Bondad de ajuste: cómo adaptarte al temperamento de tu bebé

Cada bebé tiene su propio temperamento, y adaptar las pautas de crianza a este carácter innato del niño puede ofrecer muchos beneficios.
Bondad de ajuste: cómo adaptarte al temperamento de tu bebé
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 19 abril, 2021

Desde el nacimiento, todos los bebés presentan su propio temperamento, es decir, su estilo personal de interpretar el ambiente y reaccionar ante él. A pesar de contar con un componente hereditario, esta tendencia se va moldeando en función de las primeras experiencias del niño. Así, cuando los padres comprenden cuál es el temperamento de su bebé y se adaptan a él a la hora de educar, pueden obtener resultados mucho más positivos. Esto es lo que se conoce como bondad de ajuste.

En ocasiones, el temperamento del bebé será similar al de sus padres y otras veces no. Sin embargo, no se trata de que el adulto cambie su forma de ser, sino simplemente de que adecúe las pautas de crianza al carácter y las necesidades del niño.

Conoce el temperamento de tu bebé para lograr la bondad de ajuste

El modelo de bondad de ajuste de Thomas y Chess propone que existen nueve dimensiones principales que componen el temperamento. Y son estos aspectos en los que los padres deben fijarse para adaptar su estilo de educación.

Bebé despierto en una de las ventanas de sueño.

Nivel de actividad

Los niños más movidos e inquietos gozan de las actividades que les permiten gatear, trepar y mover el cuerpo. Sin embargo, necesitan que el adulto les enseñe a calmarse y a identificar cuándo están cansados y necesitan hacer una pausa.

Por su lado, los bebés menos activos prefieren ambientes tranquilos y actividades pausadas, como acurrucarse a hojear un cuento. Pero igualmente requieren que el adulto les ofrezca juegos y tareas físicas en las que puedan involucrarse a su propio ritmo.

Nivel de distracción

Algunos niños se distraen fácilmente ante los estímulos del entorno. Por ello, se benefician de las rutinas sencillas en las que realizan una única actividad a la vez. Pero también pueden distraerse ante las sensaciones corporales incómodas, por lo que conviene asegurarse de que siempre estén limpios, descansados y alimentados.

Los bebés que se distraen menos pueden pasar más tiempo absortos en una misma actividad. Así, es importante ofrecerles alternativas y avisarles con antelación de los cambios. Por ejemplo: “En unos minutos dejaremos de jugar e iremos a comer”.

Intensidad, una de las dimensiones de la bondad de ajuste

Los niños que sienten y expresan las emociones con gran intensidad necesitan que sus padres sean capaces de calmarlos y consolarlos sin perder los nervios, y, del mismo modo, que les enseñen a tranquilizarse por sí mismos. Por otro lado, los bebés menos intensos pueden sentirse abrumados ante un tono de voz o una reacción emocional exagerada de sus padres, por lo que es preferible ser suaves.

Regularidad

Los niños regulares tienen patrones de alimentación, sueño y eliminación muy previsibles. Para ellos la rutina es agradable y, por eso, es preferible mantenerla siempre que sea posible (incluso en periodos vacacionales).

Por el contrario, los niños más irregulares requieren que sus padres estén abiertos a la improvisación y los cambios de planes. Sin embargo, intentar establecer progresivamente una cierta rutina puede ser beneficioso.

Sensibilidad

Los bebés más sensibles precisan entornos silenciosos y con poca luz, prefieren las texturas suaves y el tono de voz pausado. Los menos sensibles disfrutan con colores brillantes y música estimulante, así como explorando nuevos sabores de alimentos y las diferentes texturas del entorno.

Accesibilidad

Algunos infantes muestran una inclinación natural a explorar lo desconocido, gozan visitando lugares nuevos y relacionándose con personas diferentes. Otros, en cambio, se sienten incómodos ante la novedad, prefieren permanecer en brazos de sus padres y necesitan más tiempo para adaptarse a la situación.

Adaptabilidad

Los niños más adaptables son capaces de embarcarse en numerosas actividades distintas sin problema y sin resistirse al cambio de tarea. Otros necesitan proceder de forma gradual y hacer transiciones claras (por ejemplo, decir: “adiós, juguetes”, antes de dejar el juego para ir a bañarse).

Niños jugando con piezas LEGO para que sus padres conozcan su bondad de ajuste.

Perseverancia, otra de las dimensiones de la bondad de ajuste

Algunos bebés son muy perseverantes en sus intentos de alcanzar nuevos hitos, no se frustran y continúan tratando hasta que lo logran. Sin embargo, otros niños se frustran más fácilmente. En este caso, es preferible presentarles tareas sencillas, guiarlos y elogiar su esfuerzo más que el resultado.

Carácter

Los bebés de carácter positivo manifiestan alegría con facilidad, ríen y se divierten claramente jugando. Pero también es necesario que conozcan otras expresiones y emociones negativas y las normalicen. Por su lado, los bebés de carácter más serio necesitan que sus padres comprendan que su seriedad no implica que estén enfadados. Además, identificar las señales sutiles de disfrute y felicidad que puede mostrar el niño y hacer hincapié en ellas puede ser beneficioso.

La bondad de ajuste previene problemas futuros

Ciertos tipos de temperamento están relacionados con problemas emocionales o de conducta en los niños. Algunos aspectos del carácter pueden conducir a bajo rendimiento escolar, problemas sociales e incluso ansiedad y depresión. Así, si los padres aplican una crianza respetuosa basada en el conocimiento de las necesidades específicas del niño, estas dificultades pueden prevenirse.


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