A veces toco mi vientre y suspiro porque ya sueño con ser mamá. Siento que estoy lista para amarte. Lista para tenerte entre mis brazos. Lo sé con total certeza.
Sí, deseo que pronto estés allí para acariciarte, para empezar a sentir tu piel a través de mi piel, para escuchar tus latidos, para reír plena de alegría cuando patees con la fuerza que tendrá tu vida.
¡Ya quiero ser mamá!
¡Tengo suerte! Entre mis brazos han dormido muchos niños de mi familia. Los he acurrucado en mi pecho, he velado sus sueños y los he visto sonreír cuando acarician sus almohadas. He visto cómo de repente, después de que se han dormido junto a mi corazón buscan el pecho de su madre.
Y te confieso que los cuidaría una y mil veces. Sí, yo cuidaría a tantos niños sean necesarios pero, en el fondo, deseo tener el mío. Quiero tener un hijo que brote del amor y la ilusión de lo más hermoso de la vida. De esa apuesta que hacemos por el futuro inconscientemente.
Deseo que, aunque estés en otros brazos por algunos momentos, regreses a los míos una y otra vez. A estos brazos que nunca se cansarán de recibirte, acunarte y resguardarte de todo lo que necesites y más. Siempre estaré para ti, incondicionalmente.
Y sí, ahora que tengo la vida llena de tanto amor, miro aún con más ternura a los niños y deseo con todas las fuerzas de mi corazón ser mamá.
Sueño despierta contigo, quiero sentir tu calor y tus latidos, quiero tocar mi vientre y saber que estás ahí, quiero prepararte cientos de flores para que te reciban. Quiero ser mamá con todo lo que implica, lo bueno, lo difícil, lo humano.
Hijo mío, tu mamá te sueña
Ya empiezas a estar en mi mente, hijo mío. Ya existen algunos juegos en los que tu papá y yo empezamos a elegir tu nombre. Yo ya empecé a soñar con tu boca, con tu rostro, tus manos, tus ojos, tu cabello, tu risa y más.
¡Ay hijo mío, te espero desde ya! Quiero mecerte entre mis brazos, sentir tu respiración cerca de mi pecho, darte calor, sonreír al verte, cantarte, leerte y sí, también quiero llorar contigo, amor.
Pensar en tu llanto me enternece, no sé explicar por qué. Quizás sea porque para mí ya eres la criatura más tierna que hay en el mundo.
Sé que lloraré cuando llores mi amor, y si mi llanto alivia el tuyo, entonces llenaré de lágrimas todos los mares del planeta para que seas feliz.
Quiero conocerte
Ay hijo mío, tu papá y yo ya hemos hablado mucho acerca de ti. Tu papá y yo queremos darte lo mejor y tratamos de ser cada día mejores personas para ti. Para ser tu ejemplo, para amarte todas las horas del día y todos los días de nuestras vidas. Ya eres un niño deseado y amado.
Veo los ojos de tu papá y te veo hijo mío. Te veo riendo con nosotros, jugando con nosotros, siendo felices. Estoy segura de que estarás pronto aquí, metiendo tus piececitos fríos debajo de las sábanas, pidiéndome que te lea un cuento más, diciendo: ¡Cántame otra canción!
Amor de mi vida, quiero que sepas que este es un momento muy especial. Ahora que mi vida está llena de amor, que tu papá y yo estamos listos para recibirte y que no importa el tiempo que tú te tomes para llegar, quiero decirte que me nos has dado una gran ilusión.
Descuida, nosotros siempre estaremos aquí para ti. Pase lo que pase. Ven a nosotros mi amor.
¿Cómo será ser madre?
Ninguna madre en el mundo puede explicar muy bien qué es lo que se siente al ser mamá. Pero, indudablemente, se trata de una experiencia trascendental.
Entonces solo me queda preguntarme:
- ¿Cómo será para mi ser mamá?
- ¿Qué diré, sentiré y pensaré una vez que hayas llegado a mi vida?
En este momento pienso que debe ser lo más tierno del mundo, nada más pensar en el calor y la suavidad de tener un ser humano tan pequeño junto a mí. ¡Un bebé! Los ojos se me llenan de lágrimas de alegría y expectación pura. ¡Qué hermosa es la vida!
Ser mamá debe ser lo más dulce del mundo. También debe ser el rol más serio que una mujer debe enfrentar porque no se renuncia nunca a la tarea de ser mamá y, siendo honesta, no creo que nadie quiera renunciar a serlo. Mucho menos viendo esos ojos tan lindos, ni escuchando esa voz tan dulce llamarte ”mamá”.
Hijo mío no sé qué se siente ser mamá, quizás tú tampoco sepas muy bien qué se siente ser mi hijo, ya nos estrenaremos el uno al otro. Yo por mi parte ya te confieso: quiero ser tu mamá y aquí te espero.