Dicen que estos nacimientos tienen algo de magia y que los niños serán afortunados en el futuro. No obstante, más allá de la creencia popular, los bebés enmantillados dan forma a un tipo de parto muy particular pues llegan al mundo con la bolsa amniótica intacta: un hecho excepcional que siempre llama la atención.
Lo llaman también parto velado o incluso nacer con “el velo veneciano”. Según los expertos, este tipo de nacimientos son extremadamente raros y ocurren con una frecuencia de 1 en 80.000. Si este hecho ya es de por sí curioso, se le añade además el factor de que a día de hoy los partos son cada vez más protocolarios, con lo cual, se limitan aún más las posibilidades de un parto natural donde acontezcan este tipo de hechos.
Los bebés enmantillados en esta era de las cámaras y las redes sociales siempre son noticia. De ahí, que casi todos hayamos visto ya más de un vídeo de estos nacimientos, donde nos fascina por encima de toda esa calma que el bebé nos demuestra desde su bolsa. Como si no tuviera ganas de atravesar ese velo, deseando quedarse quizá un poco más en ese mundo de paz y de equilibrio.
En “Eres mamá” queremos hablarte de este tipo de nacimientos, por qué ocurren y qué curiosidades se asocian a ellos.
Los bebés enmantillados y la bolsa amniótica
Uno de los principales avisos que nos da nuestro cuerpo cuando estamos a punto de dar a luz, es “romper aguas”. Al iniciarse las contracciones con más fuerza y regularidad, lo normal es que la membrana que forma la bolsa amniótica se rompa.
Es un hecho indoloro, no obstante, tampoco es algo que todas las mamás experimenten. Hay mujeres que romperán aguas durante el propio parto y no antes y otras, verán con sus propios ojos cómo sus hijos llegan al mundo “enmantillados”.
Los expertos en ginecología y obstetricia nos indican que el acto de venir al mundo con la bolsa amniótica intacta no implica un mayor o un menor beneficio. No es más que algo curioso, hermoso y llamativo donde eso sí, se retrasa un poquito más ese paso en el que el niño debe empezar a respirar por sí solo lejos del líquido amniótico.
Curiosidades de la bolsa amniótica
La bolsa amniótica crece a medida que lo hace el propio feto. Es una membrana aparentemente frágil, sin embargo, es mucho más resistente de lo que pensamos. Está formada por dos capas y a su vez, carece de músculos, nervios, o vasos y sanguíneos. Lo que le aporta resistencia es el colágeno y la elastina.
- Las dos capas que la forman son el amnios y el corion, siendo esta última la exterior y la más gruesa.
- En lo que se refiere al líquido amniótico se sabe que empieza a formarse a partir de la segunda semana desde la concepción. Después de unas 10 semanas dispone de una gran riqueza en proteínas, carbohidratos, lípidos y fosfolípidos, urea y electrolitos, que ayudan al desarrollo del feto.
- El líquido también ayuda a amortiguar al bebé de los posibles golpes y lesiones. Además, le proporciona adecuados mecanismos para respirar y tragar, aportándole a su vez una temperatura estable.
- No obstante, en las últimas semanas al líquido amniótico lo forman diversas células sanguíneas fetales, cabellos del lanugo y vérnix, un tipo de grasa que cubre y protege la piel del bebé. A su vez, y en estos últimos días antes del parto, este líquido está compuesto casi en su totalidad por la propia orina que produce el bebé al vaciar su vejiga.
Lo que supone la rotura de la bolsa amniótica para el bebé
- La rotura de la bolsa amniótica no deja de ser algo estresante para el bebé. No podemos olvidar que durante el embarazo el feto tiene sus pulmones llenos de agua. Su respiración se realiza mediante un intercambio de gases a través de la placenta.
- Ahora bien, durante el parto, y una vez se rompe la bolsa amniótica, todo el líquido de sus pulmones se reabsorbe o se expulsa por la boca para que el recién nacido pueda realizar la primera respiración. Es algo complejo para el bebé.
- No obstante, durante un parto vaginal al pasar por el canal del parto se presiona el tórax del niño, y ello, ya le ayuda a eliminar el líquido pulmonar, el mucus y el líquido amniótico. Algo que durante una cesárea no suele ocurrir.
Los bebés enmantillados, por su parte, disfrutan de un instante de tranquilidad cuando llegan al mundo con la bolsa intacta. No se conocen a día de hoy las razones por las que esto ocurre, ni por qué 1 de cada 80.000 bolsas amnióticas no se rompen. Aunque ello, ha sido desde siempre motivo de supersticiones y tradiciones que pasamos a explicarte.
Nacer con velo, creencias tradicionales asociadas
Los bebés enmantillados, tal y como hemos señalado antes no tienen mayores o menores ventajas que otros niños nacidos de forma ordinaria. Los médicos nos dicen que este tipo de nacimiento ni beneficia ni perjudica. Ahora bien, desde la antigüedad se ha pensado que estos pequeños llegaban “más protegidos” que el resto, y que por tanto, podían desarrollar unas capacidades fuera de lo normal.
- Dice la tradición que los bebés enmantillados se convierten en “saludadores”. Es decir, en personas que pueden curar. Ahora bien, esta capacidad se perdería si los padres o el propio niño revelan a otros que su nacimiento fue “velado”.
- También se dice que estos pequeños disponen de varias “gracias”, que sus vidas serán afortunadas y que estará en su naturaleza hacer el bien.
Como vemos, son creencias dotadas de cierta magia y belleza que dan aún más misterio a estos bebés enmantillados que nos demuestran una vez más, lo hermoso que puede ser un parto.
Bibliografía
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- Irreño, M. K. G. Q. (2018). Parto velado. Revista Científica, 16(2). Disponible en: http://200.7.173.107/index.php/Scientifica/article/view/65
- El increíble video del “bebé enmantillado”, que nació dentro de su bolsa amniótica. Clarin.com [Internet, consultado dic 2021] Disponible en: https://www.clarin.com/viste/increible-video-bebe-enmantillado-nacio-dentro-bolsa-amniotica_0_OFt3UCOYZ.html