7 consejos para evitar llegar tarde al colegio

Llegar a tiempo a clase puede ser un reto imposible debido a la pereza, las rabietas o la falta de planificación. Descubre algunas claves para atajar este problema.

nina corre el autobus escolar

Lograr que los niños lleguen puntuales a sus clases puede ser todo un reto, especialmente cuando son muy pequeños. Esto es algo que todo progenitor sabe y ha experimentado en más de una ocasión. Una rabieta repentina, un desayuno que se alarga más de lo deseado, un niño perezoso y somnoliento que se arrastra realizando cada actividad a cámara lenta. Son muchas las circunstancias que pueden hacer a los menores llegar tarde al colegio. Sin embargo, una adecuada planificación es clave para que esta situación se repita lo menos posible.

La puntualidad es una cualidad muy necesaria y valorada en múltiples ámbitos de la vida. Si llegamos tarde le faltamos el respeto a quien nos espera, perdemos oportunidades y nos labramos una reputación de personas irresponsables. Por ello, es fundamental inculcar este valor a los niños desde temprana edad. Pero, para lograrlo, hemos de tener en cuenta una serie de pautas que te mostramos a continuación.

Claves para evitar llegar tarde al colegio

La dinámica y las pautas a seguir pueden variar en función de la edad de los menores. Los niños más pequeños necesitan mayor supervisión adulta; en el caso de los adolescentes, la puntualidad dependerá en gran medida de su propia capacidad organizativa. Aun así, establecer una serie de hábitos puede ser de gran ayuda a fin de evitar que cada mañana se convierta en una carrera contrarreloj.

1. Mochila y tareas listas

Las mañanas no son el momento apropiado para realizar los deberes de ese día o para preparar el trabajo o proyecto que ha de llevarse a clase. Es preferible que estas tareas queden finiquitadas antes de ir a dormir la noche anterior.

De esta forma, evitaremos que las prisas o el sueño nos hagan olvidar algo importante; y, por supuesto, también lograremos llegar a tiempo al colegio.

Asegúrate de que tu hijo prepare su mochila con los libros y materiales necesarios para el día siguiente, la ropa (en caso de que necesite cambiarse) y, si es posible, el almuerzo. Así, tendrá una preocupación menos al despertar.

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Para evitar olvidos y retrasos, lo mejor es organizar la mochila de los niños el día o la noche anterior. Además, así les inculcarás el hábito de la planificación.

2. Ropa preparada

La elección de la ropa es uno de los aspectos que más retrasos generan cada mañana. No solo en los adolescentes (que dan una gran importancia a su imagen); los niños pequeños a los que se les permite elegir el atuendo también pueden divagar durante largo tiempo antes de escoger o empeñarse en una opción poco apropiada. Incluso, puede surgir un conflicto interminable o desencadenarse una rabieta.

Para evitar que esto les haga llegar tarde al colegio, acostúmbralos a preparar la ropa el día anterior, abrigo y zapatos incluidos. Así no tendrán que pensar y ganarán unos valiosos minutos que pueden marcar la diferencia.

3. Descanso suficiente

Cuando los niños se levantan descansados y enérgicos, toda la dinámica de la mañana se desenvuelve de forma mucho más fluida. Un sueño insuficiente afecta a su rendimiento escolar y, además, puede hacer que les cueste levantarse y que cada tarea en casa les lleve mucho más tiempo del necesario.

Así, procura que duerman lo suficiente de acuerdo a su edad y evita que tengan en su dormitorio dispositivos electrónicos por las noches, para evitar el insomnio y las posibles distracciones.

4. Hábito y rutina

La rutina es una de las mejores maneras de lograr que los niños cumplan con sus deberes a tiempo, ya que, de este modo, siempre saben qué paso le sigue al anterior. Para lograr que los comportamientos se automaticen es importante establecer una rutina que se repita cada mañana; por ejemplo: levantarse, desayunar, asearse, vestirse, coger la mochila y salir.

5. Tiempos programados

Para optimizar el cumplimiento de la rutina es necesario que el niño se centre en cada actividad y no se distraiga ni se alargue en exceso. Una buena forma de lograr esto es establecer un tiempo programado para cada tarea; por ejemplo, dedicar veinte minutos al desayuno y pasar al siguiente paso aunque no se haya terminado. Los siguientes días el niño conseguirá adaptarse a los tiempos establecidos.

6. Un margen razonable

Por muy buena que sea la planificación, siempre pueden surgir imprevistos. Por lo mismo, es muy recomendable tener siempre un cierto margen, por ejemplo, de unos 15 minutos extra respecto a la planificación inicial. Si calculas que se necesita una hora y media desde que el niño se levanta hasta que llega al colegio, despiértalo con 45 minutos de antelación.

ninas comen pan con mermelada vaso de leche desayuno
El momento del desayuno es clave para comenzar el día. Por eso, evita que las corridas de la mañana limiten este momento y dentro de lo posible, compártanlo en familia.

7. Motiva a tus hijos para evitar llegar tarde al colegio

Por último, podemos valernos de la motivación en lugar de recurrir a las amenazas o a la presión constante. A modo de ejemplo, puedes decirle al niño que si está listo a tiempo podrá ver los dibujos un rato antes de salir o podréis ir al parque cercano al colegio unos minutos antes de entrar a clase.

Aprender a no llegar tarde al colegio es un valioso aprendizaje

Más allá de evitar reprimendas por parte de los profesores o de evitar perderse algunas clases, enseñar a tu hijo a no llegar tarde al colegio le servirá como aprendizaje para la vida. La puntualidad es fundamental en el ámbito social y laboral y trabajarlo desde la infancia es la mejor forma de asegurarnos de que perdure en el futuro. Así, no dudes en implementar los anteriores consejos desde sus primeros años escolares.

Bibliografía

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  • Cladellas, R., Chamarro, A., del Mar Badia, M., Oberst, U., & Carbonell, X. (2011). Efectos de las horas y los hábitos de sueño en el rendimiento académico de niños de 6 y 7 años: un estudio preliminar. Cultura y Educación23(1), 119-128.
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