¿Qué deben saber los padres sobre el acoso escolar?
Con independencia de que tu hijo sea el instigador o el instigado, ante una situación de bullying en el colegio siempre será necesaria tu intervención como madre o padre.
El acoso escolar es una situación de desigualdad, donde hay un agresor y una víctima. Por tanto, esta es una relación de dominio y sumisión. Incluye maltratos verbales o físicos por parte de uno o más compañeros de clases.
Desafortunadamente, el problema no es sencillo de resolver. Es necesario que todas las partes involucradas comprendan que hay que considerar que se deben modificar las maneras de interactuar con el entorno. Bajo ningún motivo, pueden ignorarse relaciones basadas en el miedo y el terror.
Recomendaciones generales para prevenir el bullying en el colegio
En primer lugar, debe fomentarse en el hogar un clima abierto, de comunicación y confianza. Esto facilitará que el niño o la niña puedan comentar la situación, en caso de que esté enfrentando dificultades con sus compañeros de estudios.
Además de las acciones del colegio, los padres deben participar en las actividades de prevención del bullying que se realicen en los colegios y en su comunidad.
Es vital alertar a los hijos para que no sigan “la ley del silencio”. Deben entender que, de hacerlo, se convertirían en cómplices de la situación y en parte del problema; no así de la solución. Siempre se debe alentar a que denuncien cualquier situación que consideren injusta.
Hay valores positivos que deben reforzarse constantemente: respeto, solidaridad y responsabilidad son algunos de ellos. Así mismo, se deben supervisar todas las actividades lúdicas de los menores, desde los videojuegos y las películas que más disfrutan, hasta juegos entre compañeros de clases y amigos, incluso con aquellos con los que más se identifican.
¿Cómo deben actuar los padres cuando su hijo es víctima de acoso escolar?
Ante la mínima sospecha de acoso escolar, los canales de comunicación entre padres e hijos deben optimizarse. Los niños deben sentir que cuentan incondicionalmente con el apoyo de sus progenitores, sin menoscabo de sus propias capacidades para interactuar con el entorno.
Tampoco se trata de permitir a los menores desarrollar una dependencia hacia los padres para solventar cualquier inconveniente. Esto siempre será una mala solución. En estos casos, hay algunos pasos que seguir:
- Dejar al joven que desahogue su dolor, rabia o miedo. Hay que procurar que no haya ninguna interrupción mientras esté hablando.
- Establecer contacto directo tanto con el equipo directivo del colegio como con los profesores del niño, niña o adolescente. Alertar oportunamente sobre lo que ocurre para que se investigue con el objetivo de intervenir y resolver el problema cuanto antes.
- Bajo ningún motivo incentivar la venganza o que se muestre agresivo y violento con todos a la hora de defenderse.
- Dependiendo del grado de bullying, así como de los niveles de la ansiedad y miedo que esto pueda generar en los afectados, buscar la ayuda de un profesional.
- Se debe mantener la calma, procurando tener siempre una actitud positiva ante el hecho. Al mismo tiempo, es necesario actuar con determinación y firmeza ante el acoso escolar.
¿Cómo deben actuar los padres cuando su hijo es el acosador?
Suele ser muy difícil para los padres afrontar que su propio hijo tiene comportamientos negativos e, incluso, violentos. De ahí que en estos casos se recomiende trabajar coordinadamente con la institución educativa, a fin de aplicar los correctivos pertinentes.
Para poder revertir la situación, será necesario identificar los detonantes que dan lugar a estas conductas. Hablar con los profesores, escuchando pacientemente todas las observaciones que se tengan para con el implicado. También, se de be pedir, de forma clara y explícita, toda la ayuda posible para corregir actitudes hostiles.
De nuevo, recordamos la importancia de establecer canales de comunicación directos, libres de interferencias o distorsiones. Evita los reproches, pero es importante que se reconozca la responsabilidad que tiene en los hechos el implicado. Recuerda que toda acción, sea buena o mala, siempre traerá consigo una consecuencia.
Hay que dejar claro que ese tipo de comportamientos no serán tolerados dentro del seno familiar. Por último, es preciso fomentar actividades que permitan mejorar las relaciones interpersonales entre compañeros de estudios.
Estas actividades y jornadas educativas pueden tener lugar tanto en los centros educativos como fuera del ámbito escolar. Son muchas las opciones y muy positivas.
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