Todas las madres hacen su mejor esfuerzo por ser una buena madre y hasta tratan de ser cool, no obstante, algunas no logran tener mucho éxito en esta labor y posiblemente sea por llevar el papel de una manera forzada. Todo está en la actitud, la manera en la que afrontas el día a día.
9 consejos para ser una mejor mamá
Deja de culparte por no poder lograrlo todo
Ese concepto de la madre todopoderosa, que todo lo logra y alcanza, simplemente está errado. Sabes que una mamá así no existe, entonces ¿por qué pretendes serlo? Si hay una manera de ser una mejor madre, no es culpándote. Al contrario, sigue intentando hacer las cosas lo mejor posible, pero sin exigirte más de lo que sabes que puedes dar. No te laceres si fallas en algo.
No seas tan rígida y estricta
Ser muy estrictos en todo te puede llegar a generar mucho estrés. Es bueno establecer rutinas y horarios, pero hay que dejar algún margen para el error y jugar un poco con él para que los horarios no se conviertan en algo que te ate y agobie si no puedes cumplirlos.
Por ejemplo, está muy bien inculcar una dieta muy sana a tus hijos, pero darse caprichos de vez en cuando también está bien. Si eres estricta en todo, corres el riesgo de que ellos acaben siendo así también.
Al igual con sus estudios, no seas rígida
Querer que tus hijos sean siempre los mejores, que tengan las mejores notas, que sepan tocar instrumentos y hacer mil deportes, también resulta bastante estresante. Si tu hijo es bueno en matemáticas pero no tan bueno en inglés, tiene que hacerte entender que es posible que en una actividad saque un 10 pero en la otra un 5 o 6.
Esforzarse es bueno, pero también lo es conocer los límites y capacidades de tu hijo. A todos se nos dan mejor algunas actividades más que otras; por eso es positivo saber qué es lo que mejor se les da para sacar lo mejor de ellos mismos, que estén motivados y encauzar hacia allí su futuro.
Deja de aparentar y de vivir atento a lo que piensan los demás
¿Has sentido lo estresante de estar fingiendo todo el tiempo? Está bien escuchar consejos, pero tú siempre tienes la última palabra. No bases tus decisiones en el “qué dirán” los demás. Nadie es perfecto y tus hijos tampoco lo son, así que no hay necesidad de vivir ningún drama.
No te compares con los demás
Es común ver a padres preocupados porque su hijo y el del vecino tienen la misma edad y resulta que el vecinito hace esto, lo otro y lo de más allá y su hijo no. Y no solo aplica a niños sino a compararse todo lo demás, como con la madre de al lado que va siempre genial y puede con 5 hijos, el hogar, su trabajo y aparte le da tiempo de hacer tortas caseras sin bajarse de los tacones.
Todos actuamos y vivimos nuestras vida de manera distinta, con sus ritmos y altibajos. No es bueno compararse ni vivir deseando tener la vida de el de al lado, vive siempre aquí y ahora.
No renuncies a ti misma
Cuando tienes un hijo la sociedad te reconoce como padre o madre, pero tú como persona sigues siendo tú: Una persona única, con tus gustos, aficiones e intereses. No hay necesidad de renunciar a todo lo que eras antes, no tiene sentido.
Ayuda mucho disfrutar de una hora de entrenamiento para distraerte y estar saludable para luego pasar una tarde estupenda con tus niños. Puede ser cualquier afición, desde pasear hasta ir a la peluquería, leer un buen libro, ir a clase de yoga, todo ayuda.
Siempre puedes apartar tiempo y hacer sacrificios como madrugar, te harán tener más horas para administrar y para recordarte que tú también existes.
No descuides la relación de pareja. Es un error tremendo no reservar momentos para los dos. El día a día del trabajo, después atender la casa, los niños y los deberes dejan poquito tiempo para hablar, para mirarse a los ojos, para quererse un poco. Por lo menos deben tener una cita al mes.
No cedas en todo
Los niños son como una esponja, lo que aprenden desde pequeños luego es difícil de corregir. Si tus hijos no te piden las cosas sino que te las exigen, ten mucho cuidado. Hay que poner límites y saber decir que no a determinadas cosas.
Es saludable que aprendan a pedir las cosas “por favor”, a dar las gracias después y, por supuesto, que entiendan y asuman que a veces no se puede tener todo lo que el capricho indica.
Dedícales tiempo de calidad
Aleja distracciones como el teléfono o la tele y busca tiempo para leer un cuento, para hacer un puzzle, para jugar o para cenar de forma tranquila y hablar qué tal ha ido el día, qué han hecho cada uno.