Durante nuestras vidas, todos hemos buscado respuestas a preguntas profundas. Muchos las han hallado en la filosofía, la meditación, el yoga o la religión; e indistintamente de los caminos que tu decidiste tomar, hoy sabes que has ido adoptando ciertas maneras de asumir la vida, las cuales te han ayudado a sentirte más a gusto contigo mismo.
Y aunque ciertamente tu peregrinaje ha sido largo, el de tu hijo no tiene por qué ser igual. Tú estás aquí para ayudarlo, para decirle, las veces que sea necesario, que todo es posible si crees en él; la cual es una de las 7 frases que fortalecen el espíritu de tu hijo.
De alguna manera u otra, todos nos hemos preguntado por qué estamos aquí, a partir de qué se creó la vida, qué vine a hacer en el mundo… Y muchas veces dimos varios tumbos antes de encontrar respuestas.
A estas alturas, tú sabes que hay muchas teorías sobre la creación del mundo, y algunas de ellas te convencen más que otras; pero dejando de lado un poco las teorías, la verdad es que muy pocas personas saben responderle a un niño preguntas como: ¿cuál es mi talento? o ¿qué es el espíritu?
A veces como padres no sabemos muy bien qué responderle a un niño pequeño cuando hace este tipo de preguntas, cuyas respuestas nos resultan demasiado complejas, o abstractas. También es posible que te hayas quedado pasmado cuándo te preguntó ¿a dónde vamos después de que morimos?
Quizás el tartamudeo te llevó a recordar que, probablemente, tú empezaste a cuestionarte el sentido de tu vida, en la adolescencia y, es probable que lo hayas encontrado bastante entrada tu etapa de adultez, quizás es en el rol de madre cuando más sentido le has encontrado a la vida.
Tal vez has pensado lo diferente que habría sido tu vida si no hubieses perdido esa conexión que sentías contigo mismo cuando eras niño, si entonces hubieras alimentado tu espíritu o si tus padres te hubieran guiado mejor respecto a este tema, pero ¿cómo podían hacerlo si no sabían qué hacer?… No es su culpa ni la tuya.
Y aunque esa historia es parte del pasado, siempre hay esperanzas. La vida de tu hijo puede ser diferente, sobre todo si le sirves de guía con la luz de tu ejemplo, con la claridad de la sabiduría que has alcanzado y que puedes seguir nutriendo con actos tan sencillos como la lectura de un libro, por ejemplo.
En Internet hay textos de descarga gratuita, cuya lectura te sirven de guía para tratar con tu hijo temas tan abstractos como: De dónde surge la bondad, qué es la generosidad, o la existencia de ese algo que muchos llaman alma… Uno de esos libros puede ser el titulado Las siete leyes espirituales para padres, de donde surgió la inspiración para este artículo.
He aquí las siete frases o leyes que fortalecen el espíritu de tu hijo:
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Todo es posible:
Con esta frase les decimos a nuestros hijos que, independientemente de lo que pase, no hay nada en este mundo que tenga el poder de limitarnos, salvo nosotros mismos. Nunca olvides que cuando se sienta desilusionado, puedes decirle: Todo es posible, hijo. ¡Todo es posible si crees en ti!
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Si deseas obtener algo, da lo mismo:
Es importante aprender desde niños que “dar es el secreto de la abundancia”. No hay misterio alguno en esto; siempre ha sido cierto que para obtener amor primero es preciso darlo, por ejemplo. Pon todo tu empeño en decirle y demostrarle a tu hijo que si deseamos algo debemos darlo primero y que ese consejo aplica tanto para los sentimientos como el respeto como para las cosas materiales.
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Cuando haces una elección, cambias el futuro:
Cuando optamos por acciones que les producen alegría y éxito a los demás, el fruto que llega a nuestra vida también es alegría y éxito. Todo el tiempo tenemos que elegir, aun siendo niños. Entonces, imagina que tu hijo siempre elija con conciencia, sabiendo que si, por ejemplo, hace caso voluntariamente no solo hará felices a sus padres sino que estará cuidando de sí mismo.
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No te resistas, sigue la corriente:
Esta frase no tiene nada que ver con ser conformista o uno más del motón. Se refiere a que debemos disfrutar con cada tarea que emprendamos en nuestra vida. Por ejemplo, el trabajo debe sentirse como un juego, no como un castigo, pero para experimentar ese sentimiento es preciso que encontremos diversión en cada actividad.
Como padres, podemos convertir una tarea en juego la mayor parte del tiempo, si eliminamos las presiones que hacen imposible la diversión. Dichas presiones son las advertencias, las amenazas, los plazos, el recurso de la culpa y ofrecer dinero u otros premios por el trabajo realizado.
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Cada vez que deseas o esperas algo, siembras una semilla:
Al expresarnos con esta frase les decimos a nuestros hijos que lo que anhelamos determina lo que obtenemos, sobre todo si el deseo viene del corazón. Por eso es importante enseñarles a elegir con cuidado aquello en lo que ponemos nuestro empeño, porque sin duda alguna lo obtendremos.
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Disfruta el viaje:
Para interiorizar que todo en la vida es un experimento, requiere de mucha madurez espiritual. La idea es que tu hijo aprenda a disfrutar del viaje de la vida sin ansiedad, para ello es crucial que aprenda que cuestiones como que independientemente de todo lo que ya sabemos lo divertido de la vida es descubrir cuánto nos falta por aprender, y que en este viaje de la vida no hay fracasos, sino que más bien se trata de tener experiencias, de experimentar. Es importante que tu hijo tome como filosofía de vida que cuantos más experimentos realicemos, mejor.
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Estás aquí por una razón:
Desde niños debemos aprender que estamos aquí por una razón, y esa razón puede ser hacer sonreír a la abuela, regar una planta, cuidar de tu hermano. En realidad, nuestros hijos deben aprender desde niños que lo importante no es la tarea en sí sino la actitud con la que la experimentamos, pues cuando vivimos con alegría, a cada segundo, sin importar lo que hagamos, encontraremos razones para darle sentido a nuestra existencia.