He gritado a mis hijos: cómo arreglar el daño causado

Si gritas a tus hijos, les estarás causando daño emocional... ¿Qué puedes hacer para arreglarlo?
He gritado a mis hijos: cómo arreglar el daño causado
María José Roldán

Escrito y verificado por la psicopedagoga María José Roldán.

Última actualización: 11 febrero, 2021

Si eres madre o padre, entonces es necesario que hagas un trabajo de reflexión. ¿Alguna vez has gritado a tus hijos? Pocas personas dirán que no o que nunca lo han hecho, ya que es bastante habitual que tanto padres como madres gritemos alguna vez puntual a nuestros hijos. ¿Pero qué ocurre si un día te preguntas cómo puedes arreglar el daño causado tras haberles gritado?

Pero claro, una cosa es gritar de manera puntual para evitar un daño o en un momento esporádico de estrés, y otra muy diferente es gritar de manera continuada a tus hijos, todos los días, a cada momento. Por este motivo, es muy importante ser consciente que, tanto si lo haces habitualmente como si lo haces de manera puntual, es necesario arreglar el daño que has causado.

Por supuesto, si gritas continuamente a tus hijos, no necesitas un artículo de este tipo para que eso acabe; más bien necesitarás la ayuda de un profesional para que pueda guiarte en el proceso de crianza. Si gritas todos los días a tus hijos, está claro que hay algún problema de trasfondo que debes trabajar y sanar emocionalmente.

;adre hablando con su hija para arreglar el daño causado tras gritarle.

Ellos no tienen la culpa

Tus hijos no tienen la culpa de tus cargas emocionales. Ellos son seres puros y maravillosos que necesitan a unos padres emocionalmente estables para poder desarrollarse correctamente y que, de esta manera, se conviertan también en adultos emocionalmente estables.

Pero si eres de los que grita a tus hijos de vez en cuando, cuando pierdes los nervios, cuando tienes estrés, cuando se hace tarde, cuando no te escuchan, cuando parece que no te hacen caso…, entonces, sigue leyendo, porque tienes que aprender a reparar ese daño causado en tus hijos.

Porque cuando les gritas o les dices palabras desagradables o hirientes, les estás causando daño emocional. Está en tu mano reparar ese dolor causado.

Para educar no hace falta gritar

Es posible que en muchas ocasiones te hayas sentido desbordado y haya aparecido la impaciencia, la ira, el cansancio, el estrés o la frustración mal canalizada en tu vida. Cuando esto ocurre, desagraciadamente, es bastante habitual que los padres se enfaden con el mundo y que esta manera de estar enfadado con todo les haga gritar o decir cosas de la que después se arrepentirán enormemente, ya que estarán dañando emocionalmente a sus hijos.

Como bien sabrás, para educar no hace falta gritar. De hecho, los gritos solo alejarán a tus hijos de tu lado y les causarán problemas de autoestima y mucho más. Debes tener en cuenta que somos personas y que cometer errores de este tipo es bastante habitual. Pero hay que tomar conciencia de que en los gritos no está la solución, ni tampoco en decir cosas desagradables.

Aunque si ya les has gritado, entonces es necesario que arregles cuanto antes el daño que les has causado, porque si no lo haces, la herida emocional será demasiado profunda.

¿Cómo arreglar el daño emocional causado por los gritos?

Toma conciencia de que gritar nunca es la solución porque generarás dolor emocional a tus hijos y se sentirán humillados. Igual que a ti no te gusta que te griten, no les grites a ellos. Pero si alguna vez lo has hecho, entonces tendrás que saber cómo arreglarlo.

  • Admite tu error. Sé honesto y admite el error que acabas de cometer. También sé consciente de que has hecho algo mal y de que has cometido un acto desproporcionado con tus hijos y no se lo merecían. Sé consciente de que tus gritos y las palabras también pueden causar daño.
  • Pide perdón. Si quieres que tus hijos crezcan sabiendo ser responsable de sus errores, entonces tienes que comenzar a ser responsable tú de los tuyos. Para ello, pide perdón a tus hijos porque les has gritado. Pedir perdón siempre es bueno si debes hacerlo. Tienes que recapacitar, acercarte a tu hijo con cariño y pedirle perdón. Después, promete que no lo harás de nuevo e intenta no hacerlo más. Pide perdón en el momento en el que ocurran las cosas.
    Padre pidiendo perdón a su hijo para arreglar el daño causado tras gritarle.
  • Mantén una conversación con tu niño. Habla con tu hijo y dile lo que te ha pasado. Dile cómo te has sentido y que has dicho cosas que no sentías. Dile por qué lo hiciste, que no supiste canalizar tu enfado en ese momento, pero que aprenderás a hacerlo mejor la próxima vez. Además, le puedes decir que le enseñarás a hacerlo mejor para que no grite él tampoco en un futuro.

Pide ayuda si gritas demasiado y quieres arreglar el daño

Si crees que es necesario, pide ayuda. Si te das cuenta de que gritas demasiado o que te sientes desbordado últimamente y por culpa de eso pierdes la paciencia y el control a menudo, busca ayuda profesional. Necesitas encontrar esa calma y paz tan importante para educar a tus hijos desde el equilibrio y el amor incondicional.


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  • Ballenato Prieto, G. (2008) Educar sin gritar: padres e hijos : ¿convivencia o supervivencia? Editorial: La esfera de los libros.

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