de comer lo que han cocinado, se les felicita por lo bien que lo han hecho y lo responsables que son con un aspecto diario tan indispensable como la comida.

Ver la televisión

Una vez a la semana nos podemos reunir frente a la televisión y escoger una serie o película para ver en familia. Para que no existan discrepancias, cada semana un miembro de la familia escogerá lo que se verá en la televisión. En ese sentido, los más pequeños practicarán el importante valor del respeto hacia los gustos de los demás.

Leer un libro

La lectura es uno de los momentos más bonitos que una familia puede tener reunida. Desde enseñar a los niños a leer, ayudarles en su aprendizaje y leerles un cuento cada noche. Cuaquiera sea el objetivo, al leer juntos se fomentará el gusto de la lectura en el niño, a la vez que nos permitirá pasar un agradable rato en familia.

Jugar

Que tu hijo vea que a los adultos también les gusta ser niños y disfrutar, y es que no existirá mejor demostración para ello que dedicar un pequeño tiempo al día para jugar con tus hijos.

Arreglar la casa

Podemos entre todos distribuir las responsabilidades del mantenimiento de la casa. Independientemente de las edades que tengan los niños, servirá para promover una relación familiar en equilibrio y armónica.

Que cada quien asuma una tarea acorde a sus capacidades, así estaremos enseñando el valor del compromiso. De igual modo, los ayudaremos a tomar conciencia del grado de corresponsabilidad que debemos tener en un hogar.

Conversar para fortalecer la autoestima

Dispongamos de unas horas, puede ser en la sobremesa del fin de semana, para escuchar a nuestros hijos con atención. En esa situación, aprovechar también para contar nuestro día o cualquier aspecto importante que queramos transmitir a los demás.

Es una circunstancia idónea para orientarlos y hacerles saber lo orgullosos que nos sentimos de sus logros. Además de ofrecerles ayuda si percibimos que están atravesando alguna dificultad.

En todo caso, que sirva el momento para dejarles claro que siempre contarán con una familia solidaria que los respalda.

Meditar unidos

Cada familia tiene sus propias costumbres y tradiciones, de acuerdo a ellas, se podría establecer una rutina para promover la tolerancia y la empatía ante la diversidad de pensamientos.

Para ello, dediquemos unos minutos a reflexionar sobre las opiniones que emitan los hijos ante temas que sean de interés común. Usando un lenguaje respetuoso que les transmita seguridad y permita que afiancen su personalidad.

Despedirse cada noche

Acompañar a nuestros hijos al final del día, después que se cepillan los dientes y se ponen la pijama. Para luego despedirlos con un abrazo, unas caricias y un hasta mañana.

Se trata de establecer hábitos que fortalezcan valores como disciplina y constancia, pero también resfuercen un poderoso cierre afectivo y amoroso que sirva de entrada a un descanso placentero.