¿Cómo saber si mi bebé come poco?

Es de suma importancia reconocer las señales que indican si se hace un buen trabajo a la hora de alimentar a nuestros pequeños. El desarrollo sano comienza por una buena alimentación.
¿Cómo saber si mi bebé come poco?
Saúl Sánchez Arias

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 11 febrero, 2022

Al tener a un hijo por primera vez en brazos, las emociones que nos invaden en el momento son indescriptibles. Luego, los miedos típicos relativos a su cuidado, como la alimentación y las enfermedades comienzan a preocupar a los padres, en especial a los primerizos. Y una de las preguntas más habituales es ¿mi bebé come poco?

Motivados por las inquietudes que usualmente comentan los padres, te ofreceremos información relevante sobre el tema de la alimentación. Para muchos, se trata del que más dudas trae, ya que es una prioridad garantizar la buena nutrición y el desarrollo del bebé. ¿Qué hacer si mi bebé come poco y cómo saber que esto es así?

Alimentación en sus primeros meses

La alimentación del bebé desde el mismo momento de su nacimiento debe ser mediante la lactancia materna exclusiva. Muchas madres se preguntan cada cuánto tiempo debe ser suministrada; la única respuesta a esto es a demanda del pequeño.

Puesto que el estómago del bebé es muy reducido y se va adaptando a la ingesta del alimento, este deberá comer cuantas veces le sean necesarias para mantener su barriga llena. 

Al principio, puede que lo haga cada 2 o 3 horas. Pasados los primeros dos meses, cuando haya aprendido bien a succionar y extraer mejor la leche del pecho materno, podría alargarse de 3 a 4 horas entre sus comidas.

Sin embargo, hay situaciones que llevan a los padres a suministrar leche formulada para alimentar a sus pequeños. Bien sea por poca producción por parte de la madre, porque el bebé es intolerante a la lactosa u otro motivo ajeno a la voluntad de la mujer.

En estos casos, también se sugiere que de igual manera la alimentación al pequeño se realice a demanda de este. Cuando tenga hambre, el niño llorará para llamar la atención y ser alimentado. De todos modos, la leche de fórmula ha de ser un recurso a utilizar solamente cuando exista un impedimento para llevar a cabo la lactancia materna, pues esta se considera la mejor forma de alimentar al bebe. Así lo afirma un estudio publicado en la revista  Annals of Nutrition & Metabolism, donde se asocia este método de alimentación con una mayor eficiencia del sistema inmune.

No se recomienda forzarlo a que ingiera determinada cantidad de fórmula, puesto que así podría sobrealimentarse, forzar su pequeño estómago y tener problemas de salud.

En el caso de tener que recurrir a alimentación de este tipo, recuerda fijarte en el etiquetado de los productos antes de comprarlos. Es fundamental, de acuerdo con una investigación publicada en la revista  Nutrients, que los niños incluyan una cantidad de omega-3 en su alimentación. También se recomienda que reduzcan al mínimo la ingesta de azúcares simples.

Las pezoneras durante la lactancia no deben usarse si no hay un motivo que lo justifique.

¿Mi bebé come poco o está bien alimentado?

Existen varias maneras de saber si el bebé se está alimentando de manera correcta, sobre todo en las primeras semanas de vida. ¿Cómo saber si mi bebé come poco o si las cantidades que ingiere están bien?

Para responder a esa interrogante, es necesario estar pendiente de su peso. Lo normal es que gane, al principio, unos 120-150 gramos por semana.

Sin embargo, de no poseer una báscula que nos ayude a saber cuánto está pesando el bebé, hay otras señales que nos pueden ser de utilidad si tenemos la sensación de que no se está alimentando de manera apropiada. Son las siguientes:

  • El bebé toma pecho y a los 10 minutos, o incluso antes, se queda dormido.
  • Moja menos de cuatro pañales al día.
  • Su piel sigue arrugada después de la primera semana.
  • Al cabo de tres semanas, su cara aún no ha ganado volumen ni se ha puesto ‘redondita’.
  • Después de hacer una toma y quedarse dormido, pide otra vez enseguida, como si tuviera aún mucha hambre.
  • Su piel se torna más amarilla, en vez de menos, en la primera semana de vida.

Sin duda alguna, estos son signos de alarma suficientes como para llevar al bebé a consulta con su pediatra y verificar si existe algún problema o si, por el contrario, va todo bien.

Es necesario, en este caso, pesar al niño y comparar el resultado con el peso anterior. De confirmarse que existe algún problema, hay que buscar las causas por las cuales el bebé come poco para solucionarlas.

“Al principio, puede que el bebé coma cada 2 o 3 horas. Pasados los primeros dos meses, podrían pasar entre 3 y 4 horas entre sus comidas”

¿Mi bebé come poco?

El organismo de cada niño se comporta de manera diferente. Para algunos chiquillos, unas pocas porciones de comida bastan para quedar satisfechos. Para otros, en cambio, la misma cantidad puede resultar escasa para sus necesidades alimenticias.

Algunos de los factores que causan estas diferencias son el metabolismo, la constitución o incluso momentos puntuales dentro de su propio desarrollo. Por ejemplo la demanda aumenta en las crisis de desarrollo (en los lactantes) o durante los picos de crecimiento cuando son mayores.

Es por esta razón que muchos padres se preguntan cuánto necesita comer su hijo. Frases como ¿mi bebé come poco para su edad?, o ¿cómo saber si comió suficiente?, son cuestión cotidiana en los consultorios.

Si todo marcha con normalidad, las necesidades de energía varían según la edad y el sexo del bebé. Estas pueden presentarse más o menos de la siguiente manera:

  • 6 meses de edad: los niños deben consumir entre 491 y 779 calorías, mientras que las niñas deben consumir entre 351 y 819 calorías.
  • 9 meses de edad: son necesarias entre 504 y 924 calorías para los varones, mientras que las niñas requieren entre 459 y 859 calorías.
  • 12 meses de edad: el cuerpo de los niños exige consumir entre 579 y 1159 calorías; para las niñas, los montos suben al rango entre 505 y 1013 calorías.
  • 18 meses de edad: los niños necesitan consumir entre 804 y 1112 calorías; por su parte, las pequeñas han de ingerir entre 808 y 1168 calorías.
  • 24 meses de edad: para los varones, las necesidades oscilan entre las 829 y 1301 calorías, mientras que las niñas demandan un consumo de entre 761 y 1273 calorías.
Los purés de verduras para bebés son prácticos y nutritivos.

¿Qué significan estos parámetros?

Si nos fijamos bien en los datos, los parámetros normales tienen un mínimo de calorías y finalizan con el doble. Así pues, si se plantea la posibilidad de observar a unas hermanas gemelas de 24 meses —por ejemplo— a lo largo de un día, una podría ingerir 661 calorías y la otra 1273 calorías y las dos estarían en los parámetros regulares.

Entonces, sería irrisorio plantearse cuánto tiene que comer un niño, puesto que este comerá lo que su organismo demande según sus necesidades.

Sin embargo, lo que sí es necesario tener claro es el balance nutricional de los alimentos proporcionados al bebé. Por lo tanto no solo debemos poner atención en cuanto comen sino también en qué comen.

La preocupación por la comida y la obligación de comer

Como se ha comentado al hablar del uso del biberón, no se aconseja obligar a los niños a comer, en ninguna etapa de la vida. Aunque tengas la percepción de que “come poco”, a veces las expectativas de lo que deben ingerir son más altas que las necesidades reales.

Es bueno repetir que los pequeños tienen su capacidad de regulación y de saber cuando tienen suficiente. Si te preocupa una ingesta muy pequeña o, por el contrario, muy elevada; consulta con el pediatra para asegurar que no existen patologías y todo está dentro de la normalidad. 

De acuerdo con los expertos, obligar a los niños a terminar toda la comida o servir porciones excesivas puede tener consecuencias negativas en su salud. Algunas de estas prácticas podrían desencadenar en patrones de alimentación negativos, promover la obesidad temprana o fomentar una alimentación quisquillosa.

Asegura la calidad nutricional de la comida de tu hijo

Cuando un niño está bien de peso, corre, juega, está activo y se lo ve sonriente; con ello, demuestra que está sano, aunque coma menos de lo que el adulto considere adecuado.

Por lo tanto, asegúrate de que la calidad nutricional de la comida que le das a tu pequeño sea la ideal. Además, consulta con el pediatra para cerciorarte de que el peso y crecimiento que tiene tu pequeño es el debido. 

No te dejes llevar por el miedo y ponte en acción. Si tiene suficientes alimentos a su alcance, un niño sano come suficiente.  Toma las medidas necesarias a tiempo y verás a tu hijo crecer sano y sin problemas.


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