Las enfermedades infantiles pueden manifestarse en la lengua con signos diferentes y variados. Por eso es importante saber cómo debe verse este órgano en condiciones normales y qué signos nos indican que algo puede andar mal en los niños.
Esta pieza de músculos que se ubica en la cavidad oral sirve para muchas funciones: sentir los sabores, hablar y comer. Muchas veces, también es un indicador del estado de salud general de la persona.
No siempre habrá cambios en la lengua cuando los niños padezcan enfermedades, pero en el caso de que se presenten, es bueno aprender a reconocerlos. En este artículo vamos a describir la lengua normal y algunas de las patologías que alteran su aspecto.
¿Cómo es la lengua normal de un niño?
La lengua es una masa muscular de color rosado con una gran movilidad. Su tonalidad es indicativa de buena salud, pero cuando se vuelve blanca, pálida o adquiere un rojo intenso, es posible que haya algún problema en el organismo.
Del mismo modo, la lengua está recubierta por una mucosa que le otorga humedad y esta condición es fundamental para cumplir ciertas funciones. De hecho, cuando la lengua está seca también nos alerta de una posible enfermedad.
La superficie de la lengua tiene unas pequeñas protuberancias denominadas papilas y las hay de 4 tipos:
- Foliadas: están a los costados de la lengua y se encargan de drenar la saliva y de limpiar al órgano.
- Fungiformes: se encuentran sobre todo en la zona anterior de la lengua y perciben el gusto.
- Circunvaladas: también llamadas caliciformes, son productoras de saliva y se ubican en la base de la lengua, o sea, en la parte más posterior.
- Filiformes: son las más numerosas, responsables de la textura aterciopelada de la lengua. Se encargan del sentido del tacto, es decir, que nos permiten reconocer la textura de lo que comemos.
Por debajo de la lengua existe una estructura membranosa que le sirve al órgano de fijación a la boca. Este es el frenillo lingual, que también puede presentar sus propios defectos. Los niños que nacen con un frenillo más corto pueden padecer de anquiloglosia.
Las enfermedades infantiles más frecuentes que ocasionan cambios en la lengua
A grandes rasgos, ya conoces cómo se ve la lengua normal de un niño. De esta manera, si tu pequeño presenta alguna alteración en el aspecto de esta parte de la boca, podrás consultar con el pediatra para encontrar la causa del problema.
A continuación, mencionaremos algunas de las enfermedades infantiles que tienen manifestaciones en este órgano bucal.
1. Candidiasis
La Candida albicans es un hongo con presencia normal en algunas partes del cuerpo. Es decir, forma parte de la flora normal del ser humano.
Pero en algunas circunstancias, el equilibrio saludable entre este hongo y nuestras defensas se rompe y acaba por infectar algunas estructuras. En la boca esto se conoce como llamado candidiasis oral o muguet y tiene una manifestación característica: las mucosas (incluida la de la lengua) se cubren con membranas blancas que tienen el aspecto de leche cortada.
Aunque no es una infección grave para los niños, puede alterar el mecanismo de alimentación. En los recién nacidos, sobre todo, las molestias dificultan la lactancia y el bebé toma menos leche materna de lo recomendable.
Cuando las placas blanquecinas se desprenden, por debajo queda una sección de lengua enrojecida, quemante y dolorosa. Los pediatras suelen diagnosticarlo de inmediato e inician el tratamiento correspondiente.
En algunos niños, el muguet podría ser un signo de otras enfermedades infantiles que cursan con un descenso en las defensas (inmunodepresión). La frecuencia de estos trastornos no es alta, pero debe ser detectada de manera oportuna.
2. Deshidratación
La deshidratación no es una enfermedad en sí misma, sino una condición que resulta de la falta de agua corporal. Puede originarse a raíz de alguna patología, por una ingesta insuficiente de líquidos o por una pérdida aumentada de los mismos.
Los niños son más susceptibles a la deshidratación que los adultos, pues sus mecanismos de compensación son un poco menos eficientes. De hecho, muchas enfermedades infantiles que cursan con deshidratación, ya sea por fiebre, vómitos o diarrea y se manifiestan a través del aspecto de la lengua.
Ante la falta de agua corporal, el órgano se pone pálido o blanquecino y pierde la humedad característica. Al examinarla puede notarse seca y áspera al tacto.
Si a esto añadimos que el niño orina menos o pasa mucho tiempo sin orinar, está irritable o su llanto se produce sin lágrimas, entonces habrá que consultar al pediatra cuanto antes.
3. Anemia
La anemia es una de las enfermedades infantiles más frecuentes que también tiene signos en la lengua. Debido a la falta de glóbulos rojos en la sangre, tanto la piel como la lengua se tornan pálidas. Sin embargo, el cuadro lingual más indicativo de este trastorno es la glositis, que consiste en la inflamación del órgano, con aumento de su tamaño, enrojecimiento y pérdida de papilas.
La glositis no solo es exclusiva de la anemia por déficit de hierro, pues otras deficiencias de micronutrientes cursan con este signo, como la carencia de vitamina B12, de zinc y de ácido fólico.
Si el pequeño manifiesta cansancio, falta de concentración, debilidad, uñas quebradizas y tiene la piel y la lengua pálidas, entonces será pertinente que lo revise un pediatra.
4. Escarlatina
La escarlatina, también conocida como fiebre escarlata, es una de las enfermedades infantiles que tiene síntomas en la lengua. En general, aparece luego de una faringitis por estreptococo, pues es causada por el mismo germen.
Los niños afectados presentan un sarpullido en gran parte de su cuerpo que suele brotar a nivel del cuello. Un signo característico es que, si se presiona este sarpullido, la piel deja de estar roja momentáneamente en ese punto.
En la boca, la escarlatina se identifica con la llamada “lengua de fresa“. Primero, el órgano se pone blanco e inflamado, con una capa superior de tipo saburral. Luego, vira hacia un rojo intenso con muchas protuberancias, que son las papilas que han aumentado de tamaño.
El tratamiento de esta patología es con antibióticos, pues el agente causal es una bacteria. Ante los síntomas, el pediatra sabrá qué medicamento indicar.
5. Alergias
Las alergias son muy frecuentes durante la infancia. Los niños pueden padecer reacciones cutáneas por el contacto con algún elemento alergénico, ya sea veneno de insecto, alimento o pelo de un animal.
El sistema inmunitario de los pequeños se expone a sustancias que desconoce casi de forma constante, pero en el caso de existir cierta susceptibilidad a alguno, desencadenará una reacción alérgica. La lengua puede ser un sitio donde el proceso tenga manifestaciones: se hincha y se torna más roja de lo habitual, lo que dificulta hablar, tragar y hasta respirar.
Si la reacción es grande, involucra otras partes del cuerpo y se presenta con hinchazón de los labios, eritema en la piel, edema en los párpados, dificultad para tragar y diarrea, entonces es conveniente una consulta pediátrica inmediata.
6. Lengua geográfica
Por último, entre las enfermedades infantiles con manifestación en la lengua, no podemos dejar de mencionar a la glositis migratoria benigna o lengua geográfica. Se trata de una patología benigna y crónica propia de la lengua, que no representa gravedad ni requiere tratamiento.
Su nombre se debe al aspecto de mapa que adquiere la superficie lingual, pues sobre su dorso aparecen algunas manchas rosadas o rojizas que se separan entre sí por bordes blancos. Las mismas cambian su disposición con el paso del tiempo.
En general, este trastorno no causa dolor ni molestias, pero en algunos niños intensifica la percepción de algunos sabores.
Su etiología es desconocida, aunque existen distintas teorías que intentan explicar sus causas. Se especula con una herencia genética, puesto que hay casos en los que más de un integrante de una familia comparte el rasgo.
Además, existe una asociación entre algunas enfermedades sistémicas y la aparición de la lengua geográfica como un síntoma más. La psoriasis, la dermatitis atópica y la enfermedad celíaca son algunos ejemplos.
Observar la lengua
La lengua puede tener signos y síntomas que orienten hacia la presencia de alguna de las enfermedades infantiles frecuentes. Observar la boca de tu pequeño te permitirá notar cualquier cambio que indique que algo no anda bien y acudir al pediatra de manera oportuna.
Muchos cuadros son benignos y se resuelven de manera fácil, pero otros, necesitarán métodos complementarios para definir un diagnóstico y comenzar un tratamiento oportuno.
Nadie conoce la lengua de tu niño tanto como tú. Así que si algo te parece raro, no demores en buscar atención médica.
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