La economía de fichas es una estrategia recomendada por los psicólogos para estimular los cambios en el comportamiento infantil. En los centros educativos, los maestros la usan con frecuencia para generar conductas adecuadas y erradicar las negativas. Bien empleada, puede convertirse en una técnica muy eficaz.
Se trata de un sistema de premios cuya base psicológica es el reforzamiento positivo. Cuando el niño tiene una conducta deseable en la que se está poniendo el énfasis, se le asignan puntos. Luego podrá canjear esos puntos por premios.
Cómo usar la economía de fichas
Esta técnica de economía de fichas tiene como objetivo estimular e instaurar conductas deseables. Se trata de acciones que el niño se resiste a realizar naturalmente.
Generalmente la economía de fichas es útil para fomentar el interés hacia ciertas actividades que no son atractivas para el niño. También sirve para regular comportamientos sociales inadecuados. El sistema lleva a que el niño asocie el comportamiento que debe adquirir con algo positivo.
¿Cómo aplicar la economía de fichas?
1.- Preparación
En primer lugar, es necesario planificar el sistema. Se prepararán los materiales, ya que el sistema exige que sea visible. El niño es por naturaleza concreto, y necesita ver su evolución.
Se elegirán y prepararán las fichas. Para los niños pequeños, las estrellas, caritas o pegatinas serán muy atractivos. Para los más grandes, pueden utilizarse vales o números que se suelen imprimir en papel, cartón o plástico.
También se preparará un tablero en el que se irá registrando el avance del niño. Las fichas ganadas, perdidas o canjeadas en el tablero harán visible la evolución. En una columna se ubicarán los días de la semana. Este panel se colocará en lugar donde se vea y se controle bien.
2.- Premio
Se establece un premio que será otorgado cuando el niño logre acumular un determinado número de fichas previamente acordado. Debe ser algo que agrade mucho al pequeño: un juguete que desea, ir al parque de atracciones, comer hamburguesas etc. Lo importante es que sea un premio realmente motivador para él.
3.- Definiciones básicas
Se explicarán al niño algunas definiciones básicas: indicadores del comportamiento que se quiere favorecer y condiciones de canjeo de fichas por premios. Se deben definir conductas concretas.
A la hora de armar el sistema debe considerarse la edad del niño. Para los pequeños, deberá establecerse un número reducido de fichas, pues si la meta es a muy largo plazo perderá el interés. Para niños mayores, el número de fichas para cambiar debe ser mayor.
” La técnica de economía de fichas tiene como objetivo estimular e instaurar conductas deseables”
Condiciones que se deben tener en cuenta para diseñar una economía de fichas
- Centrarse en lo positivo. A veces se cae en el error de presentar en la tabla las conductas negativas que se quieren cambiar. Por ejemplo, “no dejar todo tirado en la habitación”. Es mucho más efectivo elegir conductas positivas que sean incompatibles con las negativas: “dejar la habitación ordenada”.
- Pretender conductas posibles. Es importante planear cambios posibles y realistas. Hay cambios de comportamiento que es imposible que se logren de un día para otro. Un ejemplo es la erradicación de las rabietas. Si un niño vive episodios de rabietas 5 o 6 veces al día, será imposible que los elimine todos juntos. Fracasará y eso le causará frustración.
Un camino efectivo es proponer reducir el número de las rabietas. Cuando lo logre, se procederá a plantear la eliminación definitiva.
- Mantener el sistema con constancia. Una vez establecida la economía de fichas, se debe ser constante. De lo contrario, no dará resultados; esta es misión de los padres.
- Establecer premios acordes al cambio. La elección de los premios será acordada entre los padres y los niño Si el niño realmente desea ese premio se esforzará por conseguirlo. Grandes premios exigirán grandes cambios.
- Hacer que el niño participe en la preparación del sistema. Puede ayudar a confeccionar el tablero, a elegir las formas de las fichas y a diseñarlas. Esto provocará un mayor involucramiento y lo hará partícipe desde el comienzo.
Una economía de fichas no puede durar para siempre, sino que, a medida que el niño va logrando el cambio esperado, se comenzará a retirar gradualmente el sistema, ya sea aumentando las fichas necesarias para el premio o combinando dos conductas, por ejemplo.
Bibliografía
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