Nuestras mentes asocian la palabra contracción con el proceso de parto. Básicamente, la idea que se suele tener sobre las contracciones es muy generalizada; no obstante, es bueno saber que existen varios tipos de contracciones.
Sí. Existen diferentes tipos de contracciones y estas acompañan a la madre durante el embarazo. Todas involucran al mismo músculo: el útero, el cual cuenta con la cantidad de fuerza suficiente para expulsar al bebé desde tus entrañas.
Su trabajo comienza mucho antes de la labor de parto, pues dada la importancia de su rol se debe ir ejercitando durante los 9 meses de embarazo.
Conoce los diferentes tipos de contracciones
El objetivo de las contracciones es facilitar la circulación de sangre por la placenta y el útero, al mismo tiempo que mantenerlo en forma. Pero, ¿por qué ocurre todo esto? Porque el útero , entre otras funciones, ayuda a ubicar al bebé en el canal adecuado para salir del vientre de su madre.
Así pues, te reiteramos que desde el comienzo del embarazo las mujeres experimentan diferentes tipos de contracciones. Estas son identificadas mediante diferentes nombres:
1.- Contracciones de A:
Las primeras contracciones se presentan en la etapa inicial hasta la semana 28. A estas contracciones se las conoce como contracciones de A o de Álvarez. Sus características principales son su baja intensidad y su poca frecuencia, tanto así que suelen pasar desapercibidas por la madre.
2.- Contracciones focales:
Ocurren generalmente como reacción a un movimiento del bebé. Son contracciones de muy poca intensidad, y según explica en un artículo el especialista Mario Romero, se deben al estímulo de solo un sector del útero.
3.- Contracciones generalizadas:
Son muy parecidas a las focales; no obstante, estas se diferencian porque a pesar de que comienzan en un punto específico, luego se extienden al resto del útero.
Se pueden producir por movimientos del bebé o por esfuerzos físicos. También por los cambios de posición de la embarazada o como señal de que la vejiga está llena.
“Se llama contracción al endurecimiento del abdomen como consecuencia de la actividad del músculo uterino”
– Mario Romeo, especialista del Sanatorio Modelo de Caseros-
4.- Contracciones de Braxton Kicks:
Este tipo de contracción se diferencia del resto porque el vientre se aprieta, solo que no hay dolor. Su duración se prolonga entre 30 y 60 segundos.
Además, su frecuencia tiene un promedio de 1 hora y va en aumento a medida que el embarazo se desarrolla. Algunas madres han llegado a sentir estas contracciones a partir de la semana 13 del embarazo.
Usualmente, estas contracciones aparecen cuando se alcanza la segunda mitad del embarazo.
5.- Contracciones preparto:
Tienen un poco más de intensidad que las de Braxton Hicks. Aparecen en las 2 últimas semanas de embarazo y, como su nombre lo indica, anuncian que el trabajo de parto comenzará pronto.
Estas contracciones cumplen con la función de preparar al cuello del útero para la labor de parto. Su frecuencia es bastante regular.
6.- Contracciones de parto:
Estas contracciones sí son las definitivas y previas al momento del parto. Su presencia es muy regular, constante y enérgica. Se manifiestan en periodos de 3 a 5 contracciones por cada 10 minutos. A medida que va avanzando la labor de parto, su duración irá en aumento. Se prologan aproximadamente entre los 60 y 90 segundos.
El dolor y la intensidad que producen estas contracciones también se incrementa a medida que se acerca el momento de expulsar al bebé.
Quienes ya han pasado por la labor de parto expresan que, aunque son intensas, también son satisfactorias, pues el esfuerzo de soportarlas trae la mayor de las recompensas: ver por primera vez a tu hijo.
Consejos para reducir el número de contracciones
Te recomendamos que evites los siguientes factores con el fin de minimizar la frecuencia de los diferentes tipos de contracciones:
- Emociones negativas: las fuertes discusiones, las situaciones de estrés por el trabajo, la casa o la enfermedad de algún familiar cercano se traducen en emociones que resultan difíciles de lidiar para cualquier persona, y para una mujer embarazada mucho más.
- Todo lo que genere exceso de preocupación puede desencadenar más contracciones que las que provoca la actividad física.
- Esfuerzos físicos: evita correr, camiar deprisa, estar sentada y ponerte de pie de forma muy brusca o cargar peso durante lapsos prolongados.
Recuerda que todos los excesos son nocivos para tu salud, en especial si estás embarazada. Por eso, lo recomendable es cuidarte mucho e informarte bien para reconocer los diferentes tipos de contracciones y saber cómo actuar ante ellas. Por supuesto, no dudes nunca en consultar a tu médico de confianza si sientes algún tipo de contracción o movimiento extraño en tu vientre.