El mercado pone en nuestras manos algunas alternativas para ayudarnos con la alimentación de nuestros hijos, en especial, en las etapas cruciales de su desarrollo. Una de ellas es la leche de crecimiento a la que se le adiciona algunos nutrientes críticos para apoyar el desarrollo de los más pequeños. Sin embargo, hay que estar seguras de que es buena para su dieta.
Para ayudarte a tomar la decisión de usarla como alternativa de la leche entera para niños de entre 1 y 3 años de edad, en este artículo ahondaremos en los beneficios que aporta la leche de crecimiento. Recuerda siempre seguir las instrucciones del pediatra sobre los nuevos alimentos que formarán parte del menú de tu niño.
¿Por qué considerar la leche de crecimiento en la dieta del niño?
A partir del año de edad, hay que incluir otras leches adicionales a la materna o a las fórmulas infantiles para que ayuden a complementar ciertos nutrientes. La leche regular podría ser una opción, pero algunos de sus nutrientes están escasos o, por el contrario, en exceso y pueden perjudicar ciertos órganos que aún están inmaduros en el niño pequeño.
Otra alternativa es optar por las leches de crecimiento o fórmulas diseñadas para niños de entre 1 y 3 años de edad. Este tipo de leche se adapta en términos de nutrientes y componentes activos a las necesidades específicas de cada etapa de desarrollo.
Con base en los beneficios que tienen para el niño, la Asociación Española de Pediatría las recomienda como una alternativa útil y complementaria en su dieta.
Ver también: ¿Qué son las leches de crecimiento?
Beneficios de la leche de crecimiento
La leche de crecimiento aporta una serie de beneficios clave que respaldan el desarrollo saludable de los pequeños. Al ser enriquecida con nutrientes esenciales, vitaminas y minerales, esta se convierte en una opción que contribuye al bienestar y desarrollo óptimo de los niños en sus años formativos. Algunos de sus beneficios más notables son los siguientes.
1. Aportan la cantidad de proteínas adecuadas para el niño
De acuerdo a un análisis publicado en la revista Food & Nutrition Research, la leche de crecimiento contiene entre 1,5 a 1,8 gramos de proteína por cada 100 gramos de producto. Mientras que la leche de vaca entera tiene casi el doble (3,3 gramos por cada 100 gramos).
Esta notable diferencia se considera una ventaja para la leche de crecimiento, ya que permite relajar la carga renal de los metabolitos provenientes de las proteínas y ajustarse a un aparato digestivo que aún es inmaduro.
Además, de acuerdo a un estudio publicado en la revista Nutrition and Metabolic Insights, insistir con una alta carga proteica en la dieta del niño pequeño puede aumentar el riesgo posterior a la obesidad.
Por otra parte, la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) recomienda para los niños de entre 1 y 3 años una ingesta de 1,2 gramos de proteínas por kilo de peso. Esto representa unos 13 gramos de proteínas al día.
La leche de crecimiento como alimento complementario lograría cubrir un 6% de este requerimiento proteico, tomando en cuenta una ingesta diaria de leche para un niño pequeño de 2 a 3 porciones.
2. Contienen DHA y EPA para el desarrollo visual y cerebral
Las fórmulas de crecimiento también están adicionadas con grasa omega-3 conocida como docosahexaenoico (DHA) y eicosapentaenoico (EPA), que participan en el desarrollo cerebral del niño y de la retina.
Un artículo publicado en la revista International Journal of Food Properties revela que el DHA forma el 30 % del cerebro y el 85 % de la visión. Por su parte, el EPA participa en el desarrollo cognitivo.
Tal como lo indica un estudio publicado en la revista Journal of American of Clinical Nutrition, el contenido mínimo propuesto de DHA agregado a estas leches es de 15 miligramos por cada 100 kilocalorías, lo cual resulta similar a la proporción de DHA de la leche materna.
3. Tienen una alta proporción de lactosa
Los valores de carbohidratos de las leches de crecimiento son casi el doble de los que tiene la leche de vaca entera. Esto representa entre 9 y 14 gramos por 100 kilocalorías. La principal fuente es la lactosa y se recomienda no agregar otros tipos de azúcares.
Un estudio publicado en la revista Nutrients resalta la importancia de la lactosa como fuente de galactosa para la síntesis de algunas macromoléculas importantes en el niño y como moldeadora de la microbiota intestinal.
En este sentido, algunos estudios sobre leches de crecimiento en Indonesia encontraron niveles de azúcar similares a las bebidas azucaradas, por lo que se aconseja vigilar de cerca las etiquetas de estas fórmulas.
4. Pueden mejorar la salud intestinal
A las leches de crecimiento también se les adicionan carbohidratos no digeribles (fibra dietética) como los fructooligosacáridos (FOS) y los galactooligosácaridos (GOS), así como maltodextrinas y almidones gelatinizados.
Según un artículo publicado en la Revista Cubana de Pediatría, estos carbohidratos son conocidos como prebióticos, ya que regulan la función intestinal. Son usados por las bacterias del colon como fuente nutritiva para equilibrar el crecimiento de microorganismos beneficiosos a la salud.
5. Aportan suficiente hierro para evitar la anemia ferropénica
La anemia ferropénica es un problema de salud común en los niños pequeños que sucede si no ingieren suficientes alimentos que contengan hierro. Un artículo publicado por la revista de la Universidad de Antioquía indica que su deficiencia afecta de manera importante el crecimiento y el desarrollo del niño.
Por esta razón, se aconseja agregar a las fórmulas de crecimiento un 15 % del valor de la ingesta recomendada. El valor final de hierro es de 1,2 miligramos por cada 100 gramos del producto.
6. Pueden actuar como vehículo de la vitamina D
Un artículo publicado en la revista Public Health Review resalta que la vitamina D es un micronutriente importante para la salud ósea y el crecimiento de los huesos de los niños. De hecho, la absorción adecuada del calcio depende de la vitamina D.
Las leches de crecimiento pueden ser fortificadas con una cantidad de vitamina D que oscila entre 1,5 y 1,7 microgramos. A diferencia de la leche entera, que contiene niveles muy bajos de esta vitamina, optar por este tipo de leche como alimento complementario para los niños pequeños representa una excelente manera de prevenir desequilibrios en los niveles de calcio.
7. Son fuentes de antioxidantes
Estas fórmulas lácteas también se enriquecen con algunas vitaminas y minerales que cumplen funciones antioxidantes contra el daño de los radicales libres a nivel celular.
El porcentaje de enriquecimiento es importante en comparación con la leche entera. El zinc aumenta en un 50 %, la vitamina C entre 6 y 8 veces más y el retinol entre 2 y 2,5 veces. Otros nutrientes antioxidantes son el selenio y la vitamina E.
8. Aseguran un buen aporte de calcio
Según un estudio en la revista Annals of Nutrition and Metabolism, se recomienda que las leches de crecimiento contengan al menos 200 miligramos de calcio por cada 100 kilocalorías. Esto contribuiría en un 40 % a las recomendaciones diarias de calcio (500 miligramos) para niños de entre 1 y 3 años.
9. Son un alimento complementario con una alta densidad nutricional
La organización APIYCNA señala que las leches de crecimiento son fortificadas para ayudar a los niños pequeños a alcanzar las ingestas óptimas en nutrición para esta etapa de la vida.
Este tipo de fórmula se convierte en un vehículo alimentario con una alta densidad de nutrientes. Las vitaminas D, E, C y los minerales zinc, calcio, hierro, entre otros, complementan la dieta mixta y equilibrada que requieren los niños de entre 1 a 3 años.
¿Qué beneficios podemos resaltar de la leche de crecimiento?
Todos los beneficios que aportan las leches de crecimiento tienen un gran valor para la buena nutrición y la buena salud de los niños. El aporte de proteínas, vitaminas, minerales, antioxidantes, prebióticos, DHA, EPA y otros componentes activos, validan la inclusión de estas fórmulas en la dieta mixta del niño pequeño.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas leches de crecimiento no deben sustituir a los demás alimentos complementarios en el plan de alimentación, ni reemplazar la promoción activa de buenos hábitos dietéticos y alimentarios para mantener una dieta saludable.
También hay que recordar que el pediatra y el nutricionista son el personal apropiado para indicar la leche de crecimiento de acuerdo a la etapa de cada niño y a sus necesidades individuales. ¡No olvides revisar la etiqueta del producto y sus ingredientes para asegurar la cantidad de azúcar recomendada!
Bibliografía
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