La alimentación del niño de 1 a 3 años

Te vamos a mostrar algunas claves de la alimentación para que implementes hoy mismo con tus niños de 1 a 3 años. Así, conseguirás mejorar su estado de salud. ¡No te lo pierdas!
La alimentación del niño de 1 a 3 años
Saúl Sánchez Arias

Revisado y aprobado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 19 diciembre, 2022

La alimentación del niño de 1 a 3 años puede marcar la diferencia en cuanto al crecimiento y al estado de salud. Por eso, es necesario plantear una dieta variada, completa y ligeramente hipercalórica. También, habrá que limitar la presencia de los ultraprocesados industriales, ya que no gozan de la misma densidad nutricional que los frescos y contienen aditivos de todo tipo.

Antes de comenzar hay que destacar que los efectos de mantener una dieta inadecuada no suelen ser inmediatos, sino que se manifiestan con el paso del tiempo. Por este motivo, conviene cuidar la pauta desde las primeras etapas de la vida, con el objetivo de prevenir el desarrollo de patologías complejas que puedan condicionar el bienestar del pequeño a futuro.

Toma nota de las recomendaciones alimentarias que te brindamos a continuación.

Pautas de alimentación saludable en el niño de 1 a 3 años

Una de las primeras cosas que hay que tener en cuenta a la hora de pensar la dieta de los más pequeños es plantear un buen desayuno e inculcarles a los hijos la importancia de mantener el hábito. Los protocolos de ayuno intermitente no suelen apropiados para este momento de la vida, pues el interés no está en restringir calorías. Ahora bien, habrá que huir de las típicas galletas o de los cereales azucarados a primera hora del día, porque también traen sus perjuicios.

Un desayuno saludable es aquel que aporta alimentos de calidad, que ofrecen los nutrientes esenciales para el organismo. Los lácteos siempre son productos recomendados, salvo alergias o intolerancias graves. También, el cacao, pero idealmente aquel que no tiene azúcares añadidos.

Los revueltos con huevo son alternativas muy beneficiosas, pues aportan proteínas de alto valor biológico. Hay que destacar que durante las primeras etapas de la vida los requerimientos proteicos están aumentados, según indica un estudio publicado en Annals of Nutrition & Metabolism. Por este motivo, es necesario aportar al menos 1.5 gramos de proteína por cada kilo de peso al día, para no interferir en el crecimiento corporal de los infantes.

Un punto no menor es cuidado con ciertos productos que puedan ser difíciles de masticar o que sean susceptibles de producir atragantamientos, como los frutos secos. Si bien estos comestibles son muy saludables, pueden incorporarse a la pauta siempre y cuando la presentación sea la apropiada para la edad, Por ejemplo, en los pequeños, lo mejor es ofrecerlos molidos o como harinas, para evitar riesgos y no prescindir de sus nutrientes.

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El momento del desayuno debe ser respetado por toda la familia, a fin de inculcarles a los pequeños un hábito saludable desde el ejemplo y la imitación. Además, los beneficios de incorporarlo se reflejarán en la salud de todos.

Hay que evitar los azúcares simples

El contenido en hidratos de carbono simples de la dieta de muchas personas que residen en los países occidentales es una de las quimeras de la nutrición actual. Existen varias evidencias que sugieren que estos elementos incrementan el riesgo de sufrir patologías metabólicas, como es la diabetes de tipo 2. Por ende, conviene evitar la presencia de azúcares simples en la pauta de los pequeños en la medida de lo posible.

Ahora bien, esto no quiere decir que haya que plantear una alimentación restrictiva en carbohidratos, más bien todo lo contrario. Lo que se recomienda es ofrecer aquellos que son de buena calidad, como los de cadena larga. Estos nutrientes consiguen aportar energía de manera sostenida en el tiempo, sin impactar negativamente sobre los niveles de glucosa en sangre. Además, suelen estar acompañados de fibra, una sustancia muy beneficiosa para la salud digestiva.

Con el objetivo de reducir el consumo de azúcares simples es necesario limitar la presencia de los ultraprocesados en la dieta de los chicos. Tanto los dulces, como los alimentos precocinados o los refrescos, son comestibles de muy baja calidad y casi no aportan nutrientes esenciales. Es decir, aportan calorías “vacías”.

La importancia de fomentar buenos hábitos

Alcanzar una alimentación saludable no se trata solamente de cuidar los productos que se consumen, sino también inculcar buenos hábitos. Por ejemplo, es clave comer en familia, en un entorno tranquilo y sin pantallas. Esto favorece al desarrollo de un vínculo sano con la comida y a respetar el momento de la ingesta.

Además, hay que promover las buenas conductas de tipo higiénico, como lavarse las manos antes de comer y los dientes una vez finalizada la ingesta.

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La nutrición es mucho más que la alimentación y las costumbres que se les inculcan a los hijos durante la infancia permanecerán con ellos durante toda la vida.

Es fundamental optimizar la dieta durante los primeros años de vida

Como has visto, plantear la alimentación en el niño de 1 a 3 años no resulta complicado. Solamente hay que tener claros una serie de principios y pilares básicos, como los que te hemos comentado. A partir de aquí, también es preciso dejar un espacio para que los más pequeños experimenten con la comida y se acostumbren a las características organolépticas de los alimentos.

Por último, no olvides que vale complementar una dieta adecuada con otros buenos hábitos de salud, como la práctica regular de actividad física y el buen descanso. Pues dormir bien cada noche es fundamental para asegurar el adecuado crecimiento de los niños.


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