Así afecta la crítica excesiva a los niños

En ocasiones es necesario corregir la conducta de los niños. Pero la crítica excesiva puede ser muy dañina. Descubre por qué deberías optar por otros métodos educativos.
Así afecta la crítica excesiva a los niños
Elena Sanz Martín

Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Última actualización: 20 diciembre, 2022

Por naturaleza, los niños son impulsivos, espontáneos y centrados en sí mismos. Gritar, interrumpir conversaciones o resistirse a aquello que no desean son actos frecuentes y esperables en los más pequeños, ya que sus funciones cognitivas aún no están totalmente desarrolladas.

La tarea de los padres es guiar y redirigir esa conducta y ayudar a los menores a gestionar su comportamiento. Sin embargo, si supiéramos cómo afecta la crítica excesiva a los niños, optaríamos, sin dudarlo, por otro tipo de alternativas.

Los padres excesivamente críticos no emiten estos juicios hacia sus hijos con mala intención. Todos los progenitores desean que sus niños sean felices y exitosos y, en este intento, se recurre a la crítica, con el fin de hacer ver al pequeño que su comportamiento no está siendo el adecuado. No obstante, no resulta positivo abusar de este recurso, ya que no solo no logrará el objetivo, sino que, además, puede causar daños en los infantes. Te explicamos por qué.

¿Cómo afecta la crítica excesiva a los niños?

Madre siendo excesivamente crítica con su hija.

Baja autoestima

La autoestima infantil se construye, en parte, gracias a los mensajes que reciben de las principales figuras de referencia. Los niños necesitan el reconocimiento y la aprobación de sus padres para desarrollar confianza en sí mismos y establecer una autoimagen positiva.

La crítica excesiva puede llevarles a considerarse inferiores y poco válidos. Además, todas esas palabras que escuchan con frecuencia terminarán convirtiéndose en su propio diálogo interno y acompañándoles durante toda la vida.

Perfeccionismo

Aunque pueda parecer lo contrario, el perfeccionismo es una característica que puede generar sufrimiento en los niños y limitarles a la hora de potenciar sus capacidades.

Cuando los padres son excesivamente críticos con el menor, este termina desarrollando un miedo a fallar y a cometer errores que deriva en un temor a intentar cualquier actividad nueva que no domine. Así, en lugar de explorar sus habilidades y mejorarlas, queda paralizado por la presión y el miedo al fracaso.

Baja calidad del vínculo padre-hijo

Los progenitores también pueden sufrir las consecuencias de enviar excesivos mensajes negativos a sus hijos. Y es que, pese a que su intención sea corregirlos, guiarlos y ayudarles a ser mejores, únicamente terminan logrando que los chicos perciban rechazo y juicio de su parte. Y, por lo mismo, es normal que terminen surgiendo sentimientos de hostilidad hacia los padres.

Bloqueo del procesamiento emocional

Más allá del plano emocional, el modo en que afecta la crítica excesiva a los niños puede percibirse en su desarrollo cerebral. Algunas investigaciones han encontrado que los infantes que están expuestos a críticas constantes tienen problemas con el procesamiento emocional. Es decir, son menos capaces de percibir, identificar o prestar atención a las expresiones emocionales de otras personas. Parece que aprenden a “desconectar” emocionalmente, con el fin de protegerse de los numerosos mensajes negativos que reciben.

¿Cómo evitar la crítica excesiva a los niños?

Criticar a los niños en exceso es contraproducente y perjudicial en todos los sentidos. Sin embargo, esto no implica que no haya que ayudarles a identificar qué comportamientos son deseables y cuáles inaceptables. Pero, para hacerlo de un modo adecuado, pueden tomarse algunas de las siguientes medidas:

Niña triste porque le afecta la crítica excesiva de su padre.
  • Señalar la conducta y no a la persona. Es importante recalcar que lo inadecuado es un comportamiento concreto y no el niño en sí mismo. Así, es preferible afirmar “no está bien tirar los juguetes al suelo” que decir “eres un bruto y un desordenado”.
  • Aportar soluciones. La crítica constructiva se caracteriza por centrarse en proporcionar información acerca de cómo mejorar y no limitarse únicamente a señalar los fallos o defectos. Procura que tus mensajes sean útiles y edificantes.
  • Reforzar lo positivo. A veces damos por sentado el buen comportamiento de los niños o sus cualidades y virtudes. Sin embargo, es necesario reconocerlas y expresar verbalmente lo orgullosos que nos hacen sentir o lo valiosos, inteligentes y divertidos que son.
  • Permitir al niño que se exprese y escuchar su punto de vista. Antes de criticar a tu hijo, asegúrate de que conoces toda la información y no te precipites a culparlo. Permítele contarte su versión acerca de lo ocurrido.

La relación que tus hijos establecen contigo determinará gran parte de su personalidad, su visión del mundo y de sí mismos. Por ello, procura que ese vínculo esté basado en el respeto, el amor y la comunicación. Y, por lo mismo, si necesitas corregir su comportamiento, trata de no abusar de las críticas.


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