Cuando te encuentras en una relación con alguien que tiene hijos, debes aceptar que estos son una parte fundamental de su vida. Además, es posible que en algún momento tengas que compartir con la familia de tu pareja, lo cual implica un gran desafío. Así, tendrás que adaptarte, conocer una realidad familiar diferente y acercarte a sus hijos. Veamos cómo puedes construir un buen rol como padrastro.
Sobre los vínculos
Antes de pensar en cómo ser un buen padrastro, conviene considerar un «escalón previo». ¿Qué quiere decir para nosotros ser un buen padre, hermano o amigo? En este sentido, si bien los roles dentro de una familia prescriben comportamientos y también determinan expectativas, es importante pensar en cuáles son los valores que queremos que guíen nuestro accionar.
Los vínculos se hacen, no nacen. Por eso, si quieres ser un buen padrastro y entablar una relación positiva, intenta ser un ejemplo de aquel vínculo que pretendes tener.
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Apunta estos consejos para ser un buen padrastro
A continuación, te brindamos una serie de consejos para tener una buena relación como padrastro.
1. Evita ser complaciente
No intentes ganarte el cariño de los hijos de tu pareja al ser excesivamente generoso o tener el «sí fácil». También puedes mostrarte en desacuerdo con algún comportamiento de manera asertiva y respetuosa. Eso es mucho más útil y genuino que intentar adular.
2. Acércate a los chicos
Para entablar una relación, es necesario conocer a la otra persona. En este sentido, si quieres construir un vínculo verdadero con el hijo de tu pareja, puedes empezar por acercarte, compartir sus juegos o intereses y contarle de los tuyos.
3. Acepta que cada familia tiene sus propias reglas y costumbres
Evita imponer tu visión de las cosas como si se tratara de una regla universal y como si existiera un único modo de ser familia. Ten en cuenta que vienes a ser parte de un grupo que ya existía y funcionaba de una forma. Esto puede cambiar y enriquecerse, pero la imposición no es el camino.
4. Respeta los tiempos
Si hay una separación reciente, quizás ese niño aún esté en duelo del concepto de familia que conocía y ya no es como era antes. Quizás, la separación fue más conflictiva de lo deseado y aún hay conflictos. Por eso, es importante que seas cuidadoso tanto de la etapa por la que atraviesa el núcleo familiar como por la situación del niño en cuestión.
5. Evitar las comparaciones
Las clásicas frases tales como «en mi casa esto no sucedía» o «si fuera por mí, ya estarías castigado», entre otras, es mejor evitarlas. También, aquellas comparaciones o comentarios negativos que se refieren al otro progenitor. Recuerda que esa persona siempre será su madre o su padre, más allá de que tenga una nueva relación de pareja.
6. Aceptar que cada quien tiene su lugar
No intentes rivalizar con el menor para demostrar quién es más importante o tiene más autoridad. Procura respetar los momentos a solas que tenga tu pareja con su hijo, así como también generar tus espacios propios. En algún momento, quizás también puedan pasar más tiempo juntos.
7. Busca crear nuevas tradiciones o actividades
Evita competir con el ex de tu pareja en relación con quién hace las mejores comidas o más planes al aire libre. Si quieres vincularte con sus hijos, intenta distanciarte de aquello que ya hacían y de proponer planes originales.
8. No desautorices a su padre para ganarte el apoyo del niño
Es posible que no siempre estés de acuerdo con todo lo que hace el padre del niño. Sin embargo, no conoces por qué lo hace. Entonces, evita juzgar algo que solo conoces a medias y, mucho más aún, no hagas que el hijo de tu pareja tenga que adoptar una posición a favor o en contra. Así, es importante que no hables mal, no lleves ni traigas chismes e intentes escuchar y comprender.
9. Pon límites de manera respetuosa
No debes ser tan flexible y que parezca que los límites no existen, ni tan autoritario, porque no corresponde. Si el hijo de tu pareja te falta el respeto, puedes señalarle que esa conducta no es correcta y cómo te hace sentir. Evita la violencia, el sarcasmo y cualquier estilo de comunicación que no sea constructivo. Es mejor hablar antes con tu pareja sobre cuál es tu rol y alcance, así como definir reglas para que la convivencia familiar funcione.
Tiempo al tiempo
Fundamentalmente, cuando hablamos de relaciones, nos referimos a vínculos que se desarrollan y crecen o se estancan a partir de distintas acciones. Por ejemplo, de compartir una comida, de dar una opinión sobre una película o de interesarse por el día a día del otro. Sin embargo, antes de pasar a esta etapa, también será esencial conversar con la pareja para saber cuál es el modo más adecuado y cuándo es el mejor tiempo de conocer a la familia.
En este sentido, también deberás preguntarte por tus propias ideas sobre la familia. ¿Estás preparado para conocer a los hijos de tu pareja? ¿Tienes en claro qué interés sientes por formar una nueva familia? Por eso, es bueno que te sinceres contigo mismo y con tu pareja. De esta manera, se evitarán sorpresas y disgustos en el futuro.
Asimismo, deja de lado las expectativas y las presiones sociales. Quizás para ti la familia es muy importante, lo cual está bien. Sin embargo, no es necesario armar una nueva familia de la noche a la mañana para indicar que todo va en serio.
Bibliografía
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