La congestión nasal es muy molesta para los pequeños y en general, les provoca para comer o para dormir. Este problema es muy común y en general, responde a un resfriado o a una alergia. Aunque sean sanos, los infantes son muy propensos a contraer virus respiratorios y esto no necesariamente tiene por qué ser algo malo. A continuación, te vamos a enseñar cómo descongestionar la nariz del bebé, para que puedas ayudarlo a sentirse un poco mejor. ¡No te lo pierdas!
¿Qué es la congestión nasal en el bebé?
Cuando utilizamos el término congestión nasal, hacemos referencia a la obstrucción parcial de los orificios de a nariz que se produce por un acúmulo de secreciones.
En los niños pequeños esto es bastante frecuente y se debe, en gran parte, a la anatomía que tienen las vías respiratorias en la infancia. Por otro lado, la congestión se relaciona estrechamente al hecho de que los bebés aún no han desarrollado las habilidades suficientes para mantener la nariz despejada de mocos. Habrás visto que los niños suelen demorar varios años en aprender a soplar por la nariz o a expulsar voluntariamente la flema.
De esta manera, cada vez que un infante aumente la producción de mocos en las vías aéreas (incluida la nariz), una de sus principales molestias será tener la nariz tapada. A continuación, te vamos a enumerar los motivos más frecuentes de congestión nasal en bebés.
Causas frecuentes de congestión nasal en los pequeños
- Infecciones respiratorias (como los resfriados).
- Alergias (respiratorias o alimentarias, como a la proteína de la leche de vaca).
- Irritación por agentes químicos o tóxicos (como el humo del cigarrillo).
- Cambios bruscos de la temperatura ambiental.
- Climas secos.
¿Qué hacer para descongestionar la nariz del bebé?
Existen métodos bastante prácticos y poco invasivos para descongestionar la nariz del bebé.
Es importante destacar que solo debemos limpiar la nariz lo justo y necesario, pues la producción de secreciones tiene una finalidad. Esta es la de proteger la vía aérea del ingreso de gérmenes y partículas contaminantes y de lubricar la mucosa que la recubre para que no se dañe.
Así que cuando tu bebé se encuentre molesto por la acumulación de mocos en la nariz o esta dificulte su alimentación o su descanso, puedes poner en práctica algunas de las siguientes recomendaciones para brindarle alivio. ¡Toma nota!
Lavado y aspirado nasal
Esta estrategia es muy sencilla y apta para cualquier edad. Según el tamaño del pequeño, podremos optar por aplicar unas pocas gotas de solución salina (o suero fisiológico) en la nariz del bebé o directamente, realizar un lavado nasal con una jeringa. El objetivo de esta técnica es lubricar los mocos que se acumulan en esta cavidad.
De todos modos, lo que ha demostrado real eficacia para la prevención de complicaciones relacionadas a la congestión nasal (como las otitis) es la aspiración del moco y no el lavado en sí mismo.
El proceso de descongestión de la nariz puede llevarse a cabo con estos sencillos pasos:
- Debes acostar al bebé boca arriba y girar levemente su cabeza hacia un lado. Colócale una o dos gotas de solución salina en uno de sus orificios nasales.
- Permite que el líquido actúe durante unos segundos. Incluso, puedes masajear levemente el cartílago ubicado por encima de la fosa. Cuando levantas al bebé, es probable que la mucosidad saldrá por sí sola, pero sino puedes utilizar el aspirador nasal.
- Presiona la pera de goma del aspirador nasal para que forme un vacío dentro. Introduce la boquilla unos pocos centímetros dentro de la nariz del niño y aspirar. No debes tener miedo al introducirla, pues las fosas nasales del bebé son bastante profundas y si la dejas por fuera no podrás remover nada.
- Vacía la pera y su contenido en un pañuelo de papel o bajo el chorro de agua del grifo.
- Repite el procedimiento del otro lado.
- Para limpiar el aspirador, utiliza agua con jabón y al finalizar, déjala boca abajo para que se seque al aire libre.
Humificador de ambientes
Una de las mejores maneras de descongestionar la nariz es por medio del uso del vapor de agua. Tal como mencionamos antes, esto favorece el ablandamiento de los mocos y facilita la expulsión o extracción de los mismos.
Es importante destacar que el ambiente debe aumentar el nivel de humedad, pero bajo ningún punto debes aplicar el vapor de agua caliente directamente en la cara del niño. Esto es por el riesgo de causar quemaduras muy graves en la piel o en la vía aérea de forma accidental.
Existen humidificadores eléctricos que ayudan a mantener el ambiente en condiciones más propicias, sobre todo en las épocas más frías del año en la cual se calefacciona en exceso.
Pero si no se cuenta con estos aparatos, se puede obtener el mismo resultado con el vapor de la ducha. Una forma muy amena de llevar a cabo esta terapia es poner al niño a jugar en la tina con agua tibia, siempre bajo la supervisión de un adulto.
Hidratación
Otra recomendación para ayudar a descongestionar la nariz del bebé es asegurar que se mantenga correctamente hidratado. Pues entre las secreciones y la fiebre que suele acompañar a los resfriados, el niño se vuelve más propenso a la deshidratación.
De esta forma, ofrécele líquido al niño todas las veces que puedas. Aunque no tome grandes cantidades por vez, la reiteración de las tomas le permitirá mantener los niveles hídricos adecuados.
Si tiene menos de 6 meses, ponlo al pecho con frecuencia y si ya ha iniciado la alimentación complementaria, ofrécele también agua.
Spray de solución salina
Finalmente, debes saber que existen en el mercado algunos aerosoles de solución salina listos para usar en las fosas nasales.
Aunque son muy sencillos de utilizar, algunos pueden contener ingredientes poco adecuados para el bebé. Incluso, muchos de ellos contienen una solución bastante concentrada, lo cual puede provocar cierta irritación sobre la delicada mucosa del bebé cuando se usan con frecuencia. Por eso, antes de utilizarlo consúltalo con el pediatra.
¿Cómo evitar la congestión nasal en los pequeños?
La congestión nasal es bastante común en la infancia, pero también puede prevenirse con algunas medidas de cuidado e higiene.
Primero que nada, es recomendable mantener la lactancia materna al menos hasta los dos años, tal como indica la Organización Mundial de la Salud. Este fluido natural es mucho más que alimento y le brinda a los bebés pequeños elementos para reforzar a su inmunidad y evitar enfermarse tan seguido.
En segundo lugar, es importante evitar las causas que con mayor frecuencia provocan la congestión en los bebés. En esta línea, te brindaremos algunos consejos para evitarlas:
- La habitación donde duerma el bebé debe estar bien ventilada y limpia.
- Así mismo, toda la casa debe estar libre de tóxicos, como por ejemplo el humo del cigarrillo.
- El ambiente de la habitación no debe estar demasiado seco ni demasiado húmedo.
- En el caso de utilizar un humidificador en la casa, es importante mantenerlo bien limpio para que no crezca moho y siempre lejos del bebé.
- Evitar los ambientadores químicos y los productos de limpieza demasiado fuertes, para no irritar las mucosas del niño.
- No usar los aires acondicionados y las calefacciones a temperaturas extremas ni de forma permanente. Estos elementos secan la humedad del ambiente, por lo que es necesario apagarlos de tanto en tanto y dejar entrar el aire del exterior para recambiarlo.
Ten paciencia y ofrécele alivio a tu pequeño
Ahora que ya sabes cómo descongestionar la nariz del bebé, debes tener mucha paciencia y acompañarlo durante este proceso desagradable para él.
Recuerda hacer todas estas maniobras con calma y mucho cuidado, pues el objetivo de estas es brindar alivio y no fastidiar al bebé aún más. Lo mejor es descongestionar al niño antes de las tomas, para que luego coma bien y descanse mejor.
Bibliografía
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