Consecuencias de formar a tu hijo a través del miedo 

Si eres de aquellas personas que suelen atemorizar a los pequeños por mera diversión, sigue leyendo y descubre las consecuencias de ese “inocente” acto.
Consecuencias de formar a tu hijo a través del miedo 

Última actualización: 19 enero, 2023

La mayoría de los padres y de las madres intentan dar lo mejor de sí mismos para educar a sus hijos de la mejor manera posible. Sin embargo, algunas estrategias nocivas se han normalizado y afectan día a día la seguridad emocional de los pequeños. Entre ellas destaca la odiosa manía de asustar a los niños para que obedezcan. Un recurso que parece efectivo, pero tiene graves consecuencias.

“Si sigues haciendo ese berrinche te voy a regalar a un extraño”, “si no comes te halarán las piernas en la noche” o “a los niños desobedientes se los lleva la policía”… Son tantas las frases que nacen de la creatividad de los padres sin inteligencia emocional, que cada vez le suben más al grado de terror con tal de que sus hijos se comporten de la manera en la que desean. Así eso signifique generar pequeños inseguros, temerosos y con baja autoestima.



¿Por qué asustar a los niños para que obedezcan no es algo inofensivo?

Las palabras dichas a la ligera son uno de los peores enemigos de la comunicación positiva. Esto se debe a que se dicen sin pensar mucho en su significado y sin ser conscientes de su gran impacto. Pero eso no significa que no sean lo suficientemente hirientes como para quedarse grabadas en la memoria de un niño lastimado.

Pequeño muy triste
Saber cuidar la forma de comunicarnos con los niños es fundamental en toda crianza positiva y comunicación asertiva.

Porque detrás de avisos o comentarios sueltos se pueden generar inseguridades que terminan afectando el desarrollo emocional de los hijos. El miedo es una emoción muy poderosa que puede adueñarse del cuerpo y la mente de los niños. Haciendo que sientan un profundo temor por cosas o escenarios que no ponen en peligro su seguridad.

Por ejemplo, está el caso de una familia cuyo hijo único iba a pasar del jardín de niños a la escuela elemental. Y, a pesar de que todos estaban emocionados, creyeron que sería buena idea aconsejarlo con frases como: “debes portarte bien”, “cuídate de los brabucones que quieran pegarte”, “no te metas con nadie en el recreo” o “los niños más grandes son malos, aléjate de ellos”.

Lo cual generó que el pequeño sintiera un profundo y físico miedo por asistir al colegio y lloraba desconsoladamente cuando lo dejaban allí. Se sentía inseguro, con terror y ansiedad y no sabía por qué sus papás lo abandonaban en un sitio que estaba lleno de tantos peligros. La solución más efectiva para mejorar su comportamiento fue cambiar el discurso y alentarlo con todas las cosas buenas que trae ir a la escuela.

Consecuencias que trae asustar a los niños para que obedezcan

Como el ejemplo anterior, hay muchos casos en donde se terminan desarrollando miedos internos debido a frases que quedaron grabadas en la memoria. Desde la mamá que les dijo a sus hijos que los gatos transmitían enfermedades y era mejor evitarlos, hasta el papá que a través de los prejuicios le implantó un recelo a sus pequeños sobre las personas de color.

Niño mordiéndose las uñas porque tiene miedo
Los niños no deben crecer sintiéndose inseguros consigo mismos o con temor al exterior. Es mejor cultivar su autoestima y seguridad.

Y sea cual sea el miedo infundado que trae asustar a los niños para que obedezcan, solo genera consecuencias directas en su personalidad. Tales como que los pequeños desarrollen una gran inseguridad y dejen de confiar en sí mismos. Que los niños desarrollen fobias o miedos irracionales que les generen ansiedad. O incluso que su autoestima se vaya viendo deteriorada.

Así que si deseas que tus hijos acaten las normas y límites, mejor utiliza tu ejemplo diario y emplea el diálogo y la reflexión para que sean conscientes de sus actos. De nada sirve asustarlos para que sea el temor el que motive su actuar, sino motivarlos a cumplir con sus responsabilidades porque son conscientes de sus compromisos.



¿Qué podemos hacer para evitar estas actitudes?

El primer paso para evitar asustar a los niños para hacer que obedezcan es tener muy presente el gran impacto emocional que eso conlleva. Debido a esto, a la hora de hablar con tus hijos, piensa bien lo que vas a decir. En lugar de utilizar el miedo o el chantaje emocional, mejor háblales con respeto y empatía para que comprendan que algunos comportamientos son inaceptables y deben acatar los límites y normas enseñadas en el hogar.

Además, al momento de aconsejarlos sobre algo que pronto llegará a sus vidas, procura no hacerlo desde una perspectiva de estar en constante vigilancia o temor. Porque, a pesar de que es verdad de que no todo en el mundo es color de rosa, es mejor alentar a los niños a dar lo mejor de sí mismos y sentirse tranquilos con su entorno a generar miedos y fobias que solo los afectarán.

A razón de todo lo anterior, sé el ejemplo y la guía que tus hijos necesitan para crecer confiando en sí mismos y fortaleciendo su autoestima. Y nunca emplees el terror o la violencia psicológica para que obedezcan con rapidez. Mejor cultiva valores y límites desde el hogar para que comprendan las consecuencias de sus comportamientos.


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