Así influye la saliva en los dientes de los niños
La humedad es una de las características más notorias de la cavidad bucal. La saliva es la responsable de que los dientes, la lengua y las demás estructuras de la boca de los niños estén mojadas para facilitar sus funciones. Sigue leyendo para conocer cómo influye la saliva en los dientes de los niños.
En los primeros meses del bebé, las glándulas salivales completan su desarrollo y la producción de saliva se hace evidente. El babeo de los más chicos es una de las manifestaciones de la correcta secreción de este fluido. En promedio, los adultos producimos alrededor de 1 litro de saliva por día. En los más chicos, esta cantidad puede llegar hasta 1 litro y medio diario. Como te contaremos, la presencia de este líquido en la boca es muy beneficioso.
La saliva en los niños
La saliva es un líquido claro que está compuesto en su gran mayoría por agua. También, posee electrolitos, mucosidad, elementos antibacterianos y enzimas. Esta es producida por las glándulas salivales mayores: parótidas, sublinguales y submaxilares; y por las menores, más pequeñas y dispersas sobre las mucosas labiales y palatinas.
Este fluido que los humanos secretamos de manera constante y natural es fundamental para el correcto funcionamiento de la boca. La mayor producción sucede antes, durante y después de las comidas. Por su parte, alcanza su pico máximo al mediodía y disminuye de manera considerable por la noche, durante el sueño.
La saliva interviene en muchos procesos fisiológicos, como la digestión y el habla. Al mismo tiempo, ayuda a mantener la salud bucal y general. Veamos cuáles son sus funciones en detalle.
Funciones de la saliva
La saliva permite lubricar y mantener húmeda la boca, las mucosas y los dientes, por lo que ayuda a la deglución de los alimentos. Conoce esta y otras funciones de la saliva en la cavidad bucal de los niños:
- Humedece la comida y ayuda a formar el bolo alimenticio para facilitar su deglución. Además, las enzimas que la componen comienzan el proceso digestivo al descomponer los alimentos antes de llegar al estómago.
- Permite sentir los distintos sabores de las comidas. Si la boca no tuviera la humedad suficiente, la lengua no podría percibir los distintos gustos de los alimentos.
- Actúa como un mecanismo de autolimpieza que barre y arrastra los residuos para mantener la higiene bucodental.
- Reduce el efecto nocivo de las bacterias a través del mecanismo de autolimpieza y de su capacidad buffer, que permite contrarrestar y neutralizar el medio oral cuando se torna muy ácido o muy alcalino. De este modo, ayuda a la prevención de las caries.
- Es capaz de aportar calcio y flúor a los dientes de los niños. Estas propiedades remineralizantes ayudan a fortalecer y a cuidar el esmalte durante más tiempo.
Los efectos de la saliva en los dientes de los niños
La saliva cumple un rol fundamental en la salud bucal y en el bienestar de los dientes de los niños. Sus propiedades antibacterianas y su efecto de enjuague y limpieza ayudan a mantener las piezas dentarias libres de residuos.
Además, su capacidad de neutralizar los ácidos producidos por las bacterias y los efectos remineralizantes cumplen una función de defensa que disminuye el riesgo de sufrir caries. Sin embargo, si este fluido disminuye, la protección desaparece y aumenta el riesgo de enfermedades en la boca.
Aparición de caries en los niños
En general, los niños que duermen con la boca entreabierta o que son respiradores orales tienen más caries que los que lo hacen por la nariz. En estos casos, los incisivos superiores quedan expuestos al aire exterior, se resecan y la placa bacteriana permanece adherida sobre su superficie, ya que la saliva no puede realizar su función de limpieza.
Los niños que no tienen espacio entre diente y diente también tienen mucha más tendencia a sufrir caries. En este caso, se debe a que la saliva no puede fluir y limpiar la zona interproximal.
Los pequeños que sufren algunas enfermedades, como asma, bronquitis o enfisemas; o que usan ciertos medicamentos, como corticoides o broncodilatadores, pueden sufrir modificaciones en la composición o en la cantidad de su saliva. Este efecto también aumenta el riesgo de caries. En estos casos, es fundamental cuidar la higiene bucodental para contrarrestar la ausencia de protección salival.
¿Cómo saber si hay suficiente saliva?
La mayoría de los niños produce la cantidad adecuada de saliva de forma natural. Para esto, la hidratación y una alimentación equilibrada son primordiales. Sin embargo, algunos pequeños pueden sufrir de sequedad bucal como consecuencia de hábitos, condiciones de salud o por el uso de medicamentos. Estos son algunos de los síntomas que te ayudarán a identificar la boca seca en tu pequeño:
- Saliva muy pegajosa o densa.
- Labios secos y con grietas.
- Dolor en las comisuras al abrir la boca.
- Lengua seca, agrietada y áspera.
- Dificultad para masticar, tragar, saborear y hablar.
- Sensación continua de sed.
¿Cómo aumentar la producción de saliva para proteger los dientes de los niños?
La saliva es un elemento fundamental para cuidar los dientes y la salud de la boca de los niños. A continuación, te compartimos algunos consejos para que tu pequeño cuente con una producción salival adecuada:
- Masticar los alimentos: darles a los niños la comida en trozos para que la mastiquen favorece la producción salival.
- Mascar chicles sin azúcar: siempre y cuando el pequeño sepa masticar chicles sin riesgos, se pueden ofrecer estos productos de vez en cuando para favorecer la producción salival.
- Hidratación adecuada: ofrecer abundante agua a los pequeños, los mantiene hidratados y con la cantidad de líquidos necesarios para una adecuada secreción salival. Se recomienda ingerir entre 1,5 y 2 litros de agua a diario.
Estas recomendaciones no sustituyen los hábitos de higiene oral, sino que complementan el cuidado de la boca. Con una producción de saliva adecuada, más la atención bucal habitual, los dientes de tus niños estarán protegidos contra las caries.
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