Los niños con trastorno del espectro autista (TEA) pueden tener inconvenientes a la hora de atender su higiene dental. Esto puede derivar en el desarrollo de enfermedades orales como caries, gingivitis y periodontitis.
Cuando hablamos de TEA nos referimos a un grupo de afecciones del desarrollo caracterizadas por dificultades en la interacción social y en la comunicacion, intereses restringidos y comportamientos repetitivos. Todos estos aspectos pueden interferir en la realización de algunas actividades comunes de la vida diaria.
La necesidad de acompañamiento o de ayuda a la hora de realizar la limpieza de la boca se prolonga mucho más que en otros niños. Sigue leyendo y entérate algunas estrategias para hacer más fácil esta tarea con tus pequeños.
Problemas de salud bucal comunes en los niños con trastorno del espectro autista
Si bien algunas de las patologías bucales presentes en los niños con TEA son las habituales de la infancia, también existen otras relacionadas a la higiene dental deficiente, al tipo de dieta, a las medicaciones y los movimientos bucales repetitivos.
Las caries, el bruxismo y la respiración bucal son los trastornos bucodentales más frecuentes en estos niños. Y por eso, a continuación te contaremos en detalle cuáles son los factores que conducen a ellos:
- Mala higiene oral: algunos niños con TEA o sus cuidadores presentan dificultades a la hora de higienizar la boca. Esto favorece al acúmulo de placa bacteriana, a la formación de sarro y al desarrollo de caries, gingivitis y periodontitis.
- Hábitos orales: los niños con TEA suelen tener conductas repetitivas que pueden impactar sobre la salud bucodental. Por ejemplo, rechinar los dientes, lastimarse las encías y morderse los labios o la lengua. También, comer comidas muy calientes o sustancias no alimenticias, como tierra, arena, arcilla, hielo o plástico.
- Dieta: en general, los niños con TEA tienen muchas aversiones a los alimentos y su dieta se limita, principalmente, a los hidratos de carbono. Otras veces, los dulces y los refrescos son empleados por los cuidadores como elementos para reforzar la conducta deseada. En ambos casos, la ingesta elevada de azúcares aumenta el riesgo de sufrir caries dental.
- Convulsiones: los pequeños con TEA pueden sufrir crisis convulsivas y caerse con frecuencia, lo que aumenta el riesgo de padecer traumatismos y fracturas dentarias.
- Medicación: algunos de los medicamentos usualmente indicados para los niños con TEA pueden tener azúcar agregada, causar sequedad bucal o provocar el aumento del tamaño del tejido gingival. Todo esto incrementa las probabilidades de sufrir caries y enfermedades de las encías.
Consejos de higiene dental para los niños con trastorno del espectro autista
Aprender y asimilar el hábito de la higiene dental en los niños con trastorno del espectro autista será similar al establecimiento de otras rutinas. Por este motivo, las experiencias propias de cada familia variarán según las características de los pequeños.
De todos modos, a continuación mencionamos 6 consejos que pueden ser de utilidad a la hora de enseñar e incorporar los hábitos de cuidado bucodental. ¡Apunta!
1. Elección del cepillo de dientes
La elección del instrumento adecuado para realizar el cepillado dental es muy importante en los niños con TEA. Muchas veces es necesario probar varias opciones hasta dar con el cepillo que sea del agrado del niño.
Se debe buscar un instrumento del tamaño adecuado para la boca del menor, con cerdas blandas o de dureza intermedia, según la sensibilidad y la comodidad que el pequeño perciba.
Si hay problemas para sujetar el cepillo se puede adaptar el mango con una banda de goma, una almohadilla de goma espuma o atravesar con él una pelota. Todas estas estrategias favorecen al agarre cuando existen dificultades en el desarrollo de la motricidad fina.
Elegir opciones con algún diseño atractivo, como un personaje conocido por el niño, puede convertir el instrumento en un objeto más apreciado. Los cepillos eléctricos o los musicales brindan una buena motivación para algunos chicos, mientras que en otros, pueden resultar desagradables.
2. Tener complementos de higiene
Así como es importante tomarse el tiempo para que el pequeño con TEA elija su cepillo dental, también es significativo buscar la mejor opción de pasta y de hilo dental.
Siempre se debe intentar que el niño se sienta cómodo con los productos que lleva a su boca.
Las pastas dentales varían en color, sabor y texturas. También será necesario probar distintas opciones hasta encontrar la que el niño prefiera. Si el pequeño tiene la capacidad de escupir, lo ideal es usar un producto con flúor para prevenir las caries.
Del mismo modo, el tamaño, el sabor y la textura del hilo dental pueden variar entre las marcas. El niño podrá elegir el que sienta más cómodo y se adecue mejor a la separación de sus dientes. El uso de mangos para llevar la seda dental a la boca puede facilitar su uso.
3. Establecer rutinas
El orden y la repetición del mismo comportamiento cada día ayuda a establecer una rutina de higiene dental y esto aplica en general para todos los niños. Por dicho motivo, se aconseja tener todos los elementos en un sitio determinado y realizar la limpieza en un momento puntual del día.
Para inculcar la noción del tiempo que debe durar el cepillado, es conveniente colocar un pequeño reloj o un temporizador eléctrico que active una alarma al finalizar el período.
También es importante que el ambiente en el que se realiza la higiene sea relajante y cómodo para el niño y que cumpla con sus necesidades sensoriales (la intensidad de la luz y el sonido adecuado). Siempre se debe realizar la limpieza de la boca en ese mismo espacio.
4. Enseñar la técnica de una forma adecuada
Los padres son un gran ejemplo para los niños, incluso para aquellos con trastorno del espectro autista. Ver al otro ejecutar una rutina ayuda a entender de qué se trata y por qué es importante llevarla a cabo.
El adulto es el andamio sobre el cual el niño construye su aprendizaje.
El cuidador debe mostrarle al niño cómo abrir la boca para propiciar la limpieza. Y antes de introducir el cepillo en la boca del pequeño, debe presentárselo y permitirle que lo sienta con sus manos y con los labios.
Es clave que el adulto sea quien limpie los dientes del niño con TEA, para ayudarlo a descubrir cómo se siente y a su vez, cumplir con el objetivo deseado. Luego se puede motivar a que el pequeño sostenga su cepillo, mientras el adulto lo guía.
Buscar una posición cómoda para ambos es clave a la hora de realizar la limpieza dental. Para algunos padres funciona sentarse detrás del niño y apoyar su cabeza sobre el pecho. Otros prefieren estar sentados de frente.
Para los pequeños que cierran la boca de repente, se puede implementar un soporte bucal de gomaespuma blando. Esto evita accidentes o mordeduras en los cuidadores.
Hacer al niño con trastorno del espectro autista parte del proceso de higiene dental tanto como pueda y demuestre interés es fundamental. Acompañar es estar dispuestos a ayudarlo ante cualquier dificultad mientras afianza la rutina.
5. Motivar siempre al pequeño
Los niños responden mejor a ciertos estímulos que a otros y sus padres son quienes más conocen estas particularidades. Aprovechar el entendimiento de sus intereses y adaptar la rutina de higiene a ellos, despierta la motivación por el cuidado dental.
Estas son algunas propuestas que pueden alentar a los niños con trastorno del espectro autista a cuidar sus bocas:
- Usar imágenes de la boca que expliquen las zonas a higienizar, cómo colocar el cepillo dental o cuántas veces hay que limpiar es una ayuda visual de mucha utilidad. En internet hay varias opciones disponibles o se pueden utilizar fotos propias adaptadas a una secuencia.
- Felicitar siempre los logros: demostrar alegría cada vez que el niño complete alguno de los pasos de la rutina de higiene ayuda a reforzar la conducta y motiva a continuarla.
- Recompensar: registrar en una pizarra o en un bote de cristal cada logro y otorgar un premio al juntar cierta cantidad puede ser una gran motivación para los pequeños. Es importante que la recompensa no sea algo que comprometa la salud del niño, como dulces o golosinas.
- Jugar durante el proceso: convertir el momento de la higiene dental en un juego suele ser una excelente motivación para algunos niños con trastorno del espectro autista. Jugar a “mi turno, tu turno” y tocarse la boca con el cepillo para que el pequeño copie los movimientos del adulto es un buen ejemplo.
- Distraer: si las demás estrategias no funcionan, se puede realizar la limpieza dental mientras el niño realiza otra actividad de su agrado. Por ejemplo, mientras se le canta una canción o se le lee un cuento.
6. Modificaciones sensoriales
Muchos niños con TEA tienen una sensibilidad especial en sus bocas. Por este motivo, cepillarse los dientes o usar hilo dental puede resultarles bastante incómodo y problemático. Abrazar al pequeño en esos momentos es una de las mejores maneras de disminuir su ansiedad y calmarlo.
Usar un “traje de superhéroe” a la hora de la higiene dental también puede ayudar a controlar el estrés. Basta con envolver al niño en una manta, colocarle una capa, ponerle un sombrero o cualquier accesorio inusual, para generar un impacto sensorial desacostumbrado.
También puede ser útil comenzar a limpiar la boca del niño con un paño de tela o con una esponja pequeña hasta que se vaya acostumbrando a las sensaciones en la boca. Progresivamente, se podrá pasar a las cerdas del cepillo, al hilo y a la pasta dental.
Hacer juegos de actividad motora puede ser útil para acostumbrar al niño a tener objetos en la boca: ofrecerles silbatos, una bombilla para hacer burbujas o trasladar una canica en una cuchara son buenas prácticas.
Buscar ayuda
Hacer del momento de la higiene dental una situación sin molestias es fundamental para que los niños con trastorno del espectro autista incorporen esta rutina de cuidado. Buscar ayuda e ideas en los terapistas ocupacionales o en los dentistas especializados puede marcar la diferencia. Asi mismo, hacer visitas odontológicas regulares permite controlar la salud dental y prevenir complicaciones más difíciles de resolver.
Es cierto que el cuidado de la boca de los niños con TEA puede requerir más tiempo y creatividad, pero con cuidadores comprometidos los pequeños podrán tener una sonrisa saludable.
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