El juego, como todos sabemos, es una actividad innata y propia de la infancia. Jugando es como se realizan la mayoría de los aprendizajes y la forma que tienen los niños de comprender el mundo que les rodea y así mismos. Así pues, hablaremos en este artículo del juego heurístico.
El juego heurístico
Según la etapa evolutiva del niño, los juegos van variando. De los 12 a los 24 meses, los niños se encuentran en el periodo de desarrollo sensorio-motriz; comienzan a tener mayor autonomía en sus desplazamientos y, poco a poco, empiezan a coordinar sus movimientos, por lo tanto, se multiplican las posibilidades de jugar y conocer.
En la etapa de los 12 a los 24 meses, los niños tienen la necesidad de explorar y descubrir por sí mismos cómo se comportan las cosas, por lo que necesitan gran variedad de objetos con los que experimentar. Desde la escuela infantil, podemos brindarles esta oportunidad mediante el juego heurístico, el cual favorece la manipulación, la experimentación y el descubrimiento.
El juego heurístico es una práctica de juego y un enfoque de aprendizaje para niños de 12 a 24 meses. Fue desarrollado por la pedagoga inglesa Elinor Goldschmied y puesto en práctica en colaboración con educadoras de Inglaterra, Escocia, Italia y España.
Consiste en ofrecer a un grupo de niños, durante un tiempo determinado y en un entorno controlado, una cantidad de objetos de distintos tipos y materiales para que jueguen y experimenten libremente sin que intervengan los adultos. El niño es el protagonista de su propio aprendizaje; investiga por sí solo.
¿Qué características tiene el juego heurístico?
Incita al niño a manipular, observar y explorar una gran cantidad de objetos y materiales; interactúa y descubre con la mirada, el tacto y la boca.
Mediante la actividad de descubrir, el pequeño toma conciencia de las leyes de la naturaleza (gravedad, equilibrio, velocidad, etc.), y de las propiedades de los objetos (dimensión, volumen, peso, color, textura, etc.).
No existen el error; las acciones y relaciones que haga un niño con los objetos serán tan correctas y adecuadas como las que realice otro niño, puesto que las posibilidades son infinitas y no hay nada que determine lo que esta bien o mal.
Se eliminan los conflictos de juego, ya que todos los niños disponen de material suficiente y nadie les pide que compartan (una actitud prematura aún para esta edad).
¿Qué aspectos se trabajan mediante el juego heurístico?
Ante todo, es el placer que los niños encuentran en los materiales y sus acciones, además de conseguir los siguientes objetivos.
- Favorecer la concentración.
- Desarrollar la coordinación ojo-mano.
- Coordinar movimientos con las dos manos: apilar, encajar, tapar, destapar, etc.
- Aprender la relación causa-efecto, conceptos como dentro-fuera, lleno-vacío.
- Ordenar y discriminar entre categorías de objetos diferentes.
- Aprender vocabulario
- Percepción sensorial de objetos.
¿ Qué necesitamos?
- Objetos variados. Mejor si son naturales (madera, cartón, metal, corcho, cuero…). Pero también se pueden utilizar materiales reciclados. Necesitaremos gran cantidad y variedad, al menos, 15 diferentes y, de cada una de ellos, unas 50 unidades.
- Bolsas de tela en las que guardaremos todos los elementos iguales de cada tipo, llamadas colecciones. En cada bolsa se escribe o dibuja el objeto que contiene.
- Contenedores. Suelen ser cestas, botes, cajas de distintos tamaños en las que entren los objetos de las distintas colecciones. Se necesitan 3 o 4 para cada niño.
¿Cómo se organiza una sesión de juego heurístico?
Una sesión de juego tiene una duración de unos 50 minutos. En este tiempo, se incluye la preparación, el momento del juego y la recogida. En una sesión participarán entre 8 y 10 niños como máximo.
- Preparación. La educadora prepara el espacio de juego. Este debe ser amplio para que los niños tengan libertad de movimientos. A su vez, debe favorecer la concentración, por lo que hay que retirar los juegos y objetos que puedan crear distracción. Se prepararán 8 puestos de juego. Cada puesto consta de 3 0 4 contenedores y 7 u 8 piezas de las colecciones de objetos.
- Momento del juego. Los niños exploran y manipulan libremente. Tienen infinidad de posibilidades: llenar, vaciar, abrir, tapar, apilar, rodar, achuchar…
- Recogida. Hay que reservar unos 15 minutos para ordenar sin prisas. Los niños, con ayuda de la educadora, recogen y clasifican el material; ven este acto como parte del juego. A su vez, desarrollan vocabulario nuevo, puesto que la educadora va indicando a los niños el nombre, la cantidad y en lugar en el que se encuentran los objetos.
Rol de la educadora
Su papel es el de facilitador y observador. Hay que permanecer atentos y observar cómo interactúan los niños con los objetos, y anotar lo que nos parezca interesante. El educador ni estimula, ni sugiere, ni elogia, ni dirige.
Si en algún momento vemos que los objetos están demasiado dispersos por el espacio, los reorganizaremos en silencio para no distraer. Únicamente se interviene si alguno de los niños empieza a tirar las cosas y molestar a los demás. En este caso, lo mejor es ofrecerle un contenedor y animarlo a que coloque las cosas dentro.