Tuberculosis en los niños: síntomas, causas y tratamiento

Los síntomas respiratorios, como la tos, además de otras manifestaciones generales, como la fiebre o los problemas de crecimiento, son algunas de las características clínicas de la tuberculosis en los niños. Te lo explicamos a detalle más adelante.
Tuberculosis en los niños: síntomas, causas y tratamiento
Diego Pereira

Escrito y verificado por el médico Diego Pereira.

Última actualización: 14 marzo, 2023

¿Sabías que también existe la tuberculosis en los niños? Si bien en estos caso la enfermedad no tiene la misma prevalencia que en los adultos, esto no le quita importancia. De hecho, los menores también son susceptibles de desarrollar complicaciones, de ahí la necesidad de realizar un diagnóstico temprano. En el siguiente artículo encontrarás información fundamental para comprender la tuberculosis desde sus aspectos más básicos. Profundicemos al respecto.

¿Qué es la tuberculosis?

De acuerdo con una publicación de la Clínica Mayo, la tuberculosis es una enfermedad potencialmente grave que afecta por lo general a los pulmones y ocasiona una infección crónica. En este caso se le conoce como tuberculosis pulmonar, para diferenciarla de otro grupo denominado tuberculosis extrapulmonar, con manifestaciones en gran variedad de órganos.

Principalmente, es ocasionada por la infección por Mycobacterium tuberculosis, que es un tipo de bacteria. En ciertos contextos, la infección por otros microorganismos similares, como M. bovis o M. microti, también pueden causar la enfermedad.

La tuberculosis en los niños es conocida desde hace siglos. La misma tiene un contexto histórico bastante particular debido a la elevada mortalidad que producía en lugares con hacinamiento y malas condiciones sociosanitarias. En aquel entonces, se le conocía popularmente como tisis, un término que hoy en día sigue vigente en algunos contextos.

La tos persistente, la fatiga, la irritabilidad o la fiebre pueden ser algunos de los síntomas de la tuberculosis en los niños.

Síntomas

Los síntomas de la tuberculosis pulmonar son de aparición progresiva y tienden a empeorar con el tiempo. Por tal motivo, las personas afectadas suelen consultar con un médico cuando estas manifestaciones clínicas son molestas o se produce alguna complicación asociada. En el caso de los niños puede que la evolución sea atípica, lo que dificulta el diagnóstico.

Según el portal Healthy Children, cuando un niño padece enfermedad tuberculosa puede presentar los siguientes síntomas:

  • Fiebre.
  • Tos persistente.
  • Fatiga.
  • Irritabilidad.
  • Cambios en el patrón respiratorio.
  • Aumento de tamaño de los ganglios.
  • Problemas de desarrollo o crecimiento.

Por otra parte, existen escasas ocasiones en las que el microorganismo causal puede diseminarse por el resto del cuerpo y afectar cualquier órgano o sistema. La tuberculosis extrapulmonar representa un grave problema de salud debido a las dificultades terapéuticas. Además, los niños que viven con algún tipo de inmunosupresión son más susceptibles de padecer esta condición.

Causas

La tuberculosis en los niños se transmite a través de la vía aérea. Cuando una persona infectada tose, estornuda o habla en voz muy alta, las pequeñas partículas de saliva que contienen el microorganismo patógeno son liberadas al exterior. Estas circulan en el aire durante cierto tiempo, el cual depende de las condiciones existentes. Así, si una persona sana las inhala, tiene posibilidades de desarrollar la infección en el futuro.

A pesar de lo fácil de su transmisión, al ser una enfermedad crónica, el período de incubación es bastante prolongado. Incluso puede abarcar años. De hecho, hay niños que nunca llegan a manifestar síntomas. Por su parte, existen algunos factores que pueden aumentar el riesgo de infección tanto en menores como en adultos:

  • Vivir en condiciones de hacinamiento.
  • Padecer alguna enfermedad crónica sin control médico, como la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH).
Al toser o estornudar, las partículas de saliva infectadas salen al exterior y pueden contagiar la enfermedad a otras personas.

Tratamiento

Por fortuna, los avances en la investigación científica han permitido el desarrollo de fármacos eficaces para el tratamiento de la tuberculosis. Al tratarse de una infección, estos pertenecen al grupo de los antibióticos. Los más utilizados en los niños son la isoniazida, la rifampicina y la pirazinamida.

Según una publicación en la revista Pediatría Integral, existen otros fármacos que pueden ayudar a combatir la enfermedad en condiciones particulares. Por ejemplo, los esteroides. Sin embargo, estos deben ser valorados con cautela por parte del equipo médico.

Al igual que lo que sucede con los adultos, suele existir dificultad para la adherencia al tratamiento. Esto es debido a que los esquemas terapéuticos usuales pueden prolongarse alrededor de 6 meses y provocar una mejoría clínica mucho antes de culminado el proceso. Esto hace que muchas personas dejen el tratamiento por «sentirse bien»y «pensar que todo está solucionado». Sin embargo, esta última práctica suele asociarse con mayores fracasos terapéuticos a largo plazo.

En caso de duda, mejor acudir al especialista

La tuberculosis en los niños es una enfermedad compleja que todavía hoy se considera un problema de salud pública. Especialmente, ocurre en algunos países en vías de desarrollo. Esto se debe a que las condiciones socioeconómicas no son del todo aptas y el acceso a los servicios de salud puede ser limitado.

Si tu hijo ha estado en contacto con una persona con tuberculosis o si presenta síntomas compatibles con la enfermedad, es recomendable consultar con el pediatra. Este indicará todos los estudios diagnósticos en caso de que lo considere pertinente.


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