Con la expansión del virus Zika, se ha puesto la lupa sobre algunas malformaciones como la microcefalia y la hidrocefalia. En esta ocasión te queremos contar en qué consisten estas enfermedades.
Para comenzar, fijemos nuestra atención sobre la microcefalia que ha reportado un aumento de casos en países de América, que han sido afectados por el Zika.
En Brasil y Colombia, por ejemplo, se han registrado cientos de casos de bebés nacidos con esta malformación.
Ante esta realidad, merece la pena que las mamis tengamos información acerca de esta patología, para que podamos poner nuestro granito de arena en la prevención, sobre todo la asociada a evitar la propagación del Zika que ha causado estragos en Hispanoamérica.
De acuerdo a los criterios médicos, el perímetro encefálico de un recién nacido debe medir aproximadamente entre 34 y 37 centímetros, dependiendo de la semana de gestación en la que se produzca el nacimiento.
Bajo esta premisa, los bebés cuya circunferencia craneal mide igual o menos de 33 centímetros pueden considerarse como microcefálicos.
La microcefalia en el feto puede desarrollarse en los primeros tres meses del embarazo
Los científicos que han participado en la investigación que intenta tejer las relaciones entre el virus Zika y la microcefalia insisten en que la etapa de mayor riesgo que experimenta una embarazada corresponde al primer trimestre de la gestación.
Justo en esta etapa de la formación del feto en que cualquier infección generada por un virus o bacteria puede devenir en una inflamación que afectará el crecimiento del feto, sobre todo de su cerebro.
¿Cuáles son las complicaciones de un niño con microcefalia?
Muchos de los niños con microcefalia deberán estar bajo atención neurológica durante toda su vida, porque aunque no existe tratamiento para revertir esta condición, la atención médica permanente puede ayudar al niño y a sus padres a mejorar su calidad de vida.
Los expertos señalan que en los casos que supongan gravedad, la microcefalia puede implicar algunas dificultades para hablar, caminar o afectar de alguna manera el desarrollo psicomotor. Incluso algunos niños con microcefalia han reportado convulsiones.
No obstante, es importante aclarar que en muchos casos, los niños hasta su edad adulta tienen un desarrollo cognitivo y físico normal, exceptuando por supuesto el crecimiento de la circunferencia de su cabeza.
¿Qué es la hidrocefalia?
En lo que respecta a la hidrocefalia, se trata de un trastorno que también afecta el desarrollo y tamaño del cerebro, pero en este caso viene dado por la acumulación de líquido cefalorraquídeo que circula por los ventrículos y la médula espinal.
La presencia de este líquido es normal, pero cuando hay exceso entonces se produce una presión sobre el cerebro que puede afectar seriamente su funcionamiento.
Su diagnóstico se logra a través de exámenes neurológicos que incluyen imágenes del cerebro, como una resonancia magnética.
El tratamiento de la hidrocefalia es básicamente de carácter quirúrgico. La hidrocefalia puede ser de carácter hereditario, pero también puede desarrollarse durante la tercera edad.
En lo que se refiere a sus causas específicas, no han podido ser determinadas, pero podrían ser una meningitis, un tumor o traumatismos cerebrales.
La verdad es que años de estudio no han podido dar con una causa exacta, por esta razón difícilmente la hidrocefalia puede ser prevenida.
Principales síntomas y tratamiento
Una persona con hidrocefalia, niño o adulto, verá reformada su apariencia debido a la inflamación de los ventrículos cerebrales que harán que la cabeza se vea más grande de lo normal.
Además puede presentar algunos síntomas como mareos, visión borrosa, desvanecimientos, parálisis, vómitos. Incluso puede tener dificultades para la coordinación y problemas con el control de esfínteres.
El tratamiento de un paciente con hidrocefalia es de carácter quirúrgico, ya sea a través de la implantación de una sonda que drene el líquido cefalorraquídeo desde la cabeza hacia el abdomen; o con una intervención que busque erradicar la obstrucción del líquido en el cerebro.
Tanto la microcefalia como la hidrocefalia son trastornos que son detectados rápidamente por los médicos, así que las mamis no deben preocuparse si el pediatra no ha manifestado ninguna señal de alerta respecto al desarrollo de la cabeza del bebé.
En caso de que efectivamente el bebé sufra de una de estas dos variantes, entonces debes ocuparte de que reciba toda la atención médica necesaria para reducir sus síntomas, y optimizar su calidad de vida con la aplicación de tratamientos oportunos.
Bibliografía
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