El autoconocimiento y autoaceptación en la adolescencia pueden marcar la diferencia entre un joven con bases estables y una salud mental equilibrada y otro confundido, inestable y maleable. ¿En qué consisten estos conceptos?
Todo padre de un hijo adolescente sin duda se cuestionará cada día cómo cultivar en él los valores y la educación correcta para que pueda descubrir su propio ser y amarse incondicionalmente, dejando de lado las distracciones y la intención de encajar en una sociedad cada vez más vacía y artificial.
Y es que el concepto que tienen los adolescentes de sí mismos muchas veces se ve afectado por las comparaciones del ‘deber ser’ según la sociedad, sus padres o su religión; el ‘deber ser’ según sus amigos y el ‘deber ser’ según lo indican las figuras mediáticas a los que suelen seguir en redes sociales.
Esto va a conducir, sin duda alguna, a que el joven empiece a anular su identidad para querer convertirse en otra persona por el simple hecho de querer ser aceptado. Así, en casos extremos, pueden surgir trastornos graves de personalidad.
Sabemos que este tema es bastante delicado y complejo, pero intentaremos hacer un pequeño acercamiento para que manejes algunas herramientas sencillas que te sirvan para fomentar en tu hijo su amor propio.
Autoconocimiento y autoaceptación en la adolescencia
Autoconocimiento y autoaceptación son conceptos que están íntimamente relacionados con la autoestima. Podemos definirlos como el conocimiento profundo de nuestros aspectos físicos, carácter y realidad; además, ambos implican aceptarlos con respeto, agradecimiento y amor.
El autoconocimiento en un individuo comienza a darse en edades tempranas, cuando entiende que sus rasgos físicos y su comportamiento pueden diferir con los de sus familiares o compañeros de clase, y logra identificar grosso modo cómo es su carácter y qué cosas físicas y de actitud lo pueden definir.
Además, esto va de la mano con todo tipo de información que reciben a diario de parte de su entorno directo. Esto llega principalmente de sus padres y compañeros de clases y tienen que ver con si es lindo o feo, bueno o malo, muy alto o muy bajo, entre muchos otros adjetivos más.
Todas estas cualidades van calando en la mente del adolescente y se va formando en él una idea de quién es según los ojos de los demás.
Este aspecto es tan importante que, si tu hijo adolescente llegara a sentir que dista radicalmente de los arquetipos de belleza de moda o del canon de conducta establecido por su generación, podría sentir un rechazo a sí mismo que le hará perder su autoestima y autoaceptación.
¿De qué manera se puede ayudar al adolescente?
Para los adultos, puede ser bastante difícil entender las diferencias generacionales entre padres e hijos. Tal vez lo que para él es una confusión pasajera con respecto a la identidad en su hijo, puede estar escondiendo en el fondo un grave problema de autoconocimiento y autoaceptación.
En ese sentido, la pregunta es de qué manera se puede ayudar al adolescente a reforzar su autoestima y autoaceptación para que su paz mental no se perturbe por las dificultades diarias de la vida en sociedad. La solución a este cuestionamiento puede estar en las palabras de afirmación; cuando un joven se siente lleno de amor no puede haber en su mente espacio para las dudas sobre su identidad y su valor.
“Si un adolescente llegara a sentir que su imagen dista radicalmente de los arquetipos de belleza de moda o del canon de conducta establecido, podría sentir un rechazo a sí mismo que le hará perder su autoestima”
Palabras de afirmación
Las palabras de afirmación fungen como un estímulo constante para que el adolescente entienda cuán buenas son las diferencias y que se acepte a sí mismo con orgullo.
Nunca es suficiente decirle “Eres hermoso tal cual eres”; “No es malo pensar diferente, no te compares con nadie”; “Las modas estéticas son pasajeras, no intentes imitar a nadie”; “Lo que no te guste de tu personalidad puedes cambiarlo”; o “Hay un amor especial para cada uno de nosotros”.
Debes tener siempre en mente que las palabras que les dirigimos a nuestros hijos quedan grabadas muy profundamente en sus mentes. Nunca se debe escatimar en reforzar lo importante que resultará en su vida adulta el amarse a sí mismo, el saber que se es único y especial sin tener que parecerse a nadie.
En último lugar, puede resultar muy positivo que evalúes con bastante frecuencia el estado de ánimo y el autoestima de tu hijo. Si sientes que está pasando por una depresión, un trastorno de personalidad o que se anula a sí mismo con desprecio, llévalo de inmediato para que sea evaluado por un psicólogo u otro profesional.
Bibliografía
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