La apariencia de los dientes depende, en gran medida, de los cuidados y de la atención que les damos. Pero, lo que ocurre durante su formación también influye. Te contamos sobre la dentinogénesis imperfecta, un trastorno genético que afecta a la dentina y el aspecto de la dentadura.
Si bien se trata de una afección poco frecuente, sus síntomas pueden llevar a querer ocultar la sonrisa o avergonzarse de ella. Sin embargo, reconocer las señales que indican que puede haber un problema en los tejidos duros del diente permite actuar de manera temprana y buscar una solución.
En este artículo te contamos todo lo que tienes que saber sobre la dentinogénesis imperfecta. Sigue leyendo.
¿Qué es la dentinogénesis imperfecta?
La dentinogénesis imperfecta es un trastorno genético autosómico dominante. Se produce por la mutación o la alteración accidental del genoma humano, lo que influye en el proceso de formación de los tejidos duros de los dientes. En este caso, varía la estructura de la dentina y puede afectar a la dentición temporaria, a la definitiva o a ambas. Se trata de una alteración poco frecuente, ya que apenas se ha reportado una incidencia de 1 en 8000.
La mutación que provoca esta patología sucede en el gen DSPP, que es el responsable de la formación de la dentina. Las alteraciones en el material genético provocan el desarrollo de una capa anormalmente blanda. Las piezas dentarias se caracterizan por verse translúcidas, decoloradas o con una tonalidad azul-grisácea o amarillo-café. En consecuencia, los elementos son más débiles, por lo que se aumenta el riesgo de sufrir daños como fracturas, atrición y desgastes.
En las radiografías, las coronas dentarias se observan bulbosas. Además, las cámaras pulpares pueden notarse más pequeñas o más grandes de lo normal. Con ello, pueden aparecer consecuencias no deseadas que afectan el factor estético y funcional de los dientes. Algunas de ellas son las siguientes:
- Sensibilidad.
- Dificultad para realizar restauraciones tradicionales.
- Exposiciones pulpares.
- Infecciones periapicales.
- Pérdida dental.
Tipos de dentinogénesis imperfecta
La dentinogénesis imperfecta se puede manifestar de distintas maneras y asociarse a otros padecimientos. Es así que existe una clasificación que diferencia 3 tipos de esta patología:
- Tipo I: se da en personas que también padecen osteogénesis imperfecta. Se trata de un trastorno similar, pero que afecta los huesos. La dentinogénesis imperfecta tipo I afecta a ambas denticiones y se caracteriza por la alteración del tejido conjuntivo y una mineralización deficiente.
- Tipo II: no está asociada a ningún otro trastorno hereditario, aunque puede darse en pacientes con problemas auditivos. Es la más común y suele afectar con más frecuencia a los dientes temporarios. También se la conoce como “dentina opalescente hereditaria”. Este tejido es mucho más blando que lo normal.
- Tipo III: aparece en quienes no tienen ningún otro padecimiento. Es un trastorno que parece estar limitado a un grupo de personas de Maryland (Estados Unidos). La dentina es muy delgada y las cámaras pulpares muy amplias.
Diagnóstico de la dentinogénesis imperfecta
El diagnóstico temprano es fundamental para comenzar con el tratamiento y la supervisión del cuadro. Para ello, un examen bucodental y las radiografías odontológicas suelen ser suficientes.
De esta manera, se pueden tomar las medidas preventivas que evitarán las consecuencias negativas. Además, las visitas al dentista desde el primer año de vida son fundamentales. Si se realizan evaluaciones odontológicas periódicas, es posible detectar cualquier anomalía a tiempo y actuar en consecuencia.
Tratamientos
El primer tratamiento de la dentinogénesis imperfecta se enfoca en las piezas de leche. Los procedimientos varían según los elementos dentarios afectados, la severidad del caso y la colaboración de los pequeños.
Las terapéuticas incluyen restauraciones como empastes preventivos o coronas que recubren toda la pieza debilitada. De esta manera, se evitan atriciones, desgastes y pérdidas de la dimensión vertical de la cara del niño.
Los controles y los seguimientos periódicos serán necesarios. Sobre todo en la época del recambio dental, para evaluar si las piezas definitivas también están alteradas. En el caso de que la dentinogénesis imperfecta afecte la dentición permanente, las medidas a tomar varían según la edad del paciente.
Una vez que el paciente crece, se pueden realizar extracciones dentarias y una adecuada rehabilitación protética. El uso de implantes o prótesis es una alternativa adecuada en la adultez.
Un abordaje temprano es clave
La dentinogénesis imperfecta es una alteración poco frecuente, pero cuando ocurre repercute de manera negativa en la vida del paciente. Los dientes traslúcidos, azulados o amarronados, con formas atípicas y mucha debilidad, afectan la estética y la función de la dentadura. Por otra parte, el riesgo de sufrir otros daños en la boca, de alterar las relaciones sociales del paciente y de disminuir la autoestima son consecuencias bastante comunes.
De todos modos, con los tratamientos y las medidas preventivas oportunas se pueden evitar los efectos negativos y mejorar la calidad de vida de los pacientes. Por eso, las visitas odontológicas de manera regular son fundamentales.
Con la responsabilidad de los padres y el acompañamiento de un dentista comprometido, los niños con dentinogénesis imperfecta podrán subsanar las consecuencias de este trastorno.
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