Los dientes separados en los niños, también conocidos como diastemas, suelen ser una preocupación para algunos padres. Ver espacios entre las piezas dentarias les hace creer que algo está mal en la boca de sus hijos.
Pero deben saber que en los niños pequeños la falta de contacto entre los dientes es bastante común. Incluso, se trata de una etapa fisiológica que trae beneficios a futuro, sobre todo cuando erupcionan los elementos definitivos.
En los niños más grandes y con la dentición permanente, la separación dentaria puede deberse a otras situaciones. Aquí se las vamos a comentar para que sepan a qué prestarle atención. ¡No se lo pierdan!
Diastemas o dientes separados en los niños con dentición temporaria
Los diastemas son los espacios que existen entre diente y diente. Cuando se trata de las piezas temporarias, esta es una situación que se da con bastante frecuencia y, a fin de cuentas, un tanto favorable.
Esto se explica porque las piezas de leche son bastante más pequeñas que sus sucesoras definitivas. Cuando estas últimas erupcionan no solo ocupan el lugar de los elementos temporarios, sino que también necesitan un “espacio extra” para caber en él. Y los diastemas les proveen ese margen.
Por lo tanto, durante la dentición temporaria, observar que los niños tienen los dientes separados es lo más deseable. El problema surge cuando esto no se da, como ocurre en el apiñamiento dental o cuando los dientes están encimados. Dichos escenarios hacen muy probable que se altere el posicionamiento de las piezas definitivas.
Además, cuando los dientes están muy próximos entre sí se dificulta la higiene dental y esto favorece al desarrollo de caries interproximales. Es decir, en las superficies que contactan con los elementos vecinos.
Dientes separados o diastemas en los niños con dentición definitiva
Durante la etapa del recambio dental también es bastante común observar diastemas en los niños hasta que los elementos terminen de posicionarse.
El espacio más común y más notorio es el que se presenta entre los dos incisivos centrales superiores definitivos. También, es el que más suele inquietar a los adultos.
La separación de estos elementos durante su erupción no es determinante de que habrá un diastema para siempre. Se debe esperar la salida de los incisivos laterales definitivos e incluso, al recambio de los caninos en la pubertad. Luego de estos eventos es posible que el espacio se cierre solo.
La presencia de los diastemas durante el recambio no se debe considerar definitiva, pues a medida que los niños crecen y adquieren la dentición permanente, los espacios suelen cerrarse.
Los controles odontológicos en esta etapa son fundamentales. El odontopediatra es el profesional más capacitado para valorar los diastemas y tratarlos cuando sea necesario.
Causas de los diastemas o dientes separados en los niños
Debes saber que existen ocasiones en que los espacios pueden persistir y a continuación, te mencionamos algunas de las causas:
- Frenillo labial muy fibroso y con una inserción muy posterior. Este tejido mucoso elástico une el labio superior con la encía, sobre la línea media de la boca, entre ambos incisivos centrales. Si este es muy grande puede insertarse en la zona entre los dientes y generar su separación. En esos casos, el odontopediatra puede considerar oportuna una cirugía sencilla llamada frenectomía y el posterior tratamiento de ortodoncia.
- Desajuste entre el tamaño de los dientes y los maxilares. Si los elementos dentarios son muy pequeños en relación al hueso, aparecerán espacios entre ellos. En estos casos existen distintas posibilidades para corregir el problema, como cubrirlos y disimularlos, cerrarlos con ortodoncia o simplemente, dejarlos así. Pues mientras que la separación no interfiera con la mordida, no es más que una problemática estética.
- Dientes supernumerarios. Los más comunes son los mesiodents. Se trata de piezas dentarias de más que se ubican entre medio de los incisivos. En algunas ocasionan erupcionan, pero otras veces permanecen retenidos y solo se observan a través de las radiografías dentales.
- Agenesias dentales. La falta de alguna pieza dentaria también puede ocasionar un mayor espacio entre los dientes.
- Pérdida de dientes. La ausencia de algún elemento dentario que se ha perdido por extracciones o por traumatismos aumenta la separación entre los dientes.
- Succión digital. El hábito de chuparse el dedo ocasiona la inclinación de los incisivos superiores y origina un diastema entre ellos.
- Quiste fisurario del conducto nasopalatino. Se trata de un quiste que se desarrolla en el espesor de la zona anterior del paladar. Y aunque es una patología poco frecuente, también está relacionada con los dientes separados.
- Malformaciones dentarias. Los dientes muy pequeños o con forma cónica ocasionan espacios entre piezas.
La falta de diastemas en los niños pequeños
Como ya mencionamos, los diastemas y los dientes separados son normales en los niños pequeños. Y en general, se corrigen con el paso del tiempo.
Es la ausencia de estos espacios el motivo de preocupación de los odontólogos, pues como ya explicamos, favorecen a la aparición de caries interdentarias y al desarrollo de malposiciones.
Cuando los dientes están separados, la saliva puede fluir cómodamente entre estos espacios y facilitar la autolimpieza. Además, es menos probable que queden restos de comida y placa bacteriana acumulada allí. La higiene es más fácil y, con eso, el riesgo de caries también es menor.
Cuando estos espacios no existen, la higiene interdentaria con el hilo dental, con cepillos especiales o con irrigadores es fundamental. De lo contrario, el acúmulo de bacterias en la zona predispone a la aparición de las caries.
Las malposiciones en la dentición definitiva es otra de las problemáticas de los dientes apiñados. La falta de espacio para erupcionar hace que estas piezas salgan en el estrecho sitio de los anteriores y que deban posicionarse desalineados o superpuestos entre sí. A la larga, esto ocasiona otros problemas de mordida, además de los efectos estéticos.
En los controles odontológicos el dentista evalúa estas situaciones y puede considerar estimular el crecimiento óseo para que las piezas definitivas cuenten con espacio necesario para salir. Este es un motivo más para llevar a los pequeños a sus citas regulares con el odontopediatra.
¿Es necesario tratar los diastemas?
Los dientes separados o diastemas no representan un riesgo para la salud de los niños. Y en el caso de que persistan, le aportan un aspecto particular a la sonrisa.
Si los dientes separados no interfieren en la oclusión del pequeño, no es necesario tratarlos. De todos modos, algunas familias optan por buscar alternativas terapéuticas para juntar los dientes de sus hijos, como la ortodoncia o las carillas estéticas.
El aspecto de la sonrisa de tu niño y la separación de sus dientes variará durante su crecimiento. Visitar de manera frecuente al odontopediatra es la manera más efectiva de acompañar estos cambios con responsabilidad y evitar complicaciones a futuro.
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