¿Puede volver a crecer el esmalte en los dientes de los niños?
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La capa más externa de las piezas dentarias se encarga de protegerlas de los agentes exteriores que pueden dañarlas. Si el esmalte de los dientes de los niños se pierde, ocasiona consecuencias molestas. No contar con esa barrera protectora provoca sensibilidad, dolor y cambios en el aspecto de los dientes. La mala noticia es que este desgaste es irreversible, pues una vez que se pierde, este tejido no vuelve a crecer.
Descubre la importancia del esmalte dental en los dientes de los niños y por qué no vuelve a crecer. Además, te contamos algunos consejos para que ayudes a tu pequeño a preservar esta capa dental tan valiosa y qué debes hacer si se desgasta.
¿Qué es el esmalte dental?
El esmalte dental es uno de los cuatro tejidos que conforman la estructura dentaria. Junto con la dentina y el cemento, constituye la parte dura de los dientes. La pulpa es el único componente blando y está ubicada en la parte más interna de la pieza dentaria. Esta está compuesta por tejido conectivo, células, vasos sanguíneos y filetes nerviosos. Los tejidos duros de los dientes se disponen por fuera de ella en capas que protegen esa zona.
Alrededor de la pulpa se encuentra la dentina y, por fuera, el esmalte en la zona de la corona y el cemento en la raíz. El esmalte de los niños, entonces, es la zona más externa de la corona de los dientes. El mismo está formado por tejido mineralizado y una escasa cantidad de sustancia orgánica y agua. Se trata del tejido más duro de todo nuestro cuerpo. De todos modos, esto no significa que sea indestructible, pues se puede desgastar ante ciertas situaciones.
Gracias a que los dientes poseen esta capa externa, los niños no sufren sensibilidad al cepillarse o al comer alimentos calientes o fríos. Pues este tejido carece de terminaciones nerviosas. Además, tampoco posee células en su composición y, esto es lo que hace que no pueda volver a crecer cuando se desgasta.
Formación del esmalte
La formación de las piezas dentarias comienza en el embrión, en el útero materno. En primer lugar, se forma una matriz orgánica sobre la que luego se depositan cristales de hidroxiapatita que mineralizan el tejido. Luego de la cristalización, el esmalte pierde agua y se vuelve duro. Una vez que culmina el proceso, los ameloblastos desaparecen y el tejido se queda sin células.
Debido a que el esmalte dentario en los niños no puede volver a crecer, mantener su integridad es fundamental. De lo contrario, los dientes no contarán con la protección que necesitan y aparecerán molestias e incomodidad en la boca.
Daños en el esmalte dental de los niños
El esmalte dental de los niños protege las capas más internas de los dientes. Pero, a pesar de su resistencia y dureza, es susceptible de sufrir algunos daños. Te contamos algunas de las situaciones que pueden estropear la barrera externa de las piezas dentarias:
- Problemas durante la formación del esmalte: en la etapa de formación de los dientes, el esmalte no logra desarrollarse con normalidad y las piezas dentarias tienen un tejido de menor calidad o carecen de esta capa protectora. Es el caso de la amelogénesis imperfecta, las hipoplasias y la fluorosis.
- Dieta: algunos alimentos ácidos y bebidas como refrescos y gaseosas erosionan y debilitan el esmalte dental.
- Caries: los ácidos que producen las bacterias al fermentar los azúcares de la dieta son capaces de desmineralizar el esmalte de los dientes.
- Poca saliva: la saliva neutraliza los ácidos dañinos y aporta los elementos que los dientes necesitan para mantener un equilibrio entre la desmineralización y la remineralización. La xerostomía o falta de saliva favorece la pérdida mineral del esmalte.
- Problemas gastrointestinales: el reflujo gastroesofágico, la acidez o los vómitos frecuentes pueden erosionar el esmalte por la acción de los ácidos estomacales.
- Traumas: rechinar y apretar los dientes, un cepillado dental con mucha presión o cerdas muy duras o hábitos como mordisquearse las uñas u otros objetos, desgastan este tejido dental.
Síntomas de los dientes con el esmalte dañado
Los dientes de los niños que han perdido su esmalte se ven de una tonalidad amarillenta. Esto se debe a que se observa el color de la dentina subyacente que, sin la capa externa que la recubre, queda expuesta. Además, es común que las piezas dentarias presenten dolor o sensibilidad al comer cosas dulces, frías o calientes. Los dientes también suelen presentar hendiduras o pequeños hoyos, ya que, sin protección, son más susceptibles a sufrir grietas, fracturas y caries.
¿Qué hacer cuando los niños pierden el esmalte de sus dientes?
Al no poseer células vivas, el esmalte dental de los niños no vuelve a crecer. De todos modos, cuando se pierde, existen opciones terapéuticas que permiten recuperar la integridad de los dientes. Por ejemplo, cuando la pérdida mineral no es muy extensa y aún queda esmalte, se puede promover su remineralización.
El flúor es la sustancia más popular a la hora de promover la remineralización de los dientes. Este elemento se combina con los cristales del esmalte y forma flúorapatita, un material muy resistente a la acción de los ácidos. En la actualidad, también se utilizan otras sustancias capaces de mineralizar el esmalte dental como silicatos de calcio, nahohidroxiapatita y fosfopéptidos de caseína – fosfato de calcio amorfo.
Cuando el diente ha perdido una gran extensión de esmalte, será necesario colocar un material artificial para devolver la integridad al diente. Primero, se debe eliminar el tejido dañado y, luego, se rellena con algún empaste. Cuando aparecen lesiones en el esmalte dental es importante buscar una solución temprana. De lo contrario, el daño avanza y los pequeños pueden sufrir dolor, infecciones e incluso perder sus piezas dentarias.
Cuidar el esmalte de los dientes de los niños
Debido a que el esmalte dental de los niños no vuelve a crecer, es importante cuidarlo desde que aparecen los primeros elementos en la boca. Una higiene adecuada, con un cepillado bien realizado y pastas dentales con flúor ayudan a conservar la integridad del tejido. Además, dar al niño una dieta nutritiva, rica en calcio, fósforo y vitaminas, también favorece la salud dental, al tiempo que se deben evitar los dulces y las bebidas ácidas.
Por último, visitar al dentista antes del primer año de vida del bebé y continuar con controles semestrales ayuda a preservar la salud dental de los más chicos. El profesional detectará a tiempo cualquier problema que haya en el esmalte de tu hijo y buscará la mejor solución de manera temprana.
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