5 consejos para aumentar las defensas en los niños

Los hábitos de vida saludable ayudan a prevenir muchas enfermedades, o bien disminuir el impacto en la salud de los niños. Te contamos cuáles son para que puedan mantenerse sanos y fuertes.

aumentar las defensas

Gran parte de las enfermedades estacionales que afectan a los niños pueden enfrentarse de una mejor manera si se implementan algunas medidas prácticas para aumentar las defensas. Esto es porque en la gran mayoría de los casos las causas de estos cuadros son virales y, por más que deseemos revertirlas, no contamos con medicamentos curativos al día de la fecha.

Entones, es el propio organismo del pequeño el que tiene que «batirse a duelo» con dichos gérmenes y, para salir vencedor, debe contar con un sistema inmunitario en buenas condiciones.

Por todo esto, hoy vamos a explicarte por qué tu hijo se enferma tantas veces al año y cómo hacer para fortalecer sus defensas con estrategias simples y naturales. ¿Nos acompañas?

La importancia del sistema inmune en los niños

Nacemos con una «policía antigérmenes» que nos permite sobrevivir fuera del útero de mamá durante un tiempo. Esto se potencia muchísimo con la lactancia. A través de este fluido, recibimos anticuerpos fabricados por el cuerpo de mamá a lo largo de toda su vida. Pues ella tuvo más tiempo para enfrentarse a los microorganismos y desarrollar su propia memoria inmunológica.

Con el correr de los meses y los años, nosotros mismos nos enfrentamos a dichos patógenos. Y aunque dan una dura pelea, al final terminamos por ganarles el duelo. Asimismo, batalla tras batalla nos volvemos cada vez más fuertes, más resistentes y más inmunes a los gérmenes habituales.

Esto explica un poco por qué un niño pequeño se enferma más que un escolar y a su vez, este se enferma más que un adulto. El tiempo y la exposición nos permite formar nuestras propias defensas.

No obstante, nadie está completamente exento de padecer infecciones en su vida, pues ante ciertas circunstancias el equilibrio ideal se rompe y los gérmenes avanzan. Por ejemplo, cuando nos exponemos por demás a los microbios (como sucede en el ingreso a la guardería) o cuando nuestras defensas disminuyen por diversos motivos.

Para aumentar las defensas hay que tener varios cuidados
Los catarros son muy comunes en la infancia, y de cierta forma son necesarios para el desarrollo de las defensas del cuerpo.

Causas que favorecen al descenso de las defensas naturales

A continuación te explicamos algunas situaciones que afectan el correcto desempeño del sistema inmunitario. Algunas son transitorias y leves, mientras que otras requieren una vigilancia médica continua, ya que se tratan de condiciones de salud.

  • Clima muy frío. Un estudio explica que la exposición a bajas temperaturas puede afectar el adecuado desempeño del sistema inmunitario, tanto por afectación del componente celular como el humoral (anticuerpos).
  • Uso de esteroides. Uno de los efectos de los corticoesteroides es la inmunosupresión. Tal y como explican los expertos de la Asociación Española de Pediatría, son varias las situaciones que pueden derivar en su uso: asma, artritis y síndrome nefrótico, entre muchos otros.
  • Estrés infantil. Una mudanza, el nacimiento de un hermano y la muerte de un ser querido son situaciones estresantes para cualquiera, incluyendo a los niños. Su sistema inmunitario puede sufrir alteraciones capaces de aumentar la incidencia de infecciones, como revelan algunas revisiones.
  • Padecer enfermedades crónicas. Hay algunas condiciones de salud en las que las defensas están clásicamente disminuidas, como la diabetes tipo 1 y el VIH.
  • Inmunodeficiencias primarias. A diferencia de las anteriores, estas enfermedades se caracterizan por un fallo primario en el sistema inmunitario que dificulta mucho que los niños enfrenten a los agentes infecciosos, tal y como lo revelan los expertos de la Clínica Mayo.

¿Cómo ayudar a los niños a aumentar las defensas?

Algunos niños necesitan subir sus defensas debido a cuestiones particulares de su salud. Sin embargo, en cualquier caso es interesante poder conocer cómo mantener al sistema inmune en óptimas condiciones, a fin de que pueda enfrentarse a las inevitables pestes estacionales.

La mayoría de las personas nacemos con una inmunidad normal y suficiente para combatir a los gérmenes más comunes. Pero debemos exponernos a ellos en cierta medida para poder «entrenar» a nuestros soldados y responder con mayor eficiencia en el futuro. Esto quiere decir que ante una nueva exposición a un germen puntual, podamos resolver la cuestión en menor tiempo.

A continuación, te compartiremos algunos consejos útiles para poner en práctica hoy mismo y ayudar al sistema de defensas naturales de tu hijo a estar siempre en sus mejores condiciones. ¡Toma nota!

1. Ofréceles una alimentación completa y saludable

El tubo digestivo es un elemento primordial para el sistema inmune. No solo es la puerta de ingreso de muchos gérmenes, sino que además contiene una flora bacteriana «buena», llamada microbiota. Estos microorganismos le aportan muchísimos beneficios a nuestra salud y para que trabajen adecuadamente y no se vuelvan contra nosotros, es necesario nutrirlas como corresponde.

Además, los alimentos son la fuente de los nutrientes que el cuerpo no puede fabricar por sí mismo. Todos ellos contribuyen al delicado equilibrio y si nos aseguramos de ingerirlos en las cantidades adecuadas, estaremos contribuyendo positivamente a nuestra salud.

Por todo esto, ten en cuenta las siguientes recomendaciones nutricionales:

  • Opta por los alimentos hechos en casa y reduce la ingesta de procesados: ya sean cocidos o crudos, los alimentos naturales contienen todos los nutrientes que necesitamos, sin los aditivos que dañan a nuestra salud. Es necesario garantizar una buena higiene de los mismos antes de prepararlos o comerlos (cuando sean crudos) y las estrategias de cocción apropiadas para conservar todas las vitaminas y minerales.
  • Asegura una ingesta suficiente de todos los grupos de alimentos, pero en las proporciones adecuadas para la edad y condición de salud.
  • Elije las frutas y verduras de estación: estas contienen las vitaminas y minerales que más se necesitan ingerir según el clima. En general, es importante mantener una ingesta suficiente de alimentos que contengan vitaminas A, C, D, E, hierro, zinc, magnesio, cobre y selenio.
  • Utiliza distintos tipos de aceites: esto favorece la ingesta de varios tipos de ácidos grasos y minerales. Por ejemplo, el aceite de oliva es buena fuente de vitamina E y, el aceite de girasol, de omega-6.
  • Incluye en la dieta alimentos ricos en probióticos: por ejemplo, los yogures y las leches fermentadas. También es recomendable aumentar la ingesta de fibra prebiótica, como la que contiene la cebolla, el plátano, el ajo y el trigo.
  • Ofrece siempre agua como bebida principal: la buena hidratación le permite a las mucosas mantenerse húmedas y sanas para poder resistir al ingreso de los gérmenes. Además, el hábito de beber agua es muy saludable en varios sentidos y nunca debe ser reemplazado por jugos o bebidas comerciales.
  • Ten cuidado con algunas hierbas o remedios naturales: la menta, la miel, el eucalipto o el jengibre tienen buena fama para combatir los resfríos y las infecciones respiratorias. Sin embargo, no todas ellas han demostrado un beneficio científicamente probado. Por eso, siempre consulta con tu médico antes de dárselas a los niños.

2. Enséñales unas buenas pautas de higiene

La higiene de manos es una medida sencilla y capaz de salvar millones de vidas. Con una buena técnica, se reduce considerablemente la transmisión de gérmenes. Si tu hijo tiene la edad suficiente para entender instrucciones, explícale de la siguiente manera:

  • Lava tus manos con agua limpia y jabón, durante al menos 40 segundos.
  • Refriega la palma, el dorso, los pliegues de los dedos, la zona por debajo de las uñas y las muñecas.
  • Enjuágate con agua y sécate con toalla de papel o al aire.
  • Repite esto cada vez que vayas al baño, cuando regreses a tu casa, después de jugar con tu mascota y antes de cocinar y comer.

Finalmente, es importante mantener los ambientes libres de humo, pues el tabaco y otros tóxicos pueden incidir negativamente sobre las defensas de los niños.

3. Incúlcales hábitos de vida saludables

Para aumentar las defensas hay que hacer ejercicio
Los deportes desde temprana edad tienen beneficios físicos y psicológicos para los niños.

Además de los cuidados en la alimentación, es necesario que los pequeños mantengan una vida lo más activa posible (sin caer en excesos, por supuesto) y desde edades tempranas. La actividad física es muy positiva tanto para mantener la salud como para prevenir la enfermedad.

Asimismo, la actividad deportiva y recreativa al aire libre potencia aún más estos beneficios. Pues le permite a los pulmones respirar aire fresco y cargado de oxígeno, y a la piel recibir el estímulo solar que necesita para producir su propia vitamina D.

Otro aspecto no menor es asegurar un buen descanso, ya que durante el sueño el cuerpo realiza importantes procesos. Según la edad del niño y su condición, será necesario ajustar la cantidad de horas de descanso y asegurar un sueño de calidad.

4. Alcanza un equilibrio apropiado entre la exposición a los virus y los cuidados de la salud

La memoria inmunitaria se adquiere con las sucesivas experiencias infecciosas. Es decir, que no siempre se cumple la regla de que a menor exposición, hay un mayor beneficio.

No obstante, hay etapas en la vida, como los primeros dos años de la infancia, en las cuales es necesario ser cautelosos con las exposiciones. Esto es porque los pequeños todavía no cuentan con un sistema inmune completamente maduro como para enfrentar todos los gérmenes circundantes. De hecho, durante esta etapa se les ofrecen las principales inmunizaciones para evitar poner en riesgo sus vidas.

En conclusión, ningún extremo es saludable. Es necesario considerar cada caso en particular antes de tomar la decisión de exponer a los niños a aquellos ámbitos de mayor circulación de gérmenes, como una guardería o escuela infantil.

5. Respeta los tiempos de recuperación de cada niño

Las enfermedades de los niños afectan a la calidad de vida de todos sus convivientes. Y por este motivo, muchos padres buscan «soluciones mágicas» de manera incansable. Pero esto tiene sus riesgos, además de que rara vez logran el cometido deseado.

Es necesario comprender que los tiempos de cada proceso son individuales y que esto tiene una razón de ser: el sistema inmune de nuestro hijo trabaja a su propio ritmo. Por eso, querer acelerar la evolución de una enfermedad no es una solución viable ni mucho menos adecuada.

Asimismo, es importante respetar los tiempos de recuperación de cada infección, para darle la posibilidad al organismo del pequeño de reponerse para la siguiente batalla. Si al día después de bajar la fiebre vuelve al cole, es probable que coja otro virus rápidamente, pues su sistema inmune aún no está en sus mejores condiciones.

Acerca de las enfermedades estacionales de la infancia

Con todo esto queremos advertirte que las enfermedades estacionales van a suceder y que, en el fondo, estas no tienen por qué ser algo completamente negativo. No obstante, hay formas de ayudar a los niños a sobrellevar mejor el proceso de maduración del sistema inmune. Y, sobre todo, protegerlos de enfermedades potencialmente mortales y prevenibles con las respectivas inmunizaciones.

Bibliografía

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