¿Por qué mi hijo adolescente es tan rebelde?
La adolescencia es una etapa bastante estigmatizada. Los padres le temen y todos asumimos que a esta edad los jóvenes se vuelven intratables. Así, el estereotipo del adolescente rebelde forma parte del imaginario colectivo y constantemente se busca evitar o aplacar estos comportamientos.
Si tu hijo ya ha pasado la pubertad, es posible que hayas notado cambios en su actitud. En algunos jóvenes las alteraciones de la conducta son más notables que en otros, pero en ambos casos los patrones son similares: el desafío a la autoridad, el cuestionamiento de las normas y la oposición a los progenitores.
Todas estas son conductas naturales y propias de esta etapa; no obstante, cuando no se conocen de antemano, pueden causar confusión y sufrimiento en los padres. Para que la adolescencia de tu hijo te encuentre más preparada, vamos a explicarte a qué se deben estos cambios de comportamiento y cómo acompañarlos.
¿Por qué un adolescente es rebelde?
Aunque alguna vez hayas llegado a pensar lo contrario, tu hijo adolescente no es rebelde porque quiera molestarte o incomodarte. Tampoco actúa de esta forma por falta de educación ni por cambios en su personalidad.
A continuación, te mostraremos los principales motivos que pueden llevar a tu hijo a mostrarse rebelde.
Sufre estrés por todos los cambios
En primer lugar, es necesario entender que para los adolescentes no es nada fácil atravesar esta etapa. De pronto se enfrentan a una multitud de cambios físicos, emocionales y presiones sociales que antes no existían. Aprender a gestionar esta nueva realidad puede resultarles confuso y complicado.
De hecho, muchas veces pueden llegar a sentirse desbordados y responder al estrés de forma inapropiada: se vuelven irascibles, respondones o más malhumorados de lo habitual. Pero esto no es más que el resultado de un conflicto interno que no logran gestionar.
No podemos perder de vista que la acción hormonal propicia los cambios bruscos en el estado de ánimo. Además, el desarrollo cognitivo de los adolescentes aún no ha finalizado, por lo que todavía no son capaces de controlar sus impulsos o dimensionar las consecuencias como lo hace un adulto.
En suma, tu hijo adolescente aún no dispone de las estrategias y los recursos personales necesarios para asumir los cambios a los que se enfrenta en esta etapa.
Se está reivindicando como persona
Cuando los adolescentes desafían a sus padres, se saltan las normas o se oponen a la autoridad son tachados de rebeldes o desobedientes. Sin embargo, su actitud es comprensible de alguna manera.
¿Cómo reaccionarías tú si alguien te dijese cómo vestirte, qué música escuchar o en qué momentos utilizar tu teléfono?
Si otra persona tratarse de imponerse sobre asuntos tan esenciales de tu vida, también te rebelarías. Y aunque es evidente que los adolescentes todavía no son adultos y que necesitan límites, su postura es comprensible: ya no se sienten niños.
Por lo mismo, un adolescente es rebelde en la medida en que sus padres ejercen un estilo educativo poco adecuado.
Cuanto menos se lo escuche, cuantos más castigos se empleen y las órdenes opaquen el diálogo, mayores probabilidades habrá de que el joven se rebele. Y esto ocurrirá como una forma de reivindicarse como persona y de proteger su derecho a ser quien es.
Busca la independencia
Algunos padres se alarman cuando sus hijos adolescentes se alejan de ellos a nivel físico y emocional, ya sea que no desean pasar tiempo en familia o no se muestran tan cariñosos como antes.
Sin embargo, esto es algo natural y saludable. Durante la adolescencia, la familia deja de ser la principal referencia del joven y el grupo de iguales toma un rol protagónico.
Por eso, lo normal es que tu hijo desee pasar más tiempo con sus amigos, dedique varias horas a hablar con ellos y busque su aprobación en lugar de la tuya. Trata de no tomarte estos hechos como algo personal o como un acto de rebeldía, pues son cambios necesarios para su maduración.
Puede padecer algún trastorno psicológico
A pesar de todo lo anterior, es importante tener en cuenta que una conducta rebelde puede surgir del sufrimiento.
Si estas actitudes desafiantes, irascibles o agresivas se presentan de manera excesiva, es posible que el joven enfrente algún problema psicológico. La ansiedad, la depresión o el acoso escolar pueden ocultarse detrás de este cambio de comportamiento y no deben ser ignorados.
Acepta la rebeldía como parte de su crecimiento
Como ves, la rebeldía forma parte de la adolescencia y no tiene que ser considerada como algo negativo. Si se mantiene dentro de los límites esperables, no es más que la muestra del sano desarrollo de la personalidad del joven.
Ármate de paciencia, comprensión y promueve el diálogo para acompañar a tu hijo mientras transita esta etapa de su vida. En lugar de etiquetarle como rebelde y reprocharle sus conductas, trata de guiarle y ayudarle a gestionar sus emociones. Y si consideras que puede haber algún problema de fondo, no dudes en consultar con los profesionales.
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