En la actualidad, existe controversia sobre si algunas comidas pueden, o no, alterar el movimiento del feto. Los dulces son algunos de los más relacionados con una mayor estimulación fetal.
La mayoría de las madres intentan interactuar con su bebé durante el embarazo. Por tanto, es común que las gestantes traten de sentir sus movimientos. En ciertos casos, se coloca música o se enciende una luz con el propósito de observar alguna reacción.
Se conoce que el bebé se mueve varias veces al día sin que reciba ningún estímulo. El pequeño dentro del útero puede patear, flexionar las extremidades, hacer giros o estirarse. Estas reacciones son reflejo de la salud y el desarrollo adecuado del feto.
Relación entre las comidas y el movimiento del feto
Como hemos dicho, el bebé está en constante movimiento dentro del claustro materno. Sin embargo, para que la madre pueda percibirlo, este debe tener contacto con la pared uterina. Es decir, la mayor parte de su actividad pasa sin ser notada. Sin embargo, los movimientos pueden observarse en una ecografía desde las 8 semanas de gestación.
Por lo general, las madres pueden sentir los movimientos del bebé entre las semanas 18 y 22. En gestantes multíparas esto puede ocurrir incluso antes, a partir de la semana 16. En un principio, se perciben roces y movimientos leves que luego aumentan en intensidad. Incluso en algunos casos puede ser tan repentino y brusco que sobresalta a la madre.
Las comidas de la madre si juegan un papel crucial en la dinámica intrauterina del bebé. En un lapso de 24 horas, la madre debe sentir al feto moverse por lo menos 10 veces. En la mayoría de los casos, la dinámica se percibe con mayor intensidad entre 30 minutos y una hora después que la madre ingiera alimentos.
Este fenómeno se asocia con el aporte de nutrientes energéticos que aumentan la actividad del feto, así como con el efecto que tienen ciertos alimentos en el desarrollo del sistema nervioso del pequeño. En este sentido, algunos de los alimentos que pueden alterar el movimiento del feto son los siguientes.
1. Azúcar o glucosa
La glucosa es un tipo de carbohidrato simple que se utiliza como fuente energética esencial por el cuerpo humano. Un estudio de 2013 publicado en la revista Nutrición Hospitalaria señala que el feto está especializado en emplear glucosa, para lo cual cuenta con una gran cantidad de transportadores tipo GLUT-1 y GLUT-4.
De esta forma, las comidas ricas en carbohidratos, digeridas por la madre, producen glucosa. Esta última llega al bebé a través de la sangre que atraviesa la placenta. Una vez dentro del feto, la glucosa promueve la producción de energía para el desarrollo fetal, y a su vez estimula la actividad neuronal del sistema nervioso del bebé. Por tanto, favorece al aumento en la intensidad y la frecuencia de los movimientos del feto.
2. Cafeína
El consumo excesivo de cafeína puede tener efectos estimulantes en el feto. Al igual que la glucosa, esta sustancia también es capaz de atravesar la placenta y excitar el sistema nervioso del pequeño. De hecho, una investigación de Archivos de Pediatría del Uruguay describe que la cafeína del mate aumenta la concentración de adrenalina placentaria y fetal. Esta última es una sustancia excitatoria por excelencia.
Además, la cafeína en dosis elevadas también se asocia al riesgo de abortos espontáneos. Por tanto, es recomendable limitar su ingesta durante el embarazo, como la que se encuentra en el café, el té, las bebidas energéticas y los refrescos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) promueve un consumo inferior a 300 mg diarios.
3. Chocolate, una de las comidas que influye en el movimiento del feto
El chocolate es uno de los alimentos más reconocidos por sus efectos sobre el feto. Un estudio publicado en The journal of maternal-fetal & neonatal medicine concluyó que la ingesta materna de chocolate tiene efectos estimulantes agudos sobre la reactividad fetal. Por tanto, es posible evidenciar un aumento de los movimientos del pequeño luego de ingerir este alimento.
4. Pescado con alto contenido de mercurio
Algunos peces, como el tiburón, el pez espada y el marlín, pueden contener mercurio, capaz de atravesar la barrera placentaria y afectar el desarrollo del sistema nervioso del feto. A diferencia de las sustancias anteriores, esta puede producir una reducción variable en los movimientos del feto.
Una investigación de la revista Nutrición Hospitalaria sugiere que los niños expuestos intraútero al mercurio pueden presentar un importante retraso en el desarrollo, así como alteraciones del tono muscular y de los reflejos tendinosos profundos. Por tanto, se recomienda evitar o limitar el consumo de estos tipos de pescado durante el embarazo.
Otros estímulos que pueden provocar el movimiento del feto
Según Stanford Medicine Children’s Health, el feto está más activo por la noche. En consecuencia, es común que la madre perciba movimientos de mayor intensidad entre las ocho y la media noche.
Además, la propia actividad de la madre incide en la percepción del movimiento del bebé. Por ejemplo, cuando la gestante está relajada o concentrada en alguna actividad, puede que sienta mejor al pequeño.
Asimismo, la música, la luz, el ruido y la vibración pueden estimular la dinámica fetal. Es por ello que se recomienda a los padres hablar con su bebé a través del abdomen de la madre. Desde este punto, inicia la formación del vínculo materno y paterno.
Al final del embarazo, el feto contará con menos espacio para moverse; por lo que la actividad se podrá percibir con mayor intensidad, pero con menor frecuencia.
Los médicos recomiendan contar las patadas para asegurarse de que todo marcha bien. Según una investigación publicada en la Revista Avan Biomed, la percepción de los movimientos fetales es uno de los parámetros que se utilizan para evaluar el bienestar fetal y es el único accesible a la embarazada.
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¿Qué alimentos son recomendables en el embarazo?
La alimentación balanceada durante el embarazo es fundamental, ya que aporta los nutrientes necesarios para el desarrollo adecuado del feto. Algunas recomendaciones dietéticas publicadas en la Revista Sanitaria de Investigación son las siguientes.
- Aumenta la ingesta de cereales integrales, legumbres, verduras y hortalizas.
- Incluye comidas ricas en hierro, calcio, fibra y ácido fólico.
- Aumenta el consumo de fuentes proteicas, como pollo, pesado y carne magra.
- Evita el consumo de alimentos ricos en azúcar, gaseosas o comidas procesadas.
- Reduce la ingesta de embutidos, enlatados y alimentos ricos en grasa.
El bebé responde a todos los estímulos que recibe la madre
La comunicación del bebé con el exterior es muy amplia. Él puede oír lo que sucede a su alrededor, e incluso percibir las emociones de la madre.
Las comidas determinan en gran medida el movimiento del feto, su crecimiento y desarrollo dentro del útero. Por tanto, es esencial seguir una dieta adecuada y evitar sustancias dañinas, como el alcohol y el tabaco. Ante cualquier duda, consulta con tu médico de confianza.
Bibliografía
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