Una de las razones por la que es difícil lidiar con la conducta de tu hijo adolescente, es porque se encuentra en una edad donde sigue siendo un niño pero no actúa como tal; es decir, ha crecido un poco a nivel psíquico pero no tiene la habilidad para manejarse en esa etapa. Descuadrar en ciertos contextos puede complicarlo más, pues es posible que se quede en un limbo donde ni le gusta estar con niños ni con adultos.
Está claro que no hay un manual para ser padres, nadie sabe con claridad qué debe hacer para que no existan fallas ni equivocaciones. En el caso de los niños adolescentes, es conveniente ser muy sutiles al hablarles, aconsejarles o reprenderles, pues en esta difícil etapa se pueden desencadenar problemas mayores tan solo con usar las palabras equivocadas.
¿Cómo hablar con tu hijo adolescente?
Para hablar con tu hijo adolescente es recomendable tener en cuenta la forma y el tono en el que les dices las cosas, más si se trata de una sugerencia. Aunque no lo exprese abiertamente, un adolescente siente que por ser más grande ha perdido ciertos beneficios de sus padres, por ello tratará de llamar nuestra atención a toda costa, por lo cual es común que llegue a irritarnos.
Es normal hasta cierto punto un comportamiento negativo generalizado, que se produce como consecuencia de un proceso de adaptación en el cual se destacan rasgos adultos e infantiles. Cada cambio que se genera en un adolescente es causa de una reacción distinta entre ellos, pero con un origen particular: el desconocimiento de lo que sienten.
En tal sentido, es conveniente ser más comprensivos incluso cuando nos desespere su actitud, evitemos echar en cara sus fallos, caer en comparaciones y traer a la luz la idea de que son unos niños. Si el niño ha llegado a la adolescencia no querrá que lo traten como niño, pero tampoco es un adulto como para que sea tratado con más severidad.
Muchas veces sentimos que estamos perdiendo el tiempo porque no logramos hablar con ellos sin que termine en discusión o en un mal rato. Esto se debe a que tu hijo adolescente ya está comenzando a diferenciar sobre lo que está bien o mal, pero desde su propia perspectiva; por consiguiente, es recomendable evitar afirmaciones que enfaticen su falta de entendimiento o destaquen su intransigencia, como “no es posible hablar contigo” o “qué problemático eres”.
5 cosas que tu hijo adolescente no debería escuchar de ti
Es posible que por miedo o cansancio al enfrentamiento muchas veces los padres dejemos pasar por alto cierto comportamiento o actitud que es relevante y que puede llegar a ser permanentes. No obstante, debemos saber que la represión en su mayoría no tiene un efecto positivo en las personas, en especial si se trata de tu hijo adolescente.
Por consiguiente, en muchas ocasiones ser represivos provoca que se acentué la rebeldía y la necesidad de conseguir las cosas a su manera. Por lo demás, hace falta prestar atención a su comportamiento y demostrarle que estamos dispuestos a escucharlos y a dejar que se expresen a su manera.
Aunque el momento lo amerite, evita ser severo y toma en cuenta los siguientes consejos para no decir al menos estas cinco cosas.
1. Tus gustos son extraños así como tus amistades
Que los gustos de los adolescentes sean extraños para nosotros es indicativo de que están logrando su cometido de llamar la atención. Además es algo que en realidad resulta distinto para los adultos, pero para ellos es la moda o el estilo que los define.
A pesar de que te parezcan extraños sus gustos, su manera de vestir o sus amistades, acéptalas y sé receptivo, es importante para él. No obstante, es recomendable estar atentos de que no se trate de una conducta dañina.
2. No haces nada que valga la pena
No es agradable para un adolescente ni para nadie que subestimen su capacidad para hacer alguna cosa en específico; sin embargo, acostumbramos a ser muy duros con su falta de colaboración o asertividad para terminar algunas tareas. Es poco apropiado tildar a los niños de inútiles, así como obligarlos a asumir responsabilidades que no están a su alcance.
Tampoco es aconsejable que enfaticemos en qué necesita aprender o estudiar para que logre “ser alguien”, pues ya lo es. Por el contrario, podemos ayudarlos a orientarse en sus decisiones de profesionalización u ocupación laboral.
3. Todos los días tengo que repetirte lo mismo
Evitemos acosarlos con repetidos sermones que ya sabemos que no tienen efecto, es conveniente cambiar el patrón y adecuarlo a su perspectiva de las cosas. Procuremos ganarnos la confianza de nuestros hijos con acciones reconocibles por ellos, sin imposiciones y con mucha flexibilidad ante sus respuestas.
Hay maneras de conseguir trabajar en equipo y darse mutuamente una oportunidad de estar de acuerdo en algo, una vez que las reglas estén claras es más factible que se alcancen los objetivos previstos.
4. Tienes prohibido hacer, decir, ir…
Las prohibiciones son la “kryptonita” de los adolescentes, cada vez que ponemos límites a su expresión los debilitamos en sus emociones. Tanto como juzgar y criticar, decir que tiene prohibido ser como son provoca que su deseo por contradecir esta sentencia aumente.
5. No te metas en lo que no te importa
Decir a tu hijo adolescente que su opinión no tiene ninguna validez es un grave error, quizá lo decimos en un momento de rabia, pero en ellos es algo que puede tener un efecto muy negativo. Si ya de por sí el adolescente puede llegar a sentirse denigrado, usar expresiones con tanta carga de agresividad es una razón para causar su vergüenza y disminuye su confianza.