Consecuencias positivas y negativas: ¿Qué son? ¿Cuándo usar cada una?

El conocimiento y la aplicación de las consecuencias positivas y negativas en la crianza es muy importante. En este artículo te explicaremos de qué trata y cómo aplicarlo adecuadamente.

Madre hablando con su hijo por su mal comportamiento

Quizás cuando pienses en las consecuencias positivas y negativas estés derivando en los actos que desatan cada una de ellas. En este sentido, es importante discernir entre ambas para saber cuándo usar cada una de ellas y de qué forma llevarlas a la práctica para promover una buena educación desde el respeto y el amor.
Puede ser tentador pensar solo en consecuencias en términos de lo negativo, como castigar a tu hijo cuando le pega a su hermana. Sin embargo, las positivas para el buen comportamiento también pueden ser una herramienta efectiva de disciplina. Sin duda, cada una de ellas influyen en la probabilidad de que un niño pueda repetir un comportamiento específico. Te damos todos los detalles en el siguiente artículo.

¿Cómo funcionan las consecuencias?

Las consecuencias generan diferentes emociones dependiendo de si estas sean positivas o negativas. En este sentido, las positivas proporcionan motivación, incluso para los adultos. Por ejemplo, es muy probable que vayas a trabajar porque deseas recibir una consecuencia positiva en la forma de un cheque de pago.

Sin embargo, tal vez intentes bajar la velocidad mientras está conduciendo, porque quieres evitar la consecuencia negativa de recibir una multa por exceso de velocidad. Lo mismo pasa con tus hijos.

De esta forma, las negativas pueden disuadir el mal comportamiento, mientras que las positivas aumentan las posibilidades de que tu hijo repita un buen comportamiento.

Hacerlas más eficaces

Como bien señala un artículo publicado por el Centro de Control y Prevención de Enfermedades, una de las claves para hacer consecuencias efectivas es que deben ser consistentes. Si solo envías a tu hijo a esperar la mitad del tiempo cuando él golpea a su hermano, puede decidir que vale la pena el riesgo de golpear a su hermano de nuevo.
Sin embargo, si sabe que cada conducta agresiva siempre resulta en un tiempo de espera, dejará de golpear a su hermano para evitar la consecuencia. También funcionan mejor cuando son inmediatas. Los niños necesitan una retroalimentación inmediata por sus comportamientos positivos y negativos.
Si los niños tienen que esperar dos semanas para ganar una recompensa, no puedes reforzar el buen comportamiento en la actualidad. Ofreciendo una consecuencia positiva inmediata aumentarás las posibilidades de que tu hijo repita ese comportamiento.

Consecuencias positivas

Puedes observar cómo responde tu hijo cuando se comporta bien. ¿Qué haces cuando tu hijo sigue instrucciones o cuando está jugando en silencio? Si eres como la mayoría de los padres, se puede decir que nada. Los buenos comportamientos a menudo pasan desapercibidos.
Reforzándolo con una consecuencia positiva en realidad puede alentarlo a que continúe más tiempo, o más a menudo. Tu hijo no necesita una recompensa cada vez que hace lo que debe pero un elogio o una pequeña recompensa de vez en cuando puede ser eficaz. 

1. Recompensas sociales

La atención es uno de los mayores refuerzos. Hablando con tu hijo, jugando y reconociéndolo lo puedes animar a mantener el buen trabajo.
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Además, una de las recompensas sociales más valoradas es el agradecimiento. Dar las gracias es algo que, por desgracia, poca gente hace, pero lo cierto es que es primordial para educar al pequeño en buenos valores. Si este ve a sus padres que le agradecen algo tan aparentemente simple como poner la mesa, el pequeño se animará a hacerlo más veces solo por este detalle. 

2. Recompensas materiales

Por supuesto, también existen las recompensas de tipo material. En este sentido, no hace falta comprar grandes cosas, simplemente hay que adaptarse a los gustos y a la edad del hijo: unas gominolas, un set nuevo de rotuladores si le gusta pintar, etc.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que las recompensas materiales siempre deben ir acompañadas de las recompensas sociales.

Asegúrate de aplicar consecuencias negativas tras comportamientos negativos

Las consecuencias negativas deben ejecutarse para desalentar comportamientos negativos. Sin embargo, muchos niños reciben mucha atención a los comportamientos negativos y terminan viéndolo como algo positivo. Por ejemplo, un niño que no come lo que le han servido puede recibir una gran cantidad de atención de los padres cuando:

  • Los padres con frecuencia señalan sus hábitos alimenticios.
  • Le preguntan varias veces si quiere comer.
  • Le piden comer “solo un bocado más”.

Este tipo de comportamientos pueden animarle a continuar con sus hábitos alimenticios y los convierte en caprichosos. La actitud correcta sería decirle al niño que no podrá irse hasta que termine toda su comida. Claro, también debes cumplirlo.
De esta forma, las consecuencias negativas pueden incluir cualquier cosa que pudiera disuadir a su hijo de exhibir el comportamiento nuevo. Por ende, estas deben ser apropiadas para la edad y específicas de la personalidad y las actividades de su hijo.

1. Demorar un privilegio

Demorar un privilegio significa que su hijo tiene que esperar para obtener aquello que está buscando o anhela. En este sentido, un niño que disfruta de los juegos de video puede responder bien si los privilegios de videojuegos se pierden durante la noche debido a no seguir instrucciones.

2. Consecuencias naturales

Como bien explica Álvaro Bilbao en su libro El cerebro del niño explicado a los padres, los progenitores son capaces también de fijar consecuencias naturales, y estas no gustarán al pequeño, pero aprenderá gracias a que descubrirá la responsabilidad de sus actos de forma individual y sin castigos.

Por ejemplo, si el niño está tratando mal un juguete y tú ya le has avisado para que deje de hacerlo, si esperas a que el juguete se rompa, esto supondrá una consecuencia natural generada por no obedecer. 

3. Consecuencias lógicas

Conocidas también como “consecuencias de sentido común”, también están relacionadas con un mal comportamiento. Sin embargo, a diferencia de las consecuencias naturales, si el pequeño está tratando mal el juguete, puede quitárselo para que aprenda a no tenerlo.

Aprender a aplicar y saber cómo discernir entre las consecuencias positivas y negativas son aspectos esenciales en la educación

Como has podido comprobar, hay diferentes modelos educativos y el castigo puede ser utilizado como una medida temporal, pero es importante que haya una comunicación con los niños y preguntar qué es lo que les está pasando. A veces, a través de estas conductas que a los adultos nos parecen negativas o poco deseadas, los niños intentan llamar nuestra atención para decirnos algo.

Sabemos que te preocupa la educación de tu hijo. A veces, cuando uno es padre, es difícil saber si lo estás haciendo del todo bien; ya que no hay un manual de instrucciones para todo. Por eso, también es importante recapacitar e informarse sobre temas de educación que pueden afectar al desarrollo personal del pequeño de la casa.

En este sentido, esperamos que hayas aprendido a discernir y que apliques con rigor, desde el amor y el máximo respeto las consecuencias positivas y negativas. Sin duda, esta tarea es clave para la integridad familiar e individual del niño.

Bibliografía

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