10 características de los niños resilientes

Los niños resilientes se caracterizan por una fuerte capacidad para afrontar sus problemas y aprender de sus errores. Te las explicamos a continuación.

¿Sabes cómo son los niños resilientes? ¿Qué cualidades alberga este tipo de personalidad? Hoy te vamos a mostrar cómo se identifican a estos jóvenes y qué beneficios aporta la resiliencia a la forma de ser y desarrollo del chico.

¿Qué es la resiliencia?

Antes de continuar, es importante saber con exactitud qué es la resiliencia. Se podría definir como la condición de una persona para afrontar situaciones adversas. De esta manera logra adaptarse de manera positiva ante traumas, estrés o tragedias.

¿Quiere esto decir que un niño resiliente o cualquier persona no siente dolor emocional? Ni mucho menos. Significa que muestra una gran capacidad para solventar problemas de manera sensata. Además, tiene una condición fenomenal para superar toda clase de situaciones muy traumáticas.

Si la resiliencia es una condición muy importante para cualquier persona, en caso de los niños se vuelve todavía más básica. Sobre todo en aquellos jóvenes que se mueven en ambientes muy tóxicos, supone una posibilidad muy alta de sobrevivir, superarlos e incluso llegar a tener una vida perfectamente normal y digna.

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Cómo son los niños resilientes

Una vez conocemos esta condición, es necesario saber qué características suelen presentar los niños resilientes. Es importante si descubres varias de estas en tu pequeño que las potencies, pues le serán muy útiles a lo largo de su vida.

  • Un niño resiliente tiene una habilidad excelente para resolver cualquier clase de problema. Ante los conflictos que se le presentan, reacciona con calma, buscando siempre la solución más sensata y positiva, y sin perder la calma ni caer en el desánimo y la negatividad.
  • Los niños suelen presentar un manejo de sus emociones bastante limitado. Pero aquellos con alta resiliencia las controlan con cierta facilidad, sobre todo si son negativas. Su propia naturaleza huye de sentimientos de enfado e ira y busca siempre el lado positivo de cada asunto.
  • Su capacidad para afrontar problemas les lleva a enfrentarse a las vicisitudes de la vida con una actitud muy saludable. Además, son francamente adaptables a los cambios.
  • Los niños resilientes muestran una enorme empatía. Son capaces de entender a otras personas aunque su actitud y personalidad sea diametralmente opuesta a la suya. Además, respetan mucho los sentimientos de los demás y comprenden muy bien las emociones ajenas.
  • A la hora de la planificación, son muy autónomos. Son capaces de organizarse por si mismos sin ayuda de nadie y muestran mucha calma y capacidad para afrontar diversas situaciones en el orden más lógico y sensato.
  • Otro detalle fantástico de los niños resilientes es su sentido del humor. En general, son capaces de enfrentarse a situaciones complejas sin perder la sonrisa en ningún momento. Es más, se controlan emocionalmente y pueden hacer reír a otras personas que sufren en un momento complicado.
  • Un niño con una alta resiliencia demuestra una gran eficacia y autoestima. Sabe de sus posibilidades y no duda nunca de sus capacidades. Son confiados en si mismos, pero nunca hasta el exceso de creer que algo es fácil cuando realmente no lo es.

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Otros detalles de los niños resilientes

Hemos comentado 7 características que definen muy bien a los niños con alta resiliencia. Pero no son las únicas. Son personitas magníficas que también demuestran actitudes positivas para:

  • Afrontar errores. Un niño resiliente no es perfecto y es tan consciente de sus habilidades como de sus límites. Por eso, si se equivoca, es capaz de asumirlo y descubrir nuevas formas de afrontar el problema.
  • También demuestran una gran habilidad social. Suelen ser buenos comunicadores que saben cómo comportarse en cada situación. Por ello pueden ampliar su círculo de relaciones y saber qué esperar de cada persona a su alrededor.
  • Un niño resiliente demuestra una alta capacidad de plantearse objetivos y cumplirlos. Cuando creen en algo, lo buscan con ahínco hasta lograrlo. Además, rara vez pierden el aplomo, el optimismo y la esperanza. Si se saben capaces de conseguirlo, no cejarán en su empeño.

Puedes observar que la resiliencia es una característica muy positiva para los niños, y también para los adultos. Así pues, si descubres que tu hijo posee estas capacidades, fomenta y aprovecha para que las maximice, pues estarás criando a un chico sano, autosuficiente y muy autónomo. Es decir, un muchacho feliz.

Bibliografía

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