Para un bebé que acaba de nacer muchas cosas pueden resultar desagradables, puesto que ya no tienen los mismos límites que los protegían como antes. Por tal motivo, ante una continuación sensación de inseguridad es normal que se sobresalte, sobre todo a la hora de dormir, si este escucha un ruido fuerte o esté cerca de una luz intensa.
Además de estos factores, tu chiquitín deberá experimentar una serie de sensaciones que, probablemente, no lograrás impedir. Escenarios como la interacción con el pediatra, el contacto con los tejidos de la ropa, el hambre, el traslado de un lugar a otro, el agua sobre la piel, el exceso de ruido, etc. Frente a esto, lo raro es que no se llegue a sobresaltar.
Los sobresaltos del bebé son normales, pero podemos hacerles sentir mejor
Afortunadamente, existen algunas recomendaciones que te ayudarán a evadir estos terribles momentos que le mantienen en un constante estado de alerta. Por supuesto, acurrucarlos entre tus brazos, acariciarlo en situaciones de estrés, hablarle con suavidad y no dejarle llorar por largos minutos le permitirán sentirse en un espacio seguro.
Por otro lado, es recomendable que estés cerca de él durante las noches. Para ello, es recomendable dormir con tu pequeñito en la cama (colecho), o colocar su cuna en tu habitación para que no se sienta solo ni un segundo y puedas atenderlo con rapidez cuando te llame con su delicado llanto.
¿Qué es el reflejo de Moro?
Todos los retoñitos llegan al mundo con diversos movimientos involuntarios o reflejos, que son señales claras de una buena salud. El sobresalto, mejor conocido como reflejo de Moro, es uno de esos signos que se detectan en la primera evaluación al bebé.
Este consiste en la extensión de los brazos y la apertura de sus manitos con las palmas hacia arriba, al sentir que les hace falta un apoyo. También abren los ojos con una expresión de susto, tensando la espalda y los hombros.
El reflejo de Moro no debe persistir luego de los primeros cuatro meses
Estudios afirman que esta reacción espontánea desaparece en los primeros cuatro meses de vida. Y, en el caso de que no lo presente, se puede sospechar de una anomalía en el cerebro o en la médula espinal.
Por otro lado, si durante este reflejo, el niño realiza los movimientos inclinado hacia lado podría indicar la presencia una fractura de clavícula o daño en el sistema nervioso. Además, si el reflejo persiste luego de los 4 meses, es importante que consultes con tu pediatra para descartar otros daños neurológicos.
Consejos para que tu hijo no se sobresalte
Los tres primeros meses de un recién nacido son trascendentales, puesto que es lo que tardan en adaptarse al medio ambiente que ahora les rodea. Esto no significa que lo aísles por completo, pero sí que tengas en cuenta ciertas precauciones con él para que no se sobresalte demasiado.
Seguramente, todas queremos verle descansar con tranquilidad y que nada lo perturbe, para que sueñe con los angelitos. Así que es hora de poner manos a la obra con estos sencillos tips que te permitirán lograr esta meta:
- Si piensas dormirle dentro de un coche o el moisés, mécelo con ligeros movimientos; de lo contrario, experimentará una sensación de vacío y puede que se sobresalte.
- Si empieza a llorar por hambre, no le dejes esperando para que no se ponga ansioso. La alimentación tiene que ser a libre demanda.
- Si está en un espacio oscuro, no lo lleves de inmediato a una estancia iluminada.
- No lo sometas a cambios de temperaturas bruscos, ni a fuertes corrientes de aire.
- Crea un espacio agradable para tu hijo, con poco ruido y libre de estímulos fuertes.
- Evita la ropa ajustada y vístelo con prendas suaves de algodón.
- Trata de acostarle en una cuna pequeña, para que se sienta seguro.
- Rodear a tu hijo con algunas mantas al dormir puede brindarle mayor tranquilidad y favorecer el sueño.
- No permitas que las visitas despierten a tu bebé. Es aconsejable que las mismas esperen para conocerlo.
El regazo de mamá, el mejor refugio
Para estos angelitos, no hay nada mejor que el calor de mamá o papá para sentirse bien. Por este motivo, tienes que cuidar con precisión la forma en cómo lo sostienes, en especial, en el área de la cabeza y los hombros.
Arrópalo con tu amor para que se sienta más seguro en el mundo
Al dormir, trata de moverlo con suavidad y con cuidado de que el cuello no quede sin un soporte. Durante el baño y el cambio de vestimenta o de pañal es vital brindarle mayor seguridad, para que no se desesperen.
Mami, tú eres su abrigo perfecto en este entorno que están por conocer. Cuídalo con mucho amor y verás que no sufrirá tantos sobresaltos.