5 consejos para gestionar los problemas de conducta en adolescentes
Este artículo ha sido revisado en profundidad para garantizar que la información presentada sea lo más precisa posible, cumpla con nuestros estándares de calidad y presente datos respaldados por fuentes confiables, reflejadas en la bibliografía y los enlaces dentro del texto. Más información
La adolescencia es una etapa caracterizada por la rebeldía, la búsqueda de la identidad y el distanciamiento de los jóvenes de sus padres. Por esta razón, los conflictos en la familia están a la orden del día. En este artículo, te brindamos algunos consejos para gestionar los problemas de conducta de los adolescentes. ¡No te lo pierdas!
Recomendaciones para gestionar los problemas de conducta en adolescentes
Estas recomendaciones educativas nos pueden ayudar a gestionar las malas conductas de nuestros hijos adolescentes. Tenemos que tener en cuenta que cada uno tendrá que adaptarlas a su familia y a las características de su hijo. A continuación, vamos a ver algunos de estos consejos que pueden ayudarnos.
1. Definir cuál es el problema
Lo primero que se debe hacer es definir cuál es el problema que hay que abordar. Por ejemplo, si es que contesta mal cuando le pedimos algo, si juega demasiado tiempo con los videojuegos o si no cumple con los deberes que tiene.
Es importante delimitar el asunto y analizarlo para poder saber cómo atajarlo y buscar soluciones.
2. Averiguar qué cosas le interesan
Es importante saber cuáles son las prioridades y los intereses de nuestro hijo adolescente. No hay que dar nada por hecho ni pensar que porque al resto de chicos le gustan determinadas cosas, a nuestro hijo también le satisfacen.
Así, lo mejor es m antener conversaciones con ellos, conocer sus gustos y determinar en qué aspectos de su vida más nos necesitan. Todo esto es clave para poder establecer una relación de confianza con nuestros jóvenes.
3. Aplicar las normas de conducta que hemos establecido
Es importante que los adolescentes sepan que las normas están para cumplirlas. En este sentido, se les debe explicar lo que implica que estas reglas se respeten o no.
El joven debe comprender que es responsable de sus actos y que su modo de obrar tiene consecuencias. También, es bueno negociar sobre algunas cuestiones con él y hacerlo partícipe de la elaboración de algunas normas de convivencia, antes de llevarlas a la práctica.
4. No amenazar con castigos
No es aconsejable que utilicemos el castigo como una amenaza cuando nuestros jóvenes no hacen lo que nosotros esperamos. Si lo hacemos, pensarán que por mucho que se esfuercen, nunca cumplirán con nuestras expectativas.
Los castigos no aportan ningún beneficio, sino todo lo contrario. Suelen provocar ira y hostilidad por parte de los chicos hacia la persona que los impone. En el caso en el que el comportamiento del adolescente ha sido muy dañino, son un recurso pasible de ser utilizado, pero es necesario explicar el por qué de esa medida.
5. Mostrarnos orgullosos con los avances que consiga
Cuando veamos que nuestro hijo progresa, tanto en su comportamiento como en el resto de los ámbitos de su vida, es importante que lo felicitemos. Esto, además de aumentar su autoestima, también lo incentivará para tratar de mejorar cada vez más. No debemos olvidar que, aunque no lo demuestre, su familia es lo más importante para él.
Sobre cómo gestionar los problemas de conducta en adolescentes
Como has podido ver, estos consejos pueden ser de gran ayuda a la hora de lidiar con los problemas de conducta en adolescentes. Tenemos que tener en claro que nuestro hijo está atravesando una etapa complicada, repleta de cambios físicos y psicológicos. Por este motivo, lo que más necesita es nuestro apoyo y comprensión.
Si tenemos en cuenta estas recomendaciones y las ponemos en práctica, la relación con nuestro adolescente puede mejorar sustancialmente. En caso de que los problemas de conducta persistan, podemos buscar la ayuda de un profesional para que nos oriente y nos dé las pautas necesarias para poder solucionar o mejorar los problemas.
“Los buenos hábitos formados en la juventud marcan toda la diferencia”.
-Aristóteles-