La escuela tiene que actuar como un factor protector ante la exclusión, fomentando una buena convivencia entre el alumnado. De hecho, según las leyes existentes hoy en día, una de las funciones que debe cumplir el sistema educativo es poner en práctica intervenciones dirigidas a desarrollar la:
- Libertad personal.
- Responsabilidad.
- Solidaridad.
- Tolerancia.
- Igualdad.
- Respeto.
- Justicia.
La escuela como factor protector ante la exclusión
La Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (2000), aprobada por el Consejo Europeo de Niza, dicta los siguientes artículos relacionados con la perpetuación de la dignidad de las personas y la no discriminación:
- “Artículo 1. La dignidad humana es inviolable. Será respetada y protegida”.
- “Artículo 21. Se prohíbe toda discriminación, y en particular la ejercida por razón de sexo, raza, color, orígenes étnicos o sociales, características genéticas, lengua, religión o convicciones, opiniones políticas o de cualquier otro tipo, pertenencia a una minoría nacional, patrimonio, nacimiento, discapacidad, edad u orientación sexual”.
De este modo, uno de los ámbitos en los que se debe proteger a los niños y jóvenes, para que no sufran exclusión, es en el contexto educativo. Pero, desgraciadamente, en la actualidad esto todavía no se ha alcanzado en su totalidad, pues son muchos los alumnos que durante la jornada escolar se sienten solos, incomprendidos y rechazados por sus compañeros. ¡Esto es inadmisible!
“No se trata de tener derecho a ser iguales, sino tener igual derecho a ser diferentes”.
El sistema educativo tiene que hacer todo lo posible por prevenir estas circunstancias e intervenir, en caso de ser necesario, creando un clima que sea percibido como seguro y acogedor por parte de todos los estudiantes.
¿Cuáles son los alumnos en mayor riesgo de exclusión?
Algunos alumnos, debido a sus características o situaciones personales, están en mayor riesgo de exclusión. Algunos de estos grupos, son:
- El alumnado que presenta Necesidades Educativas Especiales: muchas veces están excluidos por sus compañeros por el hecho de presentar ciertas dificultades o problemas en el aprendizaje, en las habilidades sociales, etc. Además, estos poseen una amplia cantidad de factores (vulnerabilidad física, desafíos de habilidades sociales o entornos intolerantes) que pueden aumentar el riesgo de ser rechazados.
- Los estudiantes con pocos recursos económicos: los niños y jóvenes procedentes de familias pobres o con pocos recursos, pueden sufrir exclusión escolar por el tipo de vestimenta que llevan, la forma en la que hablan, etc.
- Los estudiantes de diferentes razas o culturas: los motivos raciales tales como el color de la piel, el origen étnico o las creencias culturales, políticas o religiosas pueden provocar la marginación de estos estudiantes por ser percibidos como diferentes.
- El alumnado LGTBI: los niños y adolescentes gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales pueden ser injustamente excluidos por sus compañeros debido a que estos no comprenden dichas situaciones tan alejadas de lo heteronormativo. Además, este colectivo, puede llegar a experimentar el rechazo de la propia familia, sin recibir ningún tipo de apoyo por esta parte. Por lo que es muy necesario que la escuela respalde al alumnado LGTBI, haciéndoles entender que lo que les ocurre no es nada negativo.
Como docentes, hay que prestar especial atención a las interacciones de estos colectivos de estudiantes para mantenerlos seguros contra el posible rechazo que pueden sufrir.
En conclusión
En definitiva, los centros educativos tienen el deber de tomar las medidas oportunas cuando es necesario, con el propósito de reducir la exclusión. Esto es de gran relevancia para lograr una escuela inclusiva en la que todo tipo de alumnado pueda desarrollarse de forma exitosa, académica y personalmente.
“La educación inclusiva es la mejor solución para un sistema escolar que debe responder a las necesidades de todos sus alumnos”.
-UNESCO-