El prurito infantil es la sensación de picazón en la piel. Es desagradable y produce una necesidad imperiosa de rascarse. Obedece a múltiples causas y es bastante común en la niñez temprana.
Tipos de prurito
Tanto la madre como cualquier cuidador del niño pueden identificar con facilidad varios tipos de prurito a simple vista. A continuación te presentamos los cuatro tipos que existen:
Localizado: aparece en un área específica de la piel en la que el niño recibe un estímulo externo. Al desaparecer el estímulo, desaparece la picazón.
Generalizado: el picor se produce en toda la piel.
Sin lesiones: se presenta en la piel sana en apariencia.
Con lesiones cutáneas: aparece con ronchas, bultos, descamación o enrojecimiento de la piel.
Dependiendo de ciertos factores como la localización y de la sensación de picor, la frecuencia de su aparición y, evidentemente, del aspecto de la piel, podremos determinar de qué tipo de prurito se trata. De todas formas, es sumamente importante consultar nuestras sospechas con el pediatra.
Causas del prurito infantil
Existen múltiples causas que producen prurito en niños. Entre las más habituales se encuentran:
- Enfermedades de la piel como: dermatitis atópica, dermatitis por contacto, urticaria, psoriasis, pitiriasis e infecciones como foliculitis, impétigo, entre otras enfermedades.
- Enfermedades internas como: insuficiencia renal, trastornos del hígado, problemas hormonales e infecciones, entre los más comunes.
- Infecciones de la niñez como: varicela, sarampión y escarlatina, entre otras.
- Reacciones a medicamentos como: antibióticos, yodo u opiáceos.
- Alergias: muchos niños desarrollan alergias de distintos tipos, como por ejemplo a los pelos de animales, al polvo o a ciertos alimentos como cítricos o frutos del mar.
- Lesiones: las más comunes que producen prurito son las quemaduras por exposición al sol.
- Picadas de insectos: algunas de ellas pueden ser urticantes.
- Plantas: el contacto con ciertas especies puede producir prurito.
- Telas sintéticas: algunos tejidos como el poliéster o el nylon pueden producir picazón. También podría suceder con la lana, aunque no es artificial, puede ser un alérgeno para algunos niños.
- Factores emocionales: ciertas situaciones que generen estrés pueden estimular la aparición del prurito.
¿Cuándo asistir al pediatra?
Aunque es algo común en los niños, es necesario acudir al especialista cuando:
- Se prolonga en el tiempo sin sensación de alivio.
- Hay dificultades para determinar la causa.
- La picazón está acompañada de lesiones graves en la piel.
Aparece tras el consumo de determinados alimentos o contacto con ciertos elementos, ya que podría tratarse de una alergia que amerite tratamiento.
Recomendaciones ante la presencia de prurito
Hay dos tipos de tratamiento para el prurito: local o sistémico. El local se refiere a la aplicación de cremas o ungüentos. El sistémico a la administración de medicamentos. En ambos casos, se aconseja la visita al especialista.
Nunca se recomienda la auto medicación y consejos de personas que no sean especialistas. Recuerda que solo un médico puede recetar una determinada medicina u otra. El pediatra es la persona ideal para cualquier consulta de salud.
Las medidas a tomar dependerán de la causa de la aparición del prurito infantil.
Algunas recomendaciones generales son:
- Suspender el consumo de ciertos alimentos que causen irritación como picantes o cítricos.
- Evitar temperaturas extremas del agua al bañar al niño (ni muy caliente ni muy frío).
- Colocar soluciones a base de avena después del baño.
- Si hay resequedad, cubrir la piel con unas gotas glicerina líquida o aceite de almendras después del baño.
- Bañar al niño con agua mineral para evitar el cloro del agua corriente.
Los beneficios de una aplicación cutánea, vienen derivados de que se realiza una aplicación directa en la zona afectada. Sobre todo si se trata de pruritos localizados. Si analizamos los tratamientos locales, los más usados suelen ser la calamina y el óxido de zinc.
Hay que recordar que el frío es uno de los calmantes más eficaces frente a la picazón.
Otros principios activos
El ácido bórico tiene un contundente efecto antipruriginoso y antiséptico. El alcanfor puede utilizarse para combatir el prurismo en su forma sintética o natural. En cualquiera de los casos, produce un efecto de vasodilatación local y anestésico que atenúa la picazón y el dolor.
El mentol es otro interesante producto, que se usa habitualmente para calmar las molestias del prurito. Normalmente se usan preparaciones que combinan calamina, mentol o alcanfor. Suele ser una base de óxido de zinc o pastas acuosas, aunque hoy hay muchas preparaciones comerciales que contienen estas sustancias.
En cuanto a un uso sistémico u oral, tenemos a los antihistamínicos y los sedantes. Dentro de los primeros se incluyen los de primera generación (clorfeniramina, difenhidramina, hidroxicina), que aportan también un efecto sedante.
Para casos más complejos o una evolución del prurito infantil, está la hidroxicina, con mayor efecto sedante. En casos más severos de la patología, pueden usarse los sedantes con efecto hipnótico. Al ser sí son depresores del sistema nervioso central disminuyen la percepción de las molestias en el paciente.