Empacho en bebés: síntomas y tratamiento

Los bebés y los niños menores de 5 años, pueden padecer varios episodios de empacho durante el año. Veamos cómo tratar este malestar.
Empacho en bebés: síntomas y tratamiento
Leidy Mora Molina

Escrito y verificado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Última actualización: 10 octubre, 2023

El empacho es un malestar gastrointestinal frecuente en bebés. Durante los primeros años, algunas condiciones provocan que el bebé coma más de lo necesario. Esto, junto con la inmadurez de los órganos, desencadenan las malas digestiones, lo que se conoce también como empachos.

Por esta razón, es habitual observarlo en niños comelones y ansiosos. Pero ¿cómo podemos evitar que nuestro pequeño lo sufra? En este artículo, te diremos cómo identificar cuando el bebé sufre de empacho, qué debes hacer para tratarlo y algunos consejos para prevenirlo. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es el empacho en bebés?

Empacho es el término popular que se utiliza para describir a la indigestión causada por comer rápido y en exceso. Esto hace que los alimentos no se digieran completamente, o que la digestión sea bastante lenta, generando un estancamiento del bolo alimenticio en el tracto digestivo. En los bebés, el empacho ocurre por los siguientes motivos:

  • Porque se le ofrece más comida o leche de la que el bebé puede digerir.
  • Por la dificultad de su sistema gastrointestinal inmaduro para procesar ciertos alimentos.

En este sentido, una investigación publicada en Nutrición Hospitalaria señala qué, durante el primer año, aumenta la capacidad del estómago del bebé desde unos 10-20 ml al nacimiento, a 200 ml al año de vida.

Esto permite que aumente el consumo de alimentos en el bebé, además se produce el desarrollo de los diferentes sistemas enzimáticos para permitir una digestión completa de alimentos más complejos. Por esta razón, mientras el estómago y los intestinos desarrollan estas funciones, es natural que el bebé sufra de empachos.

Aunado a esto, algunos bebés tienden a comer con ansiedad, lo que hace que este problema aparezca. El reflejo de succión también es parte de las causas, pues hace que el pequeño tome más leche de la que necesita para relajarse antes dormir.



Causas del empacho

Aparte de las antes mencionadas, existen otras condiciones que pueden favorecer el empacho del bebé. Entre estas destacan:

  • Que el bebé coma de manera accidental elementos no digeribles: Como tierra, chicle, papel o basura.
  • Si el bebé ingiere comidas de difícil digestión: Ocurre si al bebé se le ofrece legumbres, cáscaras de frutas, frutas no maduras o alimentos descompuestos o mal cocidos.
  • Cuando se le ofrecen alimentos fríos y refrigerados por días: Como por ejemplo, la leche fría.
  • Si se ofrece comidas a deshoras: Cuando el bebé ha pasado mucho tiempo sin comer, come mucho y con desespero. Ocurre también cuando se duerme de inmediato después de alimentarlo.
  • Cuando se alimenta y está irritable y llorón.

Síntomas del empacho en bebés

Por lo general, los empachos causan dolor de barriga, inapetencia y palidez facial. No obstante, los síntomas pueden variar de acuerdo con el tipo de empacho que presente el niño. Veamos sus diferencias a continuación.

Empacho seco

En este tipo de indigestión no hay diarrea, pues los alimentos se quedan retenidos en el estómago y la digestión intestinal no se produce. Si el empacho es seco, aparecen los siguientes síntomas:

  • dolor abdominal;
  • eliminación de gases sin diarrea;
  • abdomen inflamado;
  • eructos con mal olor;
  • lengua blanca;
  • fiebre baja o febrícula;
  • problemas para defecar y estreñimiento;
  • irritabilidad;
  • malestar general.

Empacho húmedo

Este tipo de empacho es el más común. En este caso, el bebé presenta tanto gastritis (inflamación de las paredes del estómago) como enteritis, que es la inflamación de los intestinos. De no ser tratado, pueden desencadenar cuadros de deshidratación.

Entre los síntomas del empacho húmedo podemos destacar los siguientes:

  • dolor abdominal
  • náuseas y vómitos
  • diarreas
  • gases
  • abdomen distendido
  • inapetencia
  • fiebre
  • dolor de cabeza
  • malestar general

Si la diarrea y los vómitos son severos, se puede presentar también deshidratación. Todos esos signos suelen desaparecer por sí solos en las siguientes 24 horas. En caso de persistir, el bebé debe ser evaluado por el pediatra para que valore signos de deshidratación y descarte otros trastornos digestivos.

Tratamiento del empacho en bebés

Existen una variedad tratamientos populares para atacar este problema digestivo. Sin embargo, cuando se trata de bebés, es de vital importancia que todo lo que se les administre sea aprobado por el pediatra.

En reglas generales, el empacho no amerita medicación, pues suele cesar por sí solo cuando se expulsa lo que lo está causando. En todo caso, es necesario atender el malestar del bebé, tomando en cuenta algunos consejos:

  • Mantén hidratado al bebé. Ofrece leche materna o sorbos de agua en bebés que llevan una alimentación complementaria cada vez que lo reciba.
  • Mantén una dieta blanda. Ofrece caldos de pollo, zanahoria rallada, manzanas.
  • No lo fuerces a comer, pues empeorará los síntomas. En la medida que el pequeño se sienta mejor, aceptará más alimentos.
  • Si el niño ya inició la alimentación complementaria y el empacho es seco, puedes ofrecerle agua de avena, que por su alto contenido en fibra favorece la digestión y el tránsito intestinal.
  • Si el bebé tiene fiebre, malestar general o dolor de cabeza, puedes ofrecerle acetaminofén bajo consentimiento del pediatra.

¿Cómo actuar ante gases y diarreas?

En caso de que el bebé esté distendido y con gases, la Academia Americana de Pediatría recomienda mover las piernas tipo bicicleta y realizar un masaje abdominal. Con ayuda de algún aceite o crema, realiza un masaje haciendo una leve presión en sentido de las agujas del reloj.

Estas intervenciones ayudan estimular la movilidad intestinal, lo que favorece la expulsión de gases y las evacuaciones. Ahora, en caso de que las diarreas sean constantes, se puede alterar la flora intestinal. De ser así, el pediatra puede indicarle probióticos.



Evitar la deshidratación

En bebés recién nacidos, lo recomendable es ofrecer leche materna a libre demanda en lugar de limitar su consumo. De esta manera, el pequeño aprenderá a autorregular sus tomas, además de evitar la deshidratación.

Por otro lado, la Asociación Española de Pediatría señala que si hay vómitos y diarreas, es mejor no darles zumos de frutas o bebidas gaseosas, pues pueden empeorar la diarrea. En estos casos es preferible utilizar soluciones de rehidratación para reponer las sales que se han perdido. 

¿Qué se debe tomar en cuenta para evitar los empachos?

El empacho es una afección digestiva prevenible en la mayoría de los casos. La clave está en controlar las condiciones que lo producen. Para esto, ten en cuenta estos consejos:

  • Ofrece al bebé la alimentación a las horas adecuadas y evita las comidas copiosas antes de dormir.
  • Si lleva una lactancia materna exclusiva, ofrécele a libre demanda. Esto evitará que sienta mucha hambre y que coma con ansiedad.
  • Si el bebé lleva una alimentación complementaria, es importante elegir alimentos de fácil digestión y solo los recomendados para su edad. Evita las comidas recalentadas, fritas y mal cocidas, así como las frutas en proceso de maduración.
  • No se debe obligar al bebé a comer de más, ni ofrecerle comidas cuando esté irritable y estresado.
  • Cuando el bebé comience la alimentación complementaria, se debe adecuar los horarios de las tomas de leche, para que no se hagan en conjunto con las comidas.
  • Si el bebé come muy rápido, se debe enseñar a que coma sin prisas.
  • Es importante no dejar a la mano del bebé papel, tierra u otros materiales no digeribles. Los bebés por naturaleza llevarán a su boca lo que esté a su alrededor.
  • No alimentes al bebé enfrente de pantallas y otros distractores. En estos casos, el bebé puede comer de más, porque no está concentrado en lo que come, sino en lo que ve.

No se debe subestimar el empacho en los bebés

El empacho suele ser transitorio, por ello, si luego de 24 horas no cesan los síntomas, el bebé debe ser evaluado por el pediatra. El profesional podrá indicar exámenes de heces y otros análisis sanguíneos para descartar alguna infección por bacterias o parásitos.

Por último, aunque las indigestiones son habituales en los bebés, no debemos desestimar su importancia. Se debe prestar atención a la deshidratación, pues los bebés son más propensos a complicaciones graves por esta causa.


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