Cada vez más niños en todo el mundo afrontan problemas de aprendizaje. Sin embargo, motivarlos para que logren superar determinadas asignaturas no es imposible. Dislexia, discalculia, déficit de atención y demás no son impedimentos para salir adelante en materia de educación.
Claramente, nos referimos a niños que procesan la información de manera diferente al resto. Por ello, se requiere de mayor compromiso, esfuerzo y motivación. Todo ello, sin contar mayores cuotas de tiempo y paciencia. Factores que, sin dudas, deben trabajar junto con sus padres.
El miedo a fallar, la frustración constante, la falta de comprensión y problemas emocionales son las piedras del zapato. Al menos esto sostienen los diversos estudios que se han realizado a propósito de esta problemática. Esto se ve reflejado en la intención de dejar la escuela, evitar intentarlo o negar la complicación.
¿Cómo aumentar la motivación ante problemas de aprendizaje?
Los niños experimentan un constante anhelo por aprender. Precisamente, tu misión en caso de hacer frente a problemas de aprendizaje o atención es alimentar ese deseo. Pero, ¿cómo reavivar su apetito por el conocimiento y nutrir su curiosidad?
- Acompaña su aprendizaje. Si el niño siente a sus padres involucrados, aumenta la motivación pese a las dificultades. Por eso, dedica tiempo y permanece pendiente de sus avances y retrocesos. No se trata de solucionar sus problemas, pero sí de hablarlo y buscando respuestas a sus trabas. Apóyalo, mas no hagas tú lo que él no puede.
- Fomenta su autoconfianza. Lo importante es destacar sus destrezas y habilidades en todo momento. Celebrar sus logros y alimentar pasiones dentro y fuera de la escuela. Las actividades extraescolares pueden ser de gran ayuda, siempre y cuando se las sepa aprovechar para impulsar el aprendizaje. Pues de este modo él entenderá que es muy capaz y se animará a intentarlo. Recuerda siempre valorar su esfuerzo.
- Siembra persistencia y tenacidad. Explícale que si bien maneja diferentes tiempos y enfrenta más obstáculos que sus compañeros, está igualmente habilitado que el resto. Lo esencial es básicamente intentarlo, una y otra vez. Sin temor a fracasar, pues de los errores hay mucho que aprender. Persistencia, mala suerte o inteligencia, ¡el mundo es de quienes intentan! Recuérdales siempre que los genios se hacen, no nacen.
- Amor y respeto, siempre. Más allá de sus logros y fracasos, tu hijo te necesita a su lado. Conecta con él, acéptalo y ofrece apoyo y compañía en cualquier situación.
- Premia lo aprendido, no los resultados escolares. No envíes mensajes erróneos a tu hijo. La meta no es obtener las mejores notas en el colegio, sino aprender. Pues sino el niño creerá que no vale el esfuerzo sino solo lograr el éxito académico, lo que lo frustrará.
- Permítele elegir condiciones favorables. Deja al chico elegir el momento del día en que prefiera estudiar y hacer deberes. También que sea capaz de escoger el lugar apropiado, pues así sentirá que tiene el control de determinadas situaciones. Así, el menor gana orgullo y motivación.
Paciencia para una motivación a largo plazo
La paciencia es la piedra angular para que padres e hijos disfruten de este largo, duro pero gratificante camino. Pues si bien habrá muchos obstáculos por sortear, la motivación empujará al pequeño a aprender y desarrollarse. Y nada más maravilloso que un menor con la habilidad de ver el mundo de otra manera.
Resulta fundamental mantener la motivación del niño alta. Para ello, es menester comprender que los problemas de aprendizaje bien pueden trabajarse, y superarse. Mas no todo debe necesariamente girar en torno a tal dificultad. Se pueden manejar otras áreas siempre que ayuden y beneficien el niño.
Asimismo, como padres debemos de asegurarnos de algo elemental. Nuestros nenes tienen que disponer de todo lo necesario para superarse a sí mismos. Pero que ello jamás signifique que la ilusión y las ganas de seguir aprendiendo y mejorando agonicen lentamente, sino que resurjan de las cenizas cual Ave Fénix.
Bibliografía
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