Los abuelos son figuras muy especiales en la vida de los niños. Ellos son sus cuidadores amorosos, sus confidentes, aquellos que siempre tienen una sonrisa y un abrazo dispuesto para los pequeños. Por ello, su partida es una de las experiencias más dolorosas para un nieto. Explicar a tu hijo la muerte de su abuelo no es sencillo, pero existen ciertas pautas que pueden ayudar a gestionar la situación.
Consejos para explicar a tu hijo la muerte de su abuelo
Tengamos en cuenta que la muerte de un abuelo es, muchas veces, la primera pérdida que vive un niño. Además, en nuestra sociedad la muerte aún es un tabú e incluso a los adultos nos cuesta asumirla. Así, es importante transmitirles que se trata de un acontecimiento natural que forma parte de la vida, aunque no por esto va a dejar de causarnos dolor. Para ayudarles a entender esta realidad podemos seguir ciertos pasos que desarrollaremos a continuación.
Ten en cuenta su edad
Este es uno de los factores más importantes a considerar, porque el desarrollo cognitivo y las herramientas emocionales disponibles no son iguales a todas las edades. Un niño menor de dos años todavía no entiende bien el concepto de permanencia y tendrá más dificultades para comprender realmente lo que la pérdida significa. A medida que crecen, los niños son más conscientes de lo que es la muerte y lo que supone, pero aun así el abordaje habrá de ser diferente.
Los más pequeños necesitarán un lenguaje y unas explicaciones más sencillas, así como un mayor soporte emocional. Los adolescentes son más capaces de gestionar sus emociones, pero incluso en este caso las formas, el tono y las palabras que empleemos pueden jugar un papel importante.
Prepárale en la medida de lo posible
Afrontar la muerte de un ser querido nunca es sencillo, pero resulta menos traumático para los niños si los preparamos previamente. En el momento en que su abuelo se encuentre mal de salud, es preferible comunicárselo a tu hijo y hacerle consciente de la realidad.
Encuentra el momento adecuado para darle la noticia
Cuando vayas a comunicarle a tu hijo que su abuelo ha fallecido, tú estarás en el proceso de gestionar tu propio dolor. Esto puede hacer que estés en un estado de desborde emocional que sea poco adecuado para dar la noticia de manera apropiada. Por ello, trata de buscar un buen momento, en el que puedas comunicarte con serenidad y tener una conversación en calma.
Elige un lugar tranquilo, que se sienta seguro para el niño y en el que no haya distracciones. Apagad la televisión y los teléfonos móviles y centraos en ese momento. Igualmente, es importante escoger una ocasión en la que el niño no esté excesivamente cansado, enfadado o irritado para que pueda procesarlo de una mejor manera. Por ejemplo, también podéis planear con anticipación quién va a dar la noticia y qué palabras vais a utilizar. Esto hará más sencillo reaccionar en ese momento.
Explica siempre con la verdad
En ocasiones, con la intención de no hacer tan duro el trance, tendemos a contarles a los niños ciertas mentiras piadosas. Decirles que su abuelo se ha ido, que se ha quedado dormido o que está en un lugar mejor puede suavizar el impacto inicial, pero no es la mejor opción. Especialmente, porque estas frases vagas no comunican la irreversibilidad de la muerte y pueden confundir a los niños.
En su lugar, es preferible comunicar que ha fallecido o incluso dar una pequeña explicación del motivo. Por ejemplo, contarle al niño que su corazón ha dejado de latir. Tener esta información evitará que los menores llenen esos vacíos con su imaginación o con suposiciones incorrectas.
Si se tienen creencias religiosas, puede transmitirse la noticia desde este prisma, ya que esto puede aportar consuelo y fortaleza. Decir “tu abuelito se ha ido al cielo” no es una opción incorrecta, pues sí informa de esa irreversibilidad de la muerte y ayuda a los niños a entender lo que ha sucedido.
Fomenta la expresión emocional
A la hora de explicar a tu hijo la muerte de su abuelo, es fundamental atender el plano emocional. Para los niños es un duro golpe, pero no todos reaccionarán ni se expresarán del mismo modo. Algunos pueden llorar con desesperación y otros responder con aparente indiferencia. Ninguna actitud está bien ni mal. Lo importante es permitirles que sientan y que se expresen a su manera.
A este respecto, frases como “no llores” o “no pasa nada” resultan muy invalidantes en estos momentos. Y es que aunque nos duela y nos incomode ver sufrir a nuestros hijos, lo mejor que podemos hacer por ellos es permitir y acompañar ese dolor. Igualmente, podemos mostrar nuestros propios sentimientos, pues esto les ayudará a entender que es normal sentir tristeza y desconsuelo.
Rituales para elaborar el duelo tras explicar a tu hijo la muerte de su abuelo
Dar la noticia del fallecimiento es solo el inicio de un proceso emocional en el que hemos de acompañar a nuestro hijo. Es importante dar oportunidades para hablar al respecto durante los días, las semanas y los meses posteriores. Posiblemente, la indiferencia inicial se convierta en una profunda pena a medida que procese la noticia. Tal vez más adelante surjan preguntas que al inicio no se habían planteado y hemos de estar dispuestos a responder y acoger sus pensamientos y emociones.
Además, puede ser positivo que el menor participe en los rituales y las ceremonias de despedida, tales como el velatorio, el funeral o el entierro. En ocasiones, no les hacemos partícipes de estos momentos por considerarlos poco apropiados, pero en realidad ayudan a procesar la pérdida y a sentir el apoyo de la familia y de la comunidad.
Por otro lado, es beneficioso elaborar rituales propios en el hogar. Por ejemplo, crear un álbum con las fotos favoritas compartidas con ese abuelito, escribir una carta de despedida o reunirse para recordar los momentos vividos juntos puede ayudar a gestionar las emociones.
Los abuelos permanecen en el corazón
En definitiva, explicarles a los niños que un ser tan querido ha fallecido y no estará más en sus vidas es un trago amargo, pero si lo afrontamos con el tacto, la empatía y la honestidad necesaria podemos reducir el impacto. Ante todo, deben saber que la muerte no borra el amor compartido y que ese abuelo permanecerá con ellos en su memoria y en su corazón.
Bibliografía
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- Rivas Bárcena, R. (2010). Duelo y rituales terapéuticos desde la óptica sistémica. Revista Electrónica de Psicología Iztacala, 11(4).
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