El embarazo supone una auténtica transformación a todo nivel. Generalmente, los cambios más visibles son aquellas modificaciones en la silueta, las cuales suelen preocupar a las mujeres. Sin embargo, los órganos de los sentidos también se alteran, sobre todo durante los primeros meses.
Si es tu primer embarazo, puede que algunos de estos cambios te asusten y te lleven a preguntarte si son normales y cuándo acabarán. Entonces, contar con información es la mejor forma de mantener la calma y disfrutar del embarazo de principio a fin. Y en este artículo, te contamos todo lo que necesitas saber.
Los sentidos en el embarazo
La vista, el tacto, el olfato, la audición y el gusto son nuestros “5 poderes” para recibir la información del mundo que nos rodea. A través de estos sentidos, identificamos oportunidades y peligros del entorno y tomamos decisiones sobre nuestros actos.
Durante el embarazo, los cambios en los niveles hormonales afectan a estas percepciones y se pruducen algunos de los síntomas más típicos y comunes entre las gestantes.
A continuación, te mostramos las alteraciones más relevantes, sentido por sentido.
Olfato
Se trata de uno de los sentidos que más se altera durante el embarazo y como esto se manifiesta tempranamente, suele alertar a las mujeres acerca de la posibilidad de encontrarse en estado.
La principal característica olfativa de las embarazadas es la hiperosmia, una exacerbación en el sentido del olfato, que hace que todos los olores se perciban de forma mucho más clara e intensa.
Este fenómeno ocurre debido al aumento de estrógenos y progesterona propio del inicio de la gestación y también, por la mayor irrigación sanguínea que reciben las membranas nasales.
La hiperosmia no solo hace que los olores desagradables resulten más molestos de lo habitual, sino que también produce cierta aversión a los aromas frecuentes y agradables, como el del perfume preferido.
A raíz de esto, se provoca otro síntoma típico del embarazo: las náuseas. Y es que, en cierto modo, esta hiperosmia es un mecanismo de defensa del cuerpo de la madre, para proteger al bebé ante sustancias potencialmente tóxicas o dañinas.
Paradójicamente, algunas mujeres experimentan justo el fenómeno contrario: la anosmia o pérdida del olfato. Esto sucede por una gran congestión de las mucosas nasales. Es mucho menos común, pero lleva también a una disminución en el sentido del gusto.
Gusto
¿Has detectado que desde que estás embarazada la comida te sabe diferente? ¿Se te antojan alimentos que nunca consumías y rechazas aquellos que hacían parte habitual de tu dieta? ¡Tranquila! Es algo totalmente natural y responde a a tres procesos de la gestación:
- La disminución en la secreción de ácido clorhídrico del estómago (sustancia que favorece la digestión): genera un sabor metálico en la boca, que altera la percepción de los sabores. Curiosamente, para compensar este déficit, el cuerpo “pide” consumir productos ácidos como el limón o los encurtidos.
- El aumento de los niveles de gonadotrofina coriónica: esto también modifica los sabores y da pie a la aparición de antojos.
- El descenso en los niveles de azúcar en sangre: como respuesta a este fenómeno, es normal que aumente la apetencia por los alimentos dulces, incluso en aquellas mujeres que no acostumbran a tomarlos.
Tacto
Las alteraciones táctiles también son frecuentes en el embarazo. Muchas mujeres experimentan sensibilidad o dolor en las mamas durante los primeros meses, debido a la acción de los estrógenos y la progesterona. Pero también es común que se sienta picor o escozor en el resto del cuerpo, así como más calor y sudoración.
Estos cambios son producto del aumento del flujo de sangre hacia la piel que ocurre durante el embarazo. Para evitar estos síntomas, es conveniente utilizar ropa suelta, hecha con tejidos naturales y cuidar la hidratación y la higiene cutánea a diario.
Oído
Aunque estos cambios no sean muy intensos, son muy comunes entre las embarazadas. El aumento en la percepción del sonido puede exacerbar la fatiga y el malestar y causar intranquilidad. Por este motivo, es preferible evitar los ruidos fuertes y estridentes, ya que pueden perturbar al feto y aumentar su ritmo cardiaco.
Vista
A diferencia de los anteriores sentidos, la vista no se ve aumentada por el embarazo, sino que suele disminuir o empeorar. Específicamente, por acción de las hormonas relaxina y progesterona, las cuales favorecen a la retención de líquidos adentro del ojo. Esto afecta a la córnea y al cristalino y genera una disminución de la nitidez y la agudeza visual.
Las variaciones en la vista suelen ser transitorias y desaparecer progresivamente tras el parto. No obstante, es conveniente consultar al oftalmólogo para evitar posibles complicaciones.
Acerca de los cambios sensoriales en el embarazo
Como ves, tus sentidos pueden alterarse notablemente durante la gestación y es posible que algunos de estos cambios te acompañen hasta el nacimiento del bebé.
Ahora que sabes qué esperar, puedes disfrutar con más calma el embarazo. Aún así, no dudes en consultar con tu médico si alguno de tus síntomas te despierta preocupación.
Bibliografía
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