Carbohidratos y azúcar en la alimentación de los niños

El azúcar es culpable del incremento de la incidencia de la obesidad infantil. Ahora bien, no todos los carbohidratos son iguales. Te explicamos qué papel han de representar en la dieta de los niños.
Carbohidratos y azúcar en la alimentación de los niños
Saúl Sánchez Arias

Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.

Última actualización: 31 mayo, 2021

El manejo de los carbohidratos y el azúcar en la dieta de los niños puede determinar la salubridad de la misma. Es óptimo incluir las cantidades necesarias para garantizar un estado de energía, pero un exceso podría resultar contraproducente a medio plazo.

Cuando hablamos de carbohidratos siempre es preciso recalcar la necesidad de que estos sean de tipo complejo. El impacto sobre las glucemias es mucho menor, lo que provoca que el páncreas sufra una menor demanda de trabajo, favoreciendo, de este modo, su función.

Las necesidades de carbohidratos en la dieta de los niños

Los expertos concuerdan en que los carbohidratos son necesarios en la dieta de los niños. Durante la infancia los niveles de actividad son altos y no se deberían de restringir estos nutrientes, ya que se podría impactar de forma negativa sobre el crecimiento.

Niña comiéndose un plato de pasta, uno de los alimentos que parecen saludables, pero no lo son.

Ahora bien, en cierto modo hay que evitar la ingesta de azúcar añadido. Este ingrediente es capaz de incrementar el riesgo de desarrollar obesidad y diabetes tipo 2. Es especialmente peligroso cuando se administra por medio de bebidas y de refrescos, según un estudio publicado en la revista Current Diabetes Reports .

Tanto la fructosa como la glucosa administrada en grandes cantidades podría perjudicar el funcionamiento del hígado a medio plazo. Hay que tener en cuenta que los órganos de los niños están en desarrollo, por lo que una sobredemanda de los mismos podría generar un resultado negativo.

¿Cómo incluir carbohidratos y azúcar en la dieta de los niños?

Para introducir carbohidratos y azúcar de forma óptima en la dieta de los niños es importante asegurar el consumo de vegetales, de frutas, de granos enteros, de legumbres y de tubérculos. A pesar de que muchos alimentos de origen vegetal cuentan con fructosa, la presencia de fibra en estos alimentos modula la velocidad de absorción de la misma. Por ello, no se considera nociva en este contexto.

Asimismo, la fibra también encontrada en las legumbres, cereales y tubérculos contribuirá a evitar los episodios de estreñimiento. Así lo evidencia una investigación publicada en la revista Alimentary Pharmacology & Therapeutics, en la que se asocia el consumo de fibra con un mejor tránsito intestinal.

Ahora bien, en cuanto a las legumbres, es óptimo garantizar una cocción lenta y extensa en el tiempo. Solo así se consigue una buena digestión de las mismas. De lo contrario, podrían incrementar la formación de gas a nivel intestinal, lo que puede generar molestias abdominales en el niño.

¿Qué alimentos con carbohidratos y azúcar restringir?

Como norma general, en la dieta del niño han de evitarse los ultraprocesados industriales y los refrescos. Tanto los precocinados como los comestibles de bollería cuentan con grandes cantidades de azúcar añadido, lo que resulta nocivo para el organismo. Aun haciendo actividad física de forma posterior, será mejor siempre consumir alimentos frescos.

Chica adolescente bebiendo un refresco con muchos carbohidratos y azúcar.

Las gominolas y los refrescos también son especialmente perjudiciales. No contienen nutrientes beneficiosos y concentran carbohidratos simples y otros aditivos que podrían dificultar la función de muchos órganos del cuerpo humano. Su ingesta regular incrementa el riesgo de desarrollar patologías metabólicas, alterando la composición corporal.

Es fundamental concienciar acerca del impacto que la inclusión de estos productos en la dieta infantil ha tenido sobre la incidencia de la obesidad en los últimos años. Para revertir esta tendencia es necesario apostar por una alimentación de calidad basada en alimentos frescos y en carbohidratos complejos, dejando a un lado la comida rápida.

También es fundamental promocionar la actividad física desde las primeras etapas de la vida. Solo de este modo se podrá estimular la eficiencia en el metabolismo de los azúcares a nivel hepático, así como un correcto control de las glucemias. Si ambos parámetros se descontrolan, la salud se ve mermada.

Plantear una alimentación saludable es determinante

Según hemos comentado, es posible incluir los carbohidratos en la dieta de los niños, pero procurando siempre que estos sean de tipo complejo. A la hora de consumir azúcar, se recomienda limitar la ingesta de ultraprocesados y plantear un aporte de vegetales variado y regular.

La fructosa de estos comestibles no resultará dañina por la presencia de fibra. Además, estos alimentos cuentan con antioxidantes y fitonutrientes capaces de modular los procesos de inflamación y de oxidación, lo que a medio plazo se traduce en un mejor estado de salud.


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