Cómo explicar la teoría del apego con naranjas

Establecer un apego seguro es algo primordial para el correcto desarrollo emocional del niño y tiene grandes implicaciones en su futuro. Por ello, aquí explicamos la teoría el apego con naranjas.
Cómo explicar la teoría del apego con naranjas
Mara Amor López

Escrito y verificado por la psicóloga Mara Amor López.

Última actualización: 02 agosto, 2020

Algunos de vosotros, al escuchar la palabra “apego”, ya daréis por hecho que se trata de una conexión positiva que existe entre padres e hijos. Esto no es así, pues hay cuatro tipos de apego y solo uno es el que aporta seguridad al niño y lo hace crecer sano. Por ello, a continuación, vamos a explicar la teoría del apego con naranjas.

El carácter, la gestión emocional, la forma de relacionarse y actuar con los demás, y hasta la forma de elegir pareja en un futuro están estrechamente relacionados con el tipo de apego que se haya tenido en la infancia. ¿Quieres entender la teoría del apego de una manera sencilla explicada con naranjas?

La teoría del apego con naranjas

Antes de empezar a explicar la teoría del apego, es importante que sepamos a qué nos referimos cuando hablamos de este. Fue John Bowlby quien se dedicó a analizar la relación que se establecía entre el cuidador principal y el niño. De estos análisis elaboró la teoría del apego, que hoy en día nos ayuda a entender muchos problemas infantiles e incluso adultos.

Padres jugando con su bebé y haciéndole reír para promover un apego seguro.

Pero ¿qué es el apego? Es un vínculo o conexión afectiva que se crea, desde los primeros días de vida, entre el cuidador principal (madre, padre, abuelos, etc.) y el pequeño. Su utilidad es garantizar el cuidado y ayudar a formar la personalidad y el desarrollo psicológico del menor.

¿Cómo explicar la teoría del apego con naranjas?

Como ya hemos dicho al principio, existen cuatro tipos de apego o forma de establecer el vínculo con los hijos. Aquí vamos a explicar los diferente tipos, uno a uno, a través de las naranjas, para que se pueda entender mejor. Esta explicación la hace Rafael Guerrero en su libro Educar en el vínculo. ¡Vamos a ello!

Apego seguro: naranjas-naranjas

El apego seguro se caracteriza por la incondicionalidad. El niño sabe que su cuidador no le va a fallar y que, si tiene una necesidad emocional específica, este se la va a cubrir. Veamos un ejemplo.

Nuestro hijo está triste porque su mejor amigo no ha querido jugar con él hoy en el colegio. Nosotros, lo primero que hacemos, es conectar con su emoción y después lo calmamos. Si recurrimos a la metáfora de las naranjas, lo que estamos haciendo es que nuestro hijo necesita una naranja y nosotros le damos una naranja, es decir, ni más ni menos que lo que necesita.

Evitativo: naranjas-mandarina

En este tipo de apego, el niño ha aceptado que no puede contar con sus cuidadores, y esto le provoca dolor y angustia. Aquí, ante una necesidad emocional del pequeño, el cuidador tiende a infravalorarla, de esta forma, si el infante necesita una naranja, se le da una mandarina, que, aunque puede parecerse, no es lo mismo.

Los niños con apego evitativo aprenden a no pedir lo que sus padres continuamente le han negado. Son cuidadores muy racionales que no logran entender cómo se sienten y, por lo tanto, tampoco entenderán cómo se siente su hijo.

Ansioso-ambivalente: naranjas-naranjo

En el apego ansioso-ambivalente, cuando el niño tiene una necesidad específica, el cuidador reacciona de modo exagerado por cubrirla. Por tanto, si necesita una naranja, se le da el naranjo entero. Este tipo de apego es muy común en padres sobreprotectores y exageradamente emocionales.

Apego desorientado: naranjas-nada

Este tipo de apego es el más peligroso y negativo de todos. En este, ante una necesidad emocional del pequeño, los padres no le dan ninguna respuesta. Si el niño necesita naranjas, no le dan naranjas, ni mandarinas ni el naranjo entero.

Los cuidadores que establecen este tipo de vínculos suelen tener importantes trastornos de personalidad, depresiones graves, esquizofrenia, etc. Pueden ser padres que abusan, maltratan y abandonan a sus hijos.

Madre dando un beso a su hija en la mejilla.

Teoría del apego con naranjas: “Ser autónomos primero siendo dependientes”

Todos, cuando nacemos, somos muy inmaduros y necesitamos depender de nuestras figuras de apego. Estas dependencias quedan superadas si los padres o cuidadores han sido capaces de cubrir todas sus necesidades.

“Solo llegamos a la autonomía pasando por la dependencia”.

-Rafael Guerrero-

Con esta frase, Rafael Guerrero quiere decir que aprendemos a ser autónomos solo si hemos sido dependientes. Nuestras figuras de apego, a base de cubrir nuestras necesidades emocionales, nos enseñan cómo tenemos que hacerlo en el futuro y, de esta forma, conforme vamos creciendo, vamos siendo más independientes.

Sobre la teoría del apego con naranjas

Al explicar la teoría del apego con naranjas, podemos entender, de una manera más visual, cómo se establecen los apegos entre los niños y sus cuidadores. Con todo lo dicho, podemos suponer que la autonomía y la vinculación son las bases para establecer un apego seguro y que, para que este sea así, debe haber un equilibrio entre ambos.

Si queréis seguir indagando sobre este tema, podéis profundizar en ello leyendo Educar en el vínculo, de Rafael Guerrero. En él nos enseña cómo podemos elaborar un apego sano con nuestros hijos y facilitar su regulación emocional y autonomía.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


  • Guerrero, R. (2020). Educar en el vinculo.Barcelona:Plataforma.
  • Bowlby, J. (1977). The making and breaking of affectional bonds. The British Journal of Psychiatry, 130(3): 201-210.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.