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Mi hijo tiene miedo a la cuna

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¿Crees que tu hijo llora cuando lo acuestas porque le tiene miedo a su cuna? En realidad, su temor es a la soledad y al abandono. Entérate más sobre este tema.
Mi hijo tiene miedo a la cuna
Última actualización: 03 septiembre, 2021

Llega el momento de dormir y en algunos hogares se desata una verdadera batalla campal. Probablemente te sientas identificada con esto y sospeches que tu hijo le tiene miedo de su cuna, ¿verdad? Entonces, sigue leyendo y entérate por qué ocurre.

Los bebés y el miedo

Tenemos que entender al miedo como una emoción primaria, que nos alerta de un peligro (real o imaginario) y nos permite tomar medidas para ponernos a salvo.

Ahora bien, si trasladamos esto a la vida de un bebé tenemos que considerar también la existencia de los miedos evolutivos. Es decir, aquellos que aparecen a diferentes edades y que luego son reemplazados por otros. En línea con esto, es de esperar que un bebé de 12 meses no tenga los mismos temores que un niño de 3 años.

Durante los primeros años de vida, la cuna representa un evento que causa mucho miedo y angustia en los bebés: el momento de irse a dormir. Para los adultos puede ser algo poco trascendente, pero para los pequeños simboliza la desaparición de los padres y por ende, la soledad.

Por este motivo, en lugar de pasar por alto esta emoción, resulta fundamental acompañar al niño y ayudarlo a ganar confianza poco a poco. De esta forma, también se logra restablecer la calma y la armonía en el hogar.

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¿Qué hacer si tu hijo demuestra miedo cuando lo dejas en su cuna?

Existen algunas recomendaciones para que los niños pierdan el miedo a la cuna. No obstante, siempre es conveniente aplicar las medidas adecuadas al bebé que tenemos en casa. Es decir, que debemos ser respetuosos con nuestro niño y no intentar que encaje en el modelo que idealizamos, a cualquier costo.

A continuación, te daremos algunos consejos para ayudarlo a resolver este miedo.

¡No dejes llorar!

Muchas personas repiten esta frase cual mantra: “déjalo llorar para que se acostumbre”. Sin embargo, hay cosas que debes saber antes de hacerlo.

Si bien es cierto que al cabo de un tiempo el bebé se acostumbra, el mensaje que recibe su cerebro es que no hay nadie que se pueda ocupar de él y por ende, llorar pierde el sentido. Además, este aprendizaje no ocurre de una forma saludable, sino que se carga de angustia y malestar.

Cuando un bebé llora intenta comunicar una necesidad. No atender a esto es ir en contra del vínculo de apego que lo ayuda a sentirse seguro y protegido.

Por ende, no solo deteriora la relación con sus cuidadores, sino que se potencia el sentimiento de abandono y probablemente, el miedo a la cuna.

Ten paciencia y acompáñalo en el proceso

En el caso en el que decidas tomar alguna recomendación para ayudarlo a dormir, recuerda tomar medidas gradualmente y acompañar a tu hijo en todo momento. No te apresures, porque forzar los tiempos de tu bebé no siempre conduce a mejores resultados.

Por ejemplo, puedes intentar dejarlo en la cuna unos minutos durante el día, para que la conozca y se familiarice con ella. Mientras tanto, permanece a su lado para que se sienta seguro y gane confianza. Poco a poco, intenta dejarlo un rato más largo y prueba hacerlo también de noche.

A su vez, intenta que tu hijo asocie la cuna con algo positivo, como su muñeco favorito, una manta u otro objeto de apego.

Revisa los hábitos de sueño del bebé

Existen algunas prácticas que favorecen al buen dormir y se conocen como higiene del sueño. Entre ellas, adecuar el ambiente físico en el que se ubica la cuna (iluminación, temperatura y colores de la habitación) o establecer rutinas y horarios.

Identifica las fases de sueño del bebé

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Muchas veces, el bebé se duerme en brazos e inmediatamente se lo intenta colocar en la cuna. Acto seguido, se despierta y vuelta a empezar. ¿Pero quién no se despertaría en su lugar? ¡Si los brazos y el calor humano son mucho mejores que la cuna!

Esto sucede porque los primeros 20 minutos siguientes a quedarse dormido coinciden con la fase de sueño ligero. Por ende, ante el mínimo cambio en el entorno, el bebé se despierta.

Lo recomendable es esperar un poco más antes de intentar dejarlo en la cuna, para que entre en la fase de sueño profunda.

Lee más: Las fases del sueño del bebé

Acude al llamado cuando despierte

¿Te ha pasado alguna vez de despertarte desorientada y sentir angustia por no saber cómo llegaste hasta ahí? Esto mismo le sucede a tu hijo cuando se duerme en brazos y se despierta en su cuna. Por eso, una vez que hayas logrado dejarlo ahí, regresa cada vez que te llame para reforzarle la idea de que no lo has abandonado. 

Enséñale a conciliar el sueño

Para dormir a un bebé, también es conveniente usar algunas estrategias, como cantarle bajito, hacerle alguna caricia o mecerlo.

Si bien muchas personas creen que esto es contraproducente, lo cierto es que a través de ellas le enseñas alternativas para relajarse, que luego puede repetir por su cuenta.

No te sorprendas si lo escuchas cantar en voz baja o se susurra a sí mismo para tranquilizarse.

No hay una única receta y mucho menos, mágica

En el mundo de la crianza, siempre existen buenos consejos y buenas intenciones. Todas las personas del entorno que ya tuvieron la experiencia intentan compartir aquello que les ha funcionado con los demás. Esto a veces puede ser fuente de alivio y contención, pero también puede generar culpa.

Además, hay ciertas prácticas que no podemos llevar adelante por diferentes motivos personales. Por ende, en la crianza de los hijos es importante construir los propios estilos parentales, sin pensar en que hay recetas universales e infalibles.

Cada familia es un mundo y cada madre, padre e hijo es diferente a los demás. La clave está en sincronizarse para que la vida en el hogar fluya en armonía.

Lo más importante a la hora de criar un hijo es dejarse guiar por la empatía, el respeto y la comprensión. Para saber qué es lo más indicado para cada niño, hay que conocerse lo suficiente y esto requiere de tiempo y de mucha sensibilidad por parte de los padres.

Finalmente, busca información de calidad sobre el desarrollo del sueño de los bebés, para tomar decisiones conscientes sobre el tema.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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