Cuando un hijo roba en la escuela, la inquietud que sentimos es alta. Nos preguntamos por qué ha hecho eso y pensamos en castigarlo hasta fin de año. Sin embargo, se trata de una situación más que frecuente y que en la mayoría de los casos no acarrea un problema grave ni proyecta un futuro delincuente. Por eso, no tiene sentido acelerar los diagnósticos o sacar conclusiones anticipadas.
Ningún padre se alegra al recibir una notificación por parte del colegio que advierte sobre un comportamiento inadecuado por parte de su hijo. Pero lo cierto es que existen muchos motivos que pueden llevar a un pequeño a llevarse algo que no le pertenece. Por esto, te sugerimos que antes de entrar en pánico, leas este artículo. Te contaremos por qué lo hace y cómo reaccionar frente a una conducta de este tipo.
¿Por qué mi hijo roba en la escuela?
En primera instancia, debemos saber que los menores de cuatro años no suelen comprender lo que significa robar, pues aún no han adquirido la noción de propiedad privada. Por ende, simplemente se aferran a cualquier objeto que les resulte bonito o interesante.
Ahora bien, si hablamos de un niño mayor o que es consciente de la distinción entre lo que es suyo y lo que no, el panorama cambia. Robar es tomar para sí algo ajeno. Cuando un menor le quita a otro dinero, útiles o juguetes con absoluto conocimiento de que lo que hace es inadecuado, hay una situación de robo. Pero, ¿por qué lo hacen? Veamos algunas razones posibles.
Problemas en el autocontrol
La dificultad para manejar los impulsos muchas veces lleva a los niños a tomar algo ajeno, incluso cuando saben que no les corresponde. El deseo por tener en sus manos aquel juguete que tanto les gusta o por comer el dulce que un compañerito llevó a la escuela es tal que no logran controlar la tentación.
Problemas de autoestima
A menudo, los adultos compramos determinados objetos o visitamos algunos sitios por el simple hecho de pertenecer y ser aceptados por nuestro entorno. Esto mismo puede buscar tu hijo cuando roba: poseer un objeto valioso al que no puede acceder por sus propios medios para así ser reconocido socialmente por sus pares. Quizás, de esta manera intenta compensar su inseguridad o su baja autoestima.
Demanda de atención
En ocasiones, los pequeños recurren al hurto para llamar la atención de sus padres o docentes. No se trata de un capricho, sino más bien de una necesidad de ser observado y escuchado. A su vez, quizás nos reclaman ayuda para gestionar sus emociones.
Rebeldía y desobediencia
El frecuente desafío a las reglas es un comportamiento presente en los niños con trastorno oposicionista desafiante (TOD) y da cuenta de una conducta disocial. En este caso, el robo en la escuela exterioriza un problema mayor, aunque tratable.
Cómo actuar ante una conducta inadecuada
La mejor opción para reaccionar frente a una situación así dependerá de las particularidades del robo. Es decir, no es lo mismo que el hecho haya sido aislado a que se trate de una conducta que se repite habitualmente. A su vez, es diferente que lo haga a los 3, a los 7 o a los 11 años.
Si tu hijo roba, como primera instancia deberías hacerte las siguientes preguntas, además de mantener la calma:
- ¿Es la primera vez que roba en la escuela o ya lo ha hecho varias veces?
- ¿Tiene noción de la propiedad privada y es consciente de que su comportamiento es inadecuado?
- ¿Bajo qué contexto lo ha hecho?
- ¿Cuál pudo haber sido el motivo que lo llevó a robar?
Apelar al diálogo y evitar la estigmatización
Una vez que hayamos delimitado la situación, podremos ver el panorama más claro y así determinar la mejor forma de actuar. Sin embargo, en cualquiera de los casos es importante que conversemos con él y que evitemos juzgarlo como persona. Podemos hablar del hecho en sí, pero es fundamental no utilizar etiquetas al referirnos al menor.
Luego, necesitaremos tomar medidas en el asunto según el motivo que lo haya llevado a robar. A lo mejor, es momento de ayudarle a controlar sus impulsos y a gestionar sus emociones, o bien hacer énfasis en su autoconfianza. Si creemos que no ha comprendido lo inapropiado de su conducta, podemos explicarle cuáles son las consecuencias de ese acto y cómo ha perjudicado a los otros. A su vez, encarar esto en equipo junto con los docentes y los directivos de su escuela resultará muy valioso para ayudarlo.
Pedir ayuda profesional en caso de ser necesario
Como primera medida es recomendable abrir el diálogo con tu hijo desde la empatía y el respeto. Posiblemente, al conversar puedan revertir el hecho e incluso repararlo a través de unas disculpas o una devolución. Sin embargo, la cuestión puede ser más compleja.
En este caso, no dudes en consultar con un psicólogo para que pueda guiarte en el abordaje de este tema. También, si la situación lo amerita, que tu hijo disponga de un espacio con un profesional de la salud mental. Allí aprenderá herramientas de gestión emocional y control de los impulsos, entre otros puntos valiosos.
Bibliografía
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- Torales, J., Barrios, I., Arce, A., & Viola, L. (2018). Trastorno negativista desafiante: una puesta al día para pediatras y psiquiatras infantiles. Pediatría (Asunción), 45(1), 65-73. https://doi.org/10.31698/ped.45012018009.