Tratamiento del asma en niños

Cuando estamos ante una crisis aguda de asma, lo más importante es tratar la hipoxemia, que es la disminución de la presión de oxígeno en la sangre.
Tratamiento del asma en niños

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 03 febrero, 2022

El asma es una de las enfermedades crónicas más frecuentes en la etapa infantil. Es un problema de salud pública que está aumentando en los últimos años y que lleva al consumo de gran cantidad de fármacos. Por eso, en este artículo vamos a profundizar en el tratamiento del asma en niños.

¿Qué es el asma?

El asma, según el III Consenso Internacional Pediátrico, es un trastorno caracterizado por “sibilancias recurrentes y tos permanente en una situación en la que el asma es posible y se han descartado otras enfermedades menos frecuentes”.

Los síntomas más comunes de un episodio asmático son los siguientes:

  • Sibilancias.
  • Disnea.
  • Tos.
  • Opresión torácica.
  • Obstrucción de las vías aéreas.
  • Hiperreactividad bronquial.
  • Inflamación de la vía aérea.

Tratamiento del asma en niños

El tratamiento del asma, generalmente, se divide en dos grandes bloques. Por un lado, tenemos el tratamiento de las crisis agudas y, por otro, el tratamiento crónico de mantenimiento. Los objetivos principales del tratamiento del asma en niños son:

El inhalador es un posible tratamiento del asma en niños.
  • Reducir e intentar eliminar los síntomas crónicos.
  • Prevenir la aparición de crisis agudas.
  • Evitar al máximo posible el uso de fármacos y sus efectos secundarios.

Los principales fármacos utilizados en el tratamiento del asma en niños son:

  • Broncodilatadores, como alivio de los síntomas.
  • Antiinflamatorios, para controlar la enfermedad.

Tratamiento de una crisis aguda de asma

Cuando estamos ante una crisis aguda, los objetivos del tratamiento cambian y lo más importante es tratar la hipoxemia, que es la disminución de la presión de oxígeno en la sangre. De hecho, esta es la primera valoración que suele hacerse en un niño que se presenta con una situación de crisis asmática.

La valoración de la presión parcial de oxígeno en la sangre arterial se realiza con un pulsioxímetro que mide la saturación de oxígeno. Así, en función del resultado obtenido, se puede clasificar la crisis según su gravedad:

  • Leve: saturación de O2 mayor de 94 %.
  • Moderada: saturación de O2 entre 91 y 94 %.
  • Grave: saturación de O2 menor de 91 %.

Se considera hipoxemia cuando la presión parcial de oxígeno en sangre arterial disminuye por debajo del 91 %, o de 60 mmHg. En estos casos, se debe derivar al niño a urgencias al hospital. También, cuando exista riesgo de complicaciones, antecedentes de alto riesgo o falta de respuesta al tratamiento.

Ante una crisis aguda, el tratamiento utilizado como primera opción es la administración por vía inhalatoria de fármacos beta-2-adrenérgicos. Se administran con un sistema de inhalador presurizado con cámara, o bien con nebulizador. El fármaco más utilizado es el salbutamol. Otras opciones pueden ser el bromuro de ipratropio o corticoides.

Niña con un inhalador para el asma.

En todos los pacientes con una saturación de oxígeno menor del 94 % es necesaria la administración de oxígeno. Por eso, deben ser derivados a un centro hospitalario para ser valorados y controlados más exhaustivamente.

Tratamiento de mantenimiento del asma en niños

Cuando hablamos del tratamiento de mantenimiento crónico, hay que tener en cuenta especialmente la edad de los niños. Generalmente, aparte de un tratamiento farmacológico, se valora la opción de una inmunoterapia, y se hace especial hincapié en la educación en el manejo de la enfermedad y de las crisis.

En el tratamiento del asma en niños, como hemos dicho anteriormente, hay que evitar, en lo máximo posible, el consumo de fármacos de manera crónica. Se debe empezar por un tratamiento básico que, en caso de ser necesario, se puede ir aumentando poco a poco.

Los fármacos más utilizados como tratamiento de mantenimiento en el asma son los corticoides inhalados, como la budesonida o la fluticasona. Es importante controlar las dosis de corticoides para evitar efectos secundarios no deseados. En caso de tener que aumentar la dosis, muchas veces se prefiere combinarlos con broncodilatadores.

Hay que tener en cuenta que, en niños menores de 3 años, la mayoría de los episodios asmáticos son debidos a infecciones virales, y los síntomas desaparecen independientemente del tratamiento, por lo que no se debe abusar de fármacos innecesarios que pueden provocar más daño que beneficio.


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